Cinco Hombres

1054 Words

―Mmm… es demasiado rico, más de lo que me había imaginado. Gracias, mamá… me imagino que a vos ese mecánico te rompió el orto así. ―Debió ser muy parecido ―admitió mi madre―. El tipo no me tuvo piedad. Me dio con todo desde el principio. Agradecí tener el culo bien entrenado, de lo contrario no hubiera podido soportar semejante maltrato. Al menos tuvo la decencia de lubricar bien su v***a. Siempre había lubricante en ese cuartito… y la mayor parte terminaba dentro de mi culo. Sin embargo lo particular de esta anécdota comenzó unos minutos más tarde, cuando yo ya estaba totalmente desnuda, en cuatro patas sobre el catre, con el tipo taladrando el orto. Frente a mí estaba la puerta y vi que se abría y entraba Aníbal, el dueño del taller acompañado de otro de sus empleados. Al verme dijo: “Q

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