Lenin salió primero, mientras Perla se quedó dónde estaba cubriéndose de no ser vista.
—¿Qué necesitas, Santiago?
—Llegó el idiota de Martín, ven conmigo, veamos que quiere —sentenció.
Lenin fue detrás de él.
Luego de eso, Perla pudo salir.
Al entrar al despacho, Martín estaba ahí con dos hombres.
—¿Qué quieres, Martín? ¿A qué has venido? —exclamó—. ¿Y estos hombres quienes son? —preguntó con recelo.
—Este hombre es quien pidió Lenin para nuevo guardia, y este hombre es mi propio guardia personal.
Santiago alzó las cejas.
—¿De cuándo acá andas con guardias?
—Ya ves, hermano, la vida cambia.
Santiago pidió a Lenin y a los guardias que salieran, el hombre miró bien a Martín, el hombre titubeó.
Martín se preguntó que debía hacer, ¿Traicionar a Santiago o decirle la verdad? Tal vez
