Quince días después: un día antes de la invocación — ¡Abran las puertas! Volkan habla con voz de Alfa para hacer que los guardias se inclinen. —Me temo, Rey Alfa, que no puedes entrar. Nadie puede entrar según las órdenes de los ancianos. Volkan aprieta los puños, sin decir nada. Sus ojos fijos en la ventana de cristal desde donde podía ver a una chica acostada en una cama, sujeta a ella, rodeada de tubos y equipos médicos. Cables médicos conectados a su estómago, su cabeza, sus brazos. Como si fuera un maldito sujeto de prueba para estos ancianos. Desea matar a estos patéticos guardias y abrazar a su Thora en su pecho, diciéndole que estará bien. Pero era bastante evidente que si este incidente se informa a los ancianos, lo harán. Existe una alta probabilidad de que cuestionen su r