Frunciendo el ceño, Noah fue el primero en salir de la cocina debido a los incesantes y molestos golpes contra su puerta, unos que casi estaban destinados a derrumbarla en vez de anunciar la presencia de alguien. Abriéndola, no se sorprendió mucho de encontrarse en el otro lado a Petra observándole furiosamente. —¿Cómo te atreves a traer a esas personas a mi casa? —exclamó llena de furia, pasando por al lado del alfa, auto-invitándose a entrar como si tuviera todo el derecho del mundo. —Creo que esta dejó de ser tu casa el mismo día en que decidiste mudarte debido a que no querías permanecer en el mismo espacio que yo —le recordó cerrando la puerta. Debería de verse molesto por la arrogancia de la omega, pero la verdad es que ya estaba tan acostumbrado a su actitud que simplemente ya n