“No hay secreto que el tiempo no revele.” Jean-Baptiste Racine Martina baja del taxi, entra a su mansión. Regina, al verla se apresura en dejar todo listo para la cena. —Buenas noches Sra Martina. Todo está listo para la cena. —No quiero cenar por ahora. Esperaré a mi esposo. —Como usted diga —la mujer da la media vuelta y Martina la detiene. —Espera un minuto. —la empleada se voltea de frente a ella.— ¿Sabes quien era la mujercita que estuvo aquí el fin de semana con mi marido? —No señora —respondió con cierto nerviosismo. —Tienes que haberla visto, dime la verdad —la sujetó del antebrazo con fuerza. —No sé quién era. Cuando llegué iba saliendo una chica en una moto de Delivery. —¿Qué? ¿Una repartidora de Delivery? Marcos debe estar volviéndose loco. ¿Cómo puede fijarse en al