Capítulo 9

2213 Words
—Ni siquiera nos ha dicho que hacía en la playa durante la noche —le dijo el policía a Mags, y ella intentó pensar en una respuesta. —Probablemente una cita —dijo ella, y me miró en busca de apoyo. —No lo recuerdo, me golpeé la cabeza —le recordé al oficial, y Mags junto a su amiga se apresuraron a revisar mi estado con gran preocupación, entonces me di cuenta que ellas no sabían nada al respecto. —Una herida en la cabeza puede ser fatal —protestó Mags enojada —, ¿has recibido algún tratamiento médico en todo este tiempo? La abogada empezó una discusión con los oficiales de policía, y sin poder añadir mucho más al interrogatorio para detenerme, ambas mujeres me sacaron de allí y me llevaron al hospital. Me veía tan bien que nadie consideró que debía ver un doctor, me trataron como una criminal de inmediato cuando me llevaron a la comisaría. Entonces, por primera vez reaccioné y desperté del estupor que me impidió sentir el peso de la situación sobre mí, ya no había distancia que me separara de lo que había ocurrido, así que lloré en el asiento trasero del auto, y lloré amargamente con todas mis fuerzas. Lloré como aquel día cuando Billy me tocó sin permiso y nadie dijo nada, porque ya lo había hecho antes con otras chicas y ninguna se quejó porque temían que pudiera afectar a sus familias. La mayoría de los padres de esos jóvenes estudiantes trabajaban en la compañía del padre de Billy, excepto mis padres, pero él no lo sabía. Así que después de aquel acto tan vergonzoso, la ira dentro de mi fue creciendo y la sensación de asco hacía mi misma me llevó a planear mi venganza, de modo que cuando lo vi de nuevo decidí que iba a mostrarle mi ira con mis propios puños. —¿Rossy, cariño? ¿Te duele algo? —me preguntó Mags, y de forma inconsciente me puse la mano sobre el pecho porque sentí que no podía respirar. —No puedo respirar —susurré. Su voz se volvió inaudible para mí, y mientras parpadeaba me sentí dentro del agua de nuevo. Mi cuerpo empezó a temblar de forma descontrolada, y deseé que alguien me ofreciera su abrigo. Había tenido frío antes, como cuando cerraba la tienda de noche en días de neblina. Hubo una vez en la cuál estaba sola porque Laurie tuvo que marcharse temprano, ella había hablado con el trabajador del negocio vecino para que me diera un aventón a la estación de autobuses. Pero, Owen apareció en la hora de cierre para acompañarme, se veía más confiado de lo usual, probablemente porque sentía que yo estaba cediendo poco a poco ante sus encantos. —¿Estás bien? —me preguntó cuando me vio temblar un poco. —No estoy vestida de forma adecuada —le dije, mi abrigo no era lo suficientemente cálido. —Mi auto está allí, lo mantuve caliente —me aseguró, entonces el chico de la tienda vecina salió y le dije con señas que me iba con Owen. Caminamos juntos de forma rápida para llegar al auto, había decidido que le preguntaría sobre por qué estaba allí, cuando ya estuviéramos en el interior. Al llegar me di cuenta que era el automóvil de su amiga, y le di una mirada llena de interrogantes. Así que cuando estuvimos cómodos en nuestros asientos le pregunté qué era lo que quería, no estaba segura sobre por qué había ido a verme. —Jenn, me dijo que viniera por ti, dijo que te había enviado un mensaje de texto —explicó, y procedí a revisar mi teléfono para comprobar lo que había dicho. Ciertamente la chica me había escrito y yo no me había dado por enterada, había estado ocupada verificando que todo estuviera bien antes de salir de la tienda. —Sí, es cierto que me escribió —dije pensativa —, no tuve mucho tiempo para mirar mi teléfono, supongo que fue un plan de último momento. —Lo fue, por eso estoy aquí para llevarte directo a la diversión —dijo él emocionado, y arrancó el auto para llevarnos al parque de diversiones que quedaba junto a la playa, simplemente debíamos salir del muelle y dar vuelta a la derecha —. Tenemos que aprovechar que ahora los días son más largos. —¿Qué es lo que planeas