Capitulo 17

854 Words
Un rato más tarde, me fui a la habitación para aprovechar una hora que tenía muerta y ver si podía saber algo de Isabella. Nada más entrar en la habitación me la encontré llorando en su cama. —Isabella—la llame alarmada. Me acerqué a ella y sin dudarlo me abrazó con fuerza, llorando en mi hombro. —¿Qué ha pasado?—le pregunté preocupada, me separé un poco de ella para ver sus ojos rojos y una de sus mejillas muy rojas—¿Te han pegado?—le pregunté sorprendida. —Si—sollozo—Pero eso no me importa—hablo llorando. Isabella se tiró en la cama llorando, para taparse la cara, no paraba de llorar, me ponía mal verla así sin saber que hacer, era como si le hubieran arrancado el corazón, no se si me alarmaba más que no le diera importancia a que la pegaran o que no se pudieran calmar. —Necesito que te calmes—le suplique. Alguien llamó a la puerta. Suspiré y abrí la puerta para ver a Aiden y Matt en el pasillo, sin dudarlo les dejé pasar para evitarnos problemas. —¿Qué hacéis aquí?—les pregunté mientras cerraba la puerta. —Venimos a ver a Isabella—respondió Aiden que miró a su prima, preocupado. Matt se acercó a Isabella y como si no pasara nada, la levantó, sentando a la chica para abrazarla a ver si la calmaba, Isabella se dejó abrazar y se escondió en el hombro de Matt a llorar. —¿Cómo la calmamos?—le pregunté a Aiden. —No se la puede calmar, cuando se pone así hasta que pare de llorar no es capaz de hablar—me explico Aiden. Suspiré. —A ver, Isabella, necesito que me cuentes cómo hacer las ecuaciones nuevas que ha explicado Chiqui, que no me entero—le dijo Matt. Isabella se separó de él y le miró. Tenía ganas de pegar a Matt ¿Como podía pensar en eso cuando la pobre estaba llorando? —Tienes que saber primero la fórmula—le dijo ella mientras intentaba hablar por las lágrimas. —No la recuerdo—le dijo Matt. Isabella se puso a explicar poco a poco como hacer esos ejercicios nuevos hasta que unos minutos después se calmó, así que aunque al principio me pareció loco el plan de Matt, no lo entendía y me molesto que pensara en eso cuando la chica estaba mal, pero estaba claro que sabía como calmar uno de esos episodios. —¿Que te han dicho?—le preguntó Aiden a su prima. Me senté en mi cama y Aiden se sentó a mi lado pero dejando espacio para no incomodar me, caballeroso, eso era un punto a su favor. —Me ha dicho que soy una mala hija, una decepción—nos contó Isabella y la mire. —Isabella, esa mujer no tiene idea de que es ser mala hija—la intente calmar. La chica nos miró. —No me importa los insultos y que me pegué—explico, mire a Aiden que tuvo que apretar los puños para no soltar un mal comentario, esperaba que fuera la primera y última vez que a esas personas se les pasaba por la cabeza tocar a mi amiga, porque si volvían ha hacerlo, acabaría con ellos—Me han p*******o ser vuestra amiga—. La mire. —¿Y cómo van a saber con quién andas en el colegió?—le preguntó Matt sorprendido. —Le han pedido al director que me cambié de habitación, Chiqui les ha explicado que no hay habitaciones libres y que debe ser así hasta después de las vacaciones de primavera al menos—contó y la mire—Así que le han pedido a él que no me deje estar con vosotros—. La mire. —Hablaremos con Chiqui, no vamos a dejar que te separen de nosotros—deje claro y ella me miró. —¿Qué más?—preguntó Aiden. Le mire. —El curso que viene me envían a un internado de monjas—nos contó y los tres la miramos impresionados—Es mucho peor que este, está en un bosque sin internet, ni conexión telefónica, no puedes llevar nada, todo te lo dan ahí, y cualquier cosa que lleves la donan—. —Tu madre esta loca—me queje—¿Acaso sois religiosos?—. Isabella se encogió de hombros. —No es la cuestión, la cosa es que nos vigilan siempre y las horas libres son para rezar—explicó. —Haz algo—le ordené a Aiden. Este me miró impresionado. —No puedo cambiar las decisiones de mi tía, no tengo tanto poder—se quejó Aiden. Miré a Matt, sabía que nosotros podíamos hacer algo pero para eso, nos tocaba hacer varias cosas que no nos gustaban demasiado, pero merecían la pena, Isabella lo hacía. —Buscaremos una solución—dejó claro Matt. Isabella asintió no muy convencida, no sabía como lo haríamos pero algo haríamos.
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