Capítulo 14: ¿Familia o amor?

1691 Words
Raymond se negaba a abrir los ojos. Pero el zumbido insistente de su celular lo hizo renunciar a seguir durmiendo. Intentó moverse y por poco cae al suelo. Maldijo entre dientes a la pequeña cama. Será muy de tamaño matrimonial, pero no hay como una buena cama tamaño King. Como era de esperar, Gavin estaba enredado a su alrededor. Cómo pudo logró desenredarse. Él protestó en sueños, pero siguió profundamente dormido. Sonrío petulantemente. Había desgastado completamente al pequeño hombre. No le había dejado dormir en casi toda la noche. Después de su primera ronda de sexo caliente lo dejo dormir un rato. Después volvió a despertarlo para hacerle el amor, esta vez lentamente. Había pagado sus frustraciones del día con el culo, la boca y la polla de su amante. Cuando al final logró encontrar su celular este había dejado de sonar. Era una llamada de Vicent. Seguro era por algo de la empresa. Se vistió rápidamente con unos vaqueros y una camiseta. Menos mal que había pensado en traer ropa informal. No quería que sus trajes se echaran a perder. En silencio salió de la habitación. Silencio era un decir, esta casa era grande, y antigua, así que rechinaba todo por todos lados. Esquivó con éxito la cocina donde podía escuchar voces. Salió al porche trasero. A lo lejos podía ver enormes graneros. Ayer le habían dicho que en esos lugares se concentraban las cunas de crías o algo así. La verdad era que tuvo educación al no interrumpir el señor Hill hablando de su negocio. Pero los animales no eran lo suyo, ni siquiera había recordado tener un perro de niño. Regresó la vista a su teléfono cuando este volvió a sonar. —¿Qué sucede, Vicent? —Hola para ti también, hasta parece que no eres feliz de escucharme. —Es muy temprano para que molestes. ¿No te parece? Que es tan urgente que no puedes hablarlo con Steven o llamarme más tarde. Aunque apenas estaba levantando el sol, a lo lejos podría ver a los hombres trabajando ya, algunos en los corrales, otros más saliendo en camionetas. Le extraño ver a Derek cerca de una de las cercas. Algo le estaba explicando el mayor de los hermanos de Gavin. Él parecía fascinado observando los caballos, frunció el ceño. Jamás se imaginó a su hombre de mayor confianza tuviera debilidad por las actividades de campo. —¿Me estás escuchando? —Sí, ¿Qué decías? La verdad era que para nada estaba prestando atención. —El sexo con ese traidor debe de ser épico para que estés tan distraído. —Vicent… Gruñó una advertencia —¡Valeee! No dije nada. El que está viviendo una mentira eres tú, no yo. Vicent cambio totalmente el tema y se concentró en asuntos de trabajo. Pero el daño ya estaba hecho, nuevamente el hacha de la traición había caído en medio, fracturando más el delgado hilo. —¡Buenos días, Cielo! Espero que hayas dormido algo, vaya baterías tan duraderas, tienen ustedes dos, algunos no logramos pegar ojo. Estaba tan concentrado tratando de entender todo lo que su abogado estaba diciendo, que no sintió a la madre de Gavin aproximarse hasta que la pequeña mujer estaba enfrente de él entregándole una taza de café. —Eh… Te llamaré más tarde, Vicent. Cortó la llamada. >>—Buenos días, gracias. Susurró, sujetando la taza ofrecida y tomándole un trago a su café. Puesto que no quería contestar al comentario sobre las baterías, era incómodo de por sí ya estar en la casa de su amante. La mujer le sonreía ampliamente, no parecía importarle para nada el hecho que él hubiera estado jodiendo a su hijo casi toda la noche. >>—Delicioso. Dijo señalando al café y no mentía, tal vez no fuera expreso francés, pero estaba realmente bueno. —Receta de familia cielo, de un G a otro, como aquí se madruga antes de que salga el sol, se necesita toda la cafeína que se pueda conseguir. —Cierto. Señaló a los hombres que seguían en su trabajo, pero al mismo tiempo no despegaban la mirada de ellos. —Es mucho trabajo, es por esa razón que quería pedirte un favor. —Usted dirá, señora Hill, si está en mis manos… —Cielo… Nada de señora Hill, esa era mi suegra, a mí solo dime Ma. ¿De acuerdo? Raymond se movió incómodo. —Claro. Dijo dándole otro sorbo a su café. >>—¿Cuál es ese favor? Ni en un millón de años le llamaría Ma. —Verás… En la casa no solo comemos nosotros, sino todo un grupo de trabajadores. Es parte del trabajo. Comida incluida, tenemos un comedor para eso, por esa razón hoy es día de compra. La mujer señaló una de las cabañas a la lejanía. >>—Si estos hombres no comen se ponen irritables. —Exactamente que me está pidiendo. Ray no era un hombre paciente. —Se rompió una de las cercas del lado sur y hay que