Pura Maldad

1997 Words

Mi casa se transformó en un puticlub. Bueno, en realidad no sé cómo es un puticlub, nunca estuve en uno… pero se entiende la analogía. A la tarde, cuando salí de mi pieza, me encontré con Priscila y Milagros sentadas en el sofá. Completamente desnudas las dos, como corresponde. Se estaban besando la una a la otra mientras se metían los dedos en las conchas, tenían las piernas bien abiertas y yo pude ver el espectáculo durante unos segundos. No me quedé demasiado tiempo allí, porque detrás de la barra americana, preparando la cena, estaba mi mamá… con sus grandes tetas a la vista. Decidí divertirme un poco con ella y probar qué tan abierta está su mente hoy en día. La arrimé por detrás y su reacción fue inmediata, paró la cola y se preparó para lo que iba a venir. No le tuve tregua. Pe

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD