Emiliano miró los ojos de esa mujer, de pronto sintió que la había visto en otro lado, era parecida a alguien que él conocía, pensó en Perla, pensó en su madre, sintió un peso en corazón.
La mujer seguía con ojos tan grandes, y ese gesto casi turbado.
—Señora, la puedo ver despues, ahora estoy muy ocupado —dijo Elon tratando de que lo dejara en paz.
Azalea batalló en reaccionar, pero asintió, temblorosa, dio la vuelta y se fue.
—¿Quién era? —exclamó Emiliano
—Eh… una inversionista sobre unos seguros, ¿Por qué me citaste aquí? —exclamó Elon
Emiliano volvió en sí.
—Sí, estoy preocupado por Rossana, Elon, ¿Quiero saber cuales son tus intenciones con ella? —exclamó
Elon lo miró.
—¿Qué puedo decirte? No soy un tipo perfecto, tengo mi carácter, tengo mis errores a cuestas, solo puedo