repararla. George se olvidó de la compra y salió muy temprano, estaba pensando que tal vez y si no es mucha molestia… ¿Podrías prestarnos a tu chofer? Raymond parpadeo confuso, esta mujer era una bola de energía, tal como su hijo. Al principio pensó que le estaba pidiendo ir a él por la compra… entonces tuvo una idea. Alejarse sería buena idea>> —Yo puedo ir si quiere. Ella sonrió y colocó una de sus manos en sus mejillas. —No mi cielo, ustedes están aquí para descansar, estoy seguro de que Gavin querrá recorrer la hacienda, les estoy preparando una canasta para un picnic, la pradera cerca del ojo de agua es el lugar favorito de Gavin. Si van ahí, puede que le sirva con su memoria. Todas sus esperanzas de escapar, volaron por la ventana. —Ah. Miró donde estaba Derek. >>—Entonces si es así, puede disponer de Derek. Un picnic no era un escape, pero era algo que podría aceptar. —Gracias, Cielo. Le dio un abrazo, él se quedó estático sin saber qué hacer. >>—Y gracias por ofrecerte, pero seguro será bueno para ustedes dar ese paseo. Ella se separó y comenzó a caminar hacia el corral donde se encontraba Derek >>—Ese lugar es hermoso y privado, seguro ahí podrán gastar un poco de energía y así algunos de nosotros lograremos dormir esta noche. Le guiñó un ojo antes de girarse sin mirar atrás —Ella no dijo eso ¿Cierto? Raymond se giró para ver a Gavin parado en las escaleras de madera del porche, sujetándose al poste como si estuviera a punto de caer. —Sí lo dijo. Sonrío involuntariamente, por increíble que pareciera, él no estaba molesto con la señora Hill por estarse entrometiendo en su vida s****l. Asombrosamente, no era irritante como pudiera parecer, era cariñosa con sus hijos y sobre protectora con su familia. si mi madre hubiera sido así>> Negó con la cabeza. Él no quería esos pensamientos en su mente, el pasado era pasado y ahí se quedaría. —¡Es tan vergonzoso! Gavin se tapó los ojos con las manos, él volvió a reír, subió los escalones y lo abrazo. —Tranquilo bebé… Además, ellos no tienen derecho a molestarse con eso, fueron muy insistentes en que nos quedáramos aquí, ¿Qué pensaban que haríamos? —Dormir… Sugirió, separando los dedos para espiarlo. —Somos una pareja, sana y con una vida s****l. —No soy un niño… No necesito escuchar tus teorías. —Pues deja de comportarte como uno. Le entregó la taza de café. Lo rodeó y lo abrazó por la cintura. Gavin recargó su cara contra su pecho, él aprovechó para morderle una oreja. >>—Además ahora son testigos fieles de que cuido muy bien de ti y de todas tus necesidades. —¡Cállate! Se ganó un codazo en las costillas, Raymond, volvió a reír, y se dio cuenta de que había reído más en ese día que en los pasados meses, fue un descubrimiento muy aterrador. ★ —¿Cómo va el concurso de meadas? —¡Mamá! Gritó Gavin desde la ventana. Supuestamente, se encontraba ayudando a su madre a preparar la comida. Sus planes habían cambiado completamente, no pudieron ir a conocer el lugar que su madre había mencionado como su lugar favorito. Puesto que su padre había aparecido unas horas antes anunciando que una gran tormenta se aproximaba y tenían que asegurar los corrales y quién sabe qué cosas más. Por culpa de su escayola, él no podía apoyar en nada, pero Raymond… —Venga cielo, está haciéndolo muy bien, además él tiene que aprender solo a lidiar con tus hermanos. Ese era el problema. Sus hermanos no tenían piedad. Pero era de admirar que Raymond no se daba por vencido tan fácilmente o se dejaba amedrentar. Ahora se encontraba trasladando leña a uno de los refugios, al parecer su hermano Graham y él estaban jugando una competencia para a ver cuál de los dos podía cargar más leños en cada vuelta. Su hermano Graham estaba ganando. —He estado pensando que esta… Señaló hacia donde sus hermanos seguramente se estaban burlando del cansancio de Raymond. El pobre no mostraba debilidad y estaba seguro de que no admitiría su agotamiento. Pero cada paso que daba era más rígido. >>—Es la razón por la cual no les presentaba a Raymond. Su comentario era hiriente, lo sabía, pudo verlo en los ojos de su madre. —¿Estás diciendo que te avergüenzas de nosotros? —No es eso… ¿Les presenté algún novio alguna vez? —Solo admitiste que eras gay, pero jamás conocimos a nadie. —Supongo que la razón es esa… Mis hermanos traen mujeres a la casa y son atendidas como reinas, pero yo traigo a un hombre… Y mira lo que sucede. —Gavin… —No, Mamá, el que no les presentara a Raymond o les hablara de él fue mi decisión. Yo quise mantenerlo así, en cambio, lo están torturando a él, y no creo que sea justo.
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