“Aún ni siquiera te tengo y ya tengo miedo de perder tu amor” Sin banderas Marcos llegó muy temprano a su oficina, tenía sólo en mente una idea fija, buscar a Arantxa y volver a estar con ella; quería besar sus labios y perderse en el acantilado de su entrepierna, sentir el aroma marino de sus coralinas rosadas y disfrutar de su sabor. Su falo se endureció sólo de pensar en ella. —¡Joder! Como me pone esa chica. —sonrió al pensarlo. Respiró profundamente tratando de calmar su excitación.— A trabajar, ya luego podrás estar con ella esta noche. Se ocupó y concentró en su trabajo, revisó su agenda electrónica con los pendientes para ese día, debía trabajar ccorrido para cumplir con todo y sólo así después ir hasta la tienda de delivery para buscarla. En cierta forma, prefería estar en l