exactamente? A diferencia de ustedes soy una joven trabajadora, y por lo tanto, estoy cansada... —le recordé. —Vamos, no dejes pasar una oportunidad como esta, no se vive dos veces... Además, todos nosotros también hemos hecho cosas el día de hoy, y queremos tener un buen momento de esparcimiento con amigos. —No lo sé —estaba lista para hacer valer mi punto de vista. —Ya estás dentro del auto y no creo que seas capaz de decirle no a Jenn. Él tenía razón en una cosa y es que no era fácil rechazar las invitaciones de Jenny, porque la chica se esforzaba bastante en juntarnos a todos, y era demasiado amable. Por otro lado, su personalidad era bastante encantadora y era capaz de mantener el orden, era una persona bastante justa y honesta, por ello me agradaba y al mismo tiempo me hacía sentir fuera de lugar. Igualmente, me sorprendía su insistencia en hacerse mi amiga, tanto que unos días atrás me había invitado a ir de compras para buscar un vestido de baño. Ese día fue tranquilo y bastante acogedor, fuimos a los grandes centros comerciales cerca de la ciudad de San José y probamos diferente ropa en cada lugar al que fuimos. Recuerdo que hablamos sobre el clima, el trabajo, el tipo de ropa que nos gustaba usar, y el vestuario que necesitábamos para el verano, fue una tarde de chicas que nunca olvidaría. Ella fue la que condujo de ida y de vuelta, y cuando estaba manejando finalmente abordó el tema sobre Owen, ella me contó un poco sobre su amigo y cómo lo había conocido cuando eran niños porque sus madres eran amigas desde el colegio. Las cosas que me contó fueron bastante comunes, eran chicos que habían tenido vidas tranquilas y sin preocupación por el futuro. Y cuando le pregunté por qué creía que yo le gustaba a Owen, ella simplemente dijo que era por el aura misteriosa que emanaba de mí. —No soy un gran misterio —dije de repente al pensar en ello, y Owen me miró confundido. —Creo que todos somos un gran misterio por resolver —comentó mientras estacionaba en el parqueadero de los bolos —. Ahora dime, ¿te has montado en una montaña rusa antes? —Sí, hace mucho —respondí dubitativa. —Vamos —me instó a salir del auto y lo seguí, entonces me vio aferrándome de mi abrigo, y se regresó al auto para sacar un suéter que había en el baúl —. Lo había olvidado... —mencionó cuando me lo dio, y me lo puse para que no me congelara, aunque me quedó bastante grande. Entonces, caminamos rumbo al arcade donde estaban los chicos jugando, los tres se alegraron de verme al instante mientras jugaban en las máquinas. Luego de terminar su partida me llevaron afuera para montar algunas de las atracciones, a lo que intenté resistirme un poco con algunas excusas que nadie escuchó realmente. —Primero, el barco pirata —anunció uno de los gemelos, y fuimos a la fila. —El parque cierra en una hora, así que intentaremos montar tanto como podamos —mencionó Jenny. Yo no quería subir a ninguna de las atracciones, pero ellos me arrastraron a todas sin escuchar protestas. En la atracción del barco pirata me aferré con fuerza al brazo de Owen, y él intentó hacerme levantar las manos cada vez que caíamos. Luego, subimos a otro llamado Tifón, ese daba la vuelta completa en el aire y te dejaba de cabeza múltiples veces, tuve que cerrar mis ojos porque sentí que me iba a caer. Después de otras atracciones, los vi indecisos sobre cuál sería la mejor forma de terminar, entonces Owen me miró pensativo. —Vamos —, me tomó de la mano e hicimos fila para entrar a una atracción, había muchas fotos y datos históricos —, ¿recuerdas qué te pregunté si habías montado una montaña rusa antes? Los chicos nos siguieron emocionados, y Jenny felicitó a Owen por haber elegido el mejor de todos, según ella nada se le igualaba. —Este es un lugar histórico, es una de las atracciones más antiguas hechas en madera, y hasta apareció en películas, o eso dice ahí —, leyó una burbuja de datos curiosos que había en las paredes del corredor. —No sé si me va a gustar... —No te