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—¿Y por qué? —exclamó Elon—. ¿Cómo estás tan segura de que ese hombre es mi enemigo? —¿Por qué crees que te casará con su hija? ¿Por qué no cumplió con la orden de los Brich de matar al hombre que robó la fortuna de Gilbert Burton? Tienes una fortuna que no es tuya, pero no pelearé por ella, no me importa, como el hecho de que puedes ayudarme a acabar con el viejo Beckman. —¿Quieres decir que si no te ayudó vendrás contra mí? Azalea sonrió, dio un paso más hacia él. —Lo único que te diré, es que no estás aquí de casualidad, eres el contenedor de basura perfecto para Santiago Beckman, diriges la empresa Beckman que pronto va a lavar mucho dinero sucio, luego, cuando los descubran, —puede ser justo ahora o en algunos años— él que pagará por todo serás tú, su hijita quedará divorciada, li