―Bastante bien, a decir verdad. Por lo general era ella la que me buscaba a mí para coger… ―Mirá si será puta ―dijo Pao, quien ya había vuelto de su pieza. Tenía puesta una sencilla tanga blanca con un top del mismo color que le marcaba mucho los pezones. Parecía un atuendo más bien deportivo, pero sumamente sexy―. A mí me hizo sentir como la mierda cuando me vio cogiendo con Mateo… y ella se cogía a la madre! ―Uy… em… ¿Y si mejor vamos a hablar a tu pieza, Pao? ―Propuso Tamara―. Así nadie nos interrumpe. ―Sí, mejor… porque quiero entender por qué esa yegua me trató tan mal, siendo que ella hizo cosas mucho peores que yo. Ya en el cuarto de mi hermana nos acomodamos los tres en la cama, yo acostado junto a mi tía y Pao sentada frente a nosotros, en la zona de los pies. Tamara se tomó l