Recuerdo, como si hubiera pasado ayer, el momento en que Milagros y mi mamá empezaron a ayudarme con mi problemita de eyaculación precoz. Aunque lo más importante fue que me enseñaron a tratar con mujeres. Creí que eso me serviría el día que termine la cuarentena para buscarme alguna novia; pero en realidad, sin que lo supiéramos, me prepararon para este momento: la charla con Pao. Diario de Cuarentena: *Vamos, cadete, de pie. Entrenó mucho para esta batalla. Hágale frente a sus miedos e inseguridades. Y no se olvide que todo el pelotón estará luchando a su lado, hasta el final*. Entré al cuarto de Pao, la encontré jugando con la PlayStation, sentada en el borde de su cama. Tenía puesto un pequeño short azul y una blusa sin mangas color rosa. Por la forma en que se marcaban sus pezones,