preocupes, solamente dura como tres minutos, y es la mejor forma de gritar —dijo riéndose. Ciertamente, fueron los tres minutos más largos de mi vida, después de la primera caída libre mi espíritu dejó mi cuerpo. Cuando terminó, tomé la decisión de que nunca volvería a subir en esa cosa, mi garganta no fue la misma desde entonces. Mientras los chicos estaban completamente emocionados, y revisaron el tiempo para ver si lograban ir a otra atracción, yo busqué dónde tomar asiento. Hubo un momento donde todos tomaron caminos diferentes, y me dejaron a cargo de algunas de sus pertenencias, ya que no mostraba señales de querer moverme del lugar donde estaba. —Interesante grupo de amigos —dijo alguien a mi lado, el chico desconocido se había sentado junto a mi para hablar. —Podría jurar que me estás siguiendo —le dije. —¿En serio? —me preguntó con tono sarcástico. —¿Qué quieres? —Solo busco amigos, alguien que no sea muy diferente a mi y pueda entenderme —me dijo con calma, y lo miré dubitativa —, nuestros padres eran buenos amigos. —Amigos —repetí la palabra con molestia. —Lo sé, sé muy bien cómo terminaron las cosas, pero todos cometemos errores, y las circunstancias... —El pasado debe permanecer donde pertenece —le dije, y él simplemente sonrió al saber cómo terminaría la oración —, en el pasado. —Pero, no siempre puede ser así, a veces es mejor tener amigos que enemigos —me dijo con tono serio. —¿Qué quieres? —le pregunté. —Mi parte obviamente —dijo. —Vienes con la persona equivocada, incluso creo que hay fila, hasta podrías pedir turno y regresar más tarde —dije con diversión —. Todos creen que yo poseo las respuestas a todas las preguntas que dejó mi padre. —¿Las tienes? —No, ni siquiera tengo su apellido —le aseguré. Él me miró pensativo por varios segundos antes de hablar de nuevo, no se veía realmente convencido por lo que había dicho. Sin embargo, tampoco estaba entre sus planes presionarme más ese día, de modo que simplemente me sonrió y se levantó del asiento que había tomado junto a mí en la zona de comidas. —Hablaremos luego, cuando estés lista para una conversación honesta —comentó y se despidió con un gesto de la mano, antes de mezclarse con las personas que pasaban, para desaparecer de mi vista. Mis manos habían estado sosteniendo mi bolso de mano con fuerza mientras hablaba con el chico, cuando él se fue finalmente liberé mis manos de la presión y vi cómo me temblaban. La situación me había dejado bastante sacudida, tenía miedo sobre el peligro que me estaba acechando, tampoco quería que Mags supiera de todo eso. —¿Lista para irnos? —me preguntó Jenny, y salté fuera de mi asiento sorprendida —. Ey, ¿qué pasó? No era mi intención asustarte. —Está bien, estaba perdida en mis pensamientos —le expliqué, y ella me miró preocupada. Los chicos llegaron poco después y todos fuimos al auto. Mi nerviosismo creció cuando antes de tomar asiento adelante, lo ví mirándonos desde la otra calle con un vaso de café en las manos. Todos nos fuimos al poco tiempo, y no pude evitar mirar por los espejos para asegurarme que nadie nos siguiera. Incluso cuando llegué a casa no me sentí segura, y no pude dormir hasta que cerré todas las cortinas, y cerré las puertas con llave. Recuerdo que me senté en el borde de la cama y mi corazón iba tan rápido que me costaba respirar, estaba más familiarizada con esa sensación de lo que pensaba, con una mano en el pecho, llena de todo tipo de malos pensamientos sobre como mi vida podría terminar. —Rossy, mírame a los ojos y respira conmigo —dijo Mags cuando estábamos en el auto, las memorias del pasado me habían nublado la mente por un momento —. Inhala... Exhala —repitió una y otra vez. Pero, mi cerebro dejó de funcionar por un momento y entonces, me desvanecí en el asiento trasero del automóvil,sin saber que el problema conmigo no era el frío, o el golpe en la cabeza, era la bala que había rozado mi sien antes de caer en el mar.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD