Capitulo 9

2022 Words
Era la primera vez que podía decir de forma orgullosa que llevaba todos los deberes hechos y encima entendiendo lo que ponía en ellos. Se me da bien estudiar, pero en ocasiones con los deberes pongo el modo automático y ni yo misma entiendo que pone en mis cuadernos. Respiré hondo mientras me sentaba en la cama para hacerme una coleta. —Dame fuerza dios para superar este día—suplique. Me levanté de la cama y me puse el uniforme para ir a desayunar, al no estar Isabella conmigo, me senté a desayunar con mis amigos pero tampoco vi al grupo de Isabella por lo que supuse que no estaban, que estaban haciendo lo mismo que Isabella. Por lo que me contó Isabella, los lunes siempre se iba antes a ayudar a las cocineras a organizar la comida que sobró en la semana anterior para llevarla a un comedor social cercano, por lo que no la vi en el desayuno y la primera hora, pero sabía que la vería a segunda en clase de matemáticas, que sigo pensando que es un crimen ponerla antes de que mi cerebro se despierte. La gente gritaba y hablaba como si tuvieran una enorme energía para ser las nueve de la mañana. —j***r, como alguien me grite otra vez en el oido, le pego—susurré para mis adentros pero estaba consciente de que me faltaba poco para cumplir esa promesa. Camine por los pasillos llenos de alumnos, odiando que ya fuera lunes. Tuve que esquivar a más de uno que iba distraído, y no era una persona pequeña como para que no me vieran pero estaba claro que en este colegio, nadie ve a los demás. Matt se me acercó para caminar a mi lado. —Hola Matt—le saludé. Matt me quito los cuadernos de la mano para llevarlos él como buen amigo que es y lo mucho que sabe que odio los lunes y cualquier mañana. No es que tuviera gran problema con las mañanas, eran buenas pero es que despertar era demasiado horrible, me gustaba dormir y vivir pero más dormir, era la mejor cosa del mundo. —¿Qué tal guapa? A ver si hoy Chiqui se anima y nos echa por la ventana—comento y le miré divertida—Hoy no tengo nada de ganas de hacer ecuaciones—. —Tú nunca tienes ganas de estudiar, querido Matt—le respondí. —Tampoco seas cruel conmigo—me dijo abriendo la puerta de la clase de matemáticas para que pudiera entrar. —Soy sincera, no cruel—le deje claro. —Venga entra que se me duerme la mano—se quejó haciendo que riera. Justo cuando iba a entrar, vi a lo lejos a Laura y Luis que venían hablando animados, así que decidí esperar a que llegaran. —Ahí vienen los demás—comentó Matt soltando la puerta. —También viene Isabella—le dije al verla detrás de mis amigos. Matt me miró. —Al final os vais hacer íntimas amigas—me dijo y le mire. Sin dudarlo le di una colleja. —¿Y a ti que?—le pregunté molesta. Quizás ser amiga de Isabella y sus amigos, me vendría bien para no meterme en tantos problemas y mejorar mis notas, además que a él tampoco le vendría mal mejorar su comportamiento en clase. —Si a mi no me importa—me dijo levantando sus manos en señal de rendición—Solo, por favor no te vuelvas una santurrona como ella, eso si que no lo podría soportar, antes dejo que Chiqui me enseñe ecuaciones—aviso y le mire. —¿Quién es una santurrona?—preguntó Laura acercándose a nosotros. —Nadie—me queje y abrí la puerta para entrar a clase. La gente me siguió, entrando a clase. Me senté en mi sitió y Matt se sentó a mi lado. —Buenos días chicos—hablo entrando a clase Chiqui. Las clases pasaron lentas pero pasaron, por lo que cuando me di cuenta ya era la hora de comer. Me acerque a Isabella que estaba en el pasillo yendo al comedor. —Hoy nos toca presentar a nuestros grupos—le dije. Ella rió y asintió en silencio. Tras que todos cogieramos la comida, nos sentamos en una mesa para comer todos juntos, éramos la comidilla de todo el internado, todos nos miraban y comentaban, por primera vez no me importaba mucho. —Bueno, es hora de que nos conozcamos bien—comente y todos me miraron—Todos conocemos a Isabella, una chica estupenda y algo tímida—. —Y con mala leche—añadió Matt. Asentí. —Eso también, del resto creo que solo se el nombre así que vamos a presentarnos como es debido— avise y mire a Aiden sentando al lado de Isabella—¿Tu eres Aiden?—le pregunté. El chico se sentó tranquilo y comiendo. —El novio de Isabella—añadió Matt. Isabella se atraganto con la comida que tenía en la boca y Aiden tuvo que parar un segundo para no escupir su comida, mientras que sus amigos reían. Creo que había algo que nos estábamos perdiendo. —¿De donde sacas eso, payaso?—le preguntó Aiden sorprendido a Matt. Mi amigo miró al chico sorprendido por la pregunta. —Siempre andais juntos y sois cercanos, estáis siempre muy pegados—comentó Matt e hizo una pausa—¿Y a qué viene eso de payaso?—preguntó sorprendido y haciéndose el ofendido. Isabella negó. —Existe la amistad entre chicos y chicas—aviso ella. Aiden negó. —Somos primos, y muy buenos amigos—explicó Aiden, eso cuadraba y aclaraba varias cosas—Y lo de payaso es porque…—el pobre chico se quedó unos segundos en silencio pensando—Eres un payaso—dejó claro. Matt se quedó pensando un segundo. —Un poco si, para ser sincero—añadió Matt tranquilo. —Bueno, estos dos ya se han presentado, tenemos al payaso y al primo—les presento ella tranquila—Sigamos—. Todos reimos, porque en muchos sitios para llamar a alguien tonto se le dice primo, y hasta ahora para burlarse de ellos, siempre se les decía el grupo de los tontos, porque de lo buenos que eran, siempre parecian tontos. —Ella es Patricia, Pat—dijo Isabella señalando a una chica castaña, con ojos marrones y un pelo largo atado en un moño sin un solo pelo despeinado, parecía sería, se que compartía clase de historia con ella pero creo que nunca la he oído hablar—No os asustéis, no habla mucho pero si tiene algo que decir, lo hará—dejó claro Isabella. La chica se limitó a saludar con un leve levantamiento de cabeza. Isabella pasó su mano por una chica pelinegra de ojos grises demasiado intensos, un lazo adornaba su pelo, dándole una imagen de niña buena adorable. —Ella es Rosa—la presento—Que nadie se fie de su imagen de niña buena, es una luchadora profesional y puede con cualquiera, es mucho más dura de lo que parece—explico. Reí. No tenía para nada la imagen de una chica luchadora, parecía una niña buena que jamás rompió un plato, pero teniendo en cuenta que Isabella tampoco parecía lo que era, seguramente esta chica podía tirar a los deportistas sin problemas. —Aclaremos que soy pacifista—aviso Rosa. —Hasta que te tocan las narices—aviso Aiden, y la chica le miro mal—Tiene poca paciencia—añadió. Asentí y miré a Matt, que era la persona que más podía romper la paciencia de alguien y no tenía ganas de llevarlo a la enfermería. —Bueno, si me dejáis sigo—comentó Isabella. —Todo tuyo duquesa—le dijo Rosa e Isabella la miro mal, pero parecía una broma interna entre ellas que no entendía pero que iba a descubrir lo antes posible. —Él es J.T.—comentó Isabella señalando a un chico que estaba rapado al cero, parecía serio, con sus gafas y su cuerpo bien sentado, como si nada le perturbara, para ser sincera este grupo de chicos, parecían ser hijos de militares o realeza por la perfección de sus movimientos—Es la persona más lista que conozco, cualquier información que queráis, preguntarle, lo sabe todo—. —Gracias por el halago—le dijo J.T. a Isabella que le regaló una dulce sonrisa. —Si lo sabes todo—comenzó Matt apoyando su cabeza sobre sus manos—Dime que equipo va a ganar la final de fútbol este año—. El chico se colocó sus gafas y se aclaró la garganta. —Estoy seguro y creo que no me equivoco si digo, que los primeros eliminados serán ellos—aviso J.T. señalando a la mesa de deportistas que se pasaban un balón de forma algo torpe. —Si que es listo, este tío—finalizó Matt, haciendo que todos rieramos. —Por último pero no menos importante, tenemos a nuestro matemático favorito—comentó Isabella señalando a un chico pelirrojo, a diferencia del anterior tenía el pelo tan largo que le tapa sus ojos verdes—Tomás, es un genio, lo calcula todo en segundos—. Mire a Isabella que asintió dándome a entender que terminó con su grupo, no me había dado cuenta de que había terminado las presentaciones cuando ya me tocaba a mi. —Ella es Laura—dije señalando a mi amiga, que levantó la mano feliz—Consigue cualquier cosa, lo que necesiteís, ella lo trae en dos segundos—. —Pero que ganen nuestro equipo, aún no lo ha conseguido—avisó Matt. —Busco cosas imposibles, los milagros no son cosa mía—dejó claro Laura. Todos reímos. Creo que ese milagro no lo conseguirían aunque cambiaran a medio equipo. —A su lado tenemos a Luis—dije señalando al teñido de mi amigo—Es un genio de los ordenadores, así que si le necesitáis, estará en la sala de informática—. —Lugar donde prefiero no ser molestado—bromeó Luis. Isabella me miró pero negué dejándole claro que era una broma, creo que Luis es la persona más sociable del mundo y la que menos le importa que le molesten, ama a las personas casi tanto como la informática. —Aquí tenemos a Gemma—les comunique señalando a la pelirroja que comía sus macarrones con queso en silencio—No os fiéis, muy guapa y todo pero está más loca que todos juntos—deje claro. —Prefiero el término de diferente, mi realidad es diferente—aclaró ella haciendo que asintiera porque era algo que siempre se me olvidaba. —Bueno, mis gemelas favoritas—comenté señalando a las últimas participantes de mi grupo—Lisa y Paula—les dije sin señalar específicamente a una de ellas porque aunque las diferenciaba nunca estaba segura, sus melenas castañas y ojos color miel eran idénticos, creo que solo se diferenciaban por unos centímetros de diferencia. —Lisa—aclaró una de ellas. —Paula—aviso la otra. —Son estupendas, y no os preocupéis, nunca estamos seguro de quien es una y quien la otra—les avise para que no se preocupan por diferenciarlas, a ellas les gustaba que no lo hicieran, les gustaba cambiarse de lugar y marear a las personas—Son muy buenas con las manualidades y cosas que impliquen trabajos manuales—avise. Todos asintieron conformes por tener algo claro quién era quién y un poco de información de los demás, aunque conocer más datos, era cuestión de tiempo. —Menudo grupo que formamos—habló Matt y todos le miramos mientras él se comía su yogurt de lo más tranquilo—Parece que el único normal soy yo, vamos que sois más raros que los profesores— comentó el chico haciendo que todos rieramos. Ser normal está pasado de moda.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD