Mi cabeza estaba hecha un caos, todo esto no me lo esperaba, la verdad de que Morgan dejara a Donan días antes de su boda, fue culpa de mis padres, para así conseguir que yo sea la señora Fox en vez de ella.
Pero no comprendo por qué Donan actúa así, aveces se acerca a mí con cariño, como queriendo buscar algo de mi más allá de lo que le ofrezco. Debería de sentir odio, repudiar a mi familia y a mí con todas sus fuerzas por alejar a la mujer él ama, pero no lo veo así, no me insulta, no me dice nada, ¿Que es lo que pasa?.
Otras veces vuelve a ser como es, frío, distante, indiferente, callado, y ni siquiera se preocupa por mí. Cuando me contó la verdad, no me veía con odio aunque yo soy la que estoy en el lugar que no me corresponde, me lo contó cómo si solo me estuviera informando, nada tiene sentido.
No obstante...eso no deja dicho nada, él la quiere a ella, siempre fue ella, desde que lo conocí, hasta ahora, siempre perteneció a ella. Incluso me dejó sola para irse con ella, como muchas veces en estos últimos tres meses desde que volvió, tal vez no se vengue de una manera violenta, o tal vez demostrando odio contra mí, sino como lo está haciendo ahora, irse a los brazos de su amada, dejándome sola, quizás él sabe que esa pueda ser su mejor y más efectiva venganza, porque lo está logrando.
De tanto llorar ya me dolían los ojos, lloro porque me siento impotente, lloro porque amo a Donan, y aveces me confunde, no sabe que la más mínima atención que me pueda dar, hace de mis ideas un huracán, lloro porque mis padres me usaron para saciar su ambición, lloro porque solo quiero ser amada, quiero la atención de alguien, que me ponga a mi por sobre todo, quiero el amor de alguien a quién amo, pero que no me ama.
Y entre más lo pienso, más me duele...amarlo duele.
***
Pude cerrar los ojos y dormir, solo así podría olvidarme por un momento en la situación actual, olvidarme de todo, y ojalá fuera un sueño eterno.
De repente, siento pasos en la habitación, pero no me despierto, mi cuerpo quiere descansar, y mi mente también. Ahora la cama se hunde, y siento la presencia de alguien más conmigo, esa presencia tan familiar...
Unos brazos me rodean, sentía frío, pero ahora ellos me dan calor, siento su aliento cálido en mi cuello, sus manos apretar mi cintura, y sus brazos me apretujan contra su cuerpo, como si no quisiera dejarme escapar, como si estuviera cuidando su propiedad. Se siente tan bien. ¿Es esto un sueño, de esos en lo que sientes calma, y que nunca deseas despertar? Si es así...quiero nunca termine.
Apretujada contra ese cuerpo fornido, esos brazos que parecen cárcel, ese aliento que hace que pierda todos mis sentidos, ese aroma tan exquisito que hace que mi olfato se sienta afortunado, cada cosa que siento ahora me hacen sentir extraña, pero me gusta, porque pienso que es un sueño.
Pero en realidad, me doy cuenta de que no lo es, de que Donan si está conmigo, de que él es quien me abraza de esta manera, y me pregunto por qué lo hace.
Pensé que estaría con ella, pensé que correría a sus brazos como las otra noches, pero ahora...
—Hmm —me moví en la cama, fingiendo que estoy dormida, y a la misma vez tratando de alejarlo, no quiero seguir sintiendo lo bueno que es esto.
—Shhh, duerme —me susurró, con voz ronca, y muy dulce —solo duerme, estaré contigo, como siempre.
Me quedé helada con sus palabras, lo dice como si no fuera la primera vez que lo hace, como si no fuera la primera vez que se escabulle por debajo de las mantas y me toma de esta forma tan íntima, como si siempre estuviera conmigo cuando estoy sola.
—Do...Donan...—pronuncié su nombre, nuevamente fingiendo que estaba entre sueños, es que en verdad necesitaba comprobar si esto es real, o si es producto del cansancio.
—Mi Jenny —lo escuché decir, y tocar suavemente mi mejilla —lo voy a hacer otra vez, ¿Está bien? Solo quiero...sentirlos.
Estaba confundida, no sabía de lo que estaba hablando, ¿Hacerlo otra vez? ¿Hacer qué? ¿Y desde cuándo me llama así? Ya van dos veces.
No entendía nada, no hasta que gentilmente, estaba moviendo sus brazos para "no despertarme". Giró suavemente mi rostro hacia su dirección, y así yo inconscientemente giré mi cuerpo también como si me estuviera acomodando en la cama, y haciendo sonidos de una persona adormilada.
Acomodó uno de sus brazos en mi cintura, y con su mano libre me estaba acariciando la mejilla, y luego sus dedos pasaron a mis labios, no podía verlo por la oscuridad, pero me daba cierta curiosidad de cómo me estaría viendo ahora mismo.
Quedé gélida, con el cuerpo inmóvil cuando sentí su aliento cerca de mis labios, y luego la humedad de los suyos sobre los míos.
Me estaba...besando.
Entonces...¿A esto se refería con que quería hacerlo otra vez? «otra vez», eso quiere decir que...ya lo ha hecho...más de una vez mientras duermo.
Se quedó ahí, unido a mi, con sus labios contra lo mis, como dos imanes que solo se separarían por la fuerza de un interceptor, podía sentir su respiración encontrase con la mía, sintiendo la satisfacción que es tocar sus labios, y con esa extraña sensación en mi corazón, que me hace nuevamente volver al laberinto de confusiones, pero esta vez va más violentamente.
Se separó, y lo odié por eso, tenía el deseo de corresponderle, pero no lo merecía, él no merecía que yo en estos momentos aceptara el demandado beso, y a la misma se diera cuenta de que me ha gustado por seguirle la corriente, y aún más, que se dé cuenta de que estuve consciente de ello.
Acarició nuevamente mi mejilla, antes de dejarme un beso en la frente, y luego abrazarme fuerte, haciendo que yo también —como persona supuestamente en un sueño profundo—lo abrace igualmente.
Hundí mi cabeza en su pecho, sintiendo su aroma varonil, me moví como si me estuviera acomodando, como si no tuviera la más mínima idea de lo que acaba de pasar, y que de seguro él lo tiene como un secreto. Besarme, o tocarme mientras estoy dormida. Esto es algo extraño.