Pao sonrió y se sumó a mi tía en el proceso de masturbarme. Tener dos manos haciéndolo puso mis sentidos en alerta. La temperatura del ambiente ya estaba subiendo. ―Yo también empecé a experimentar con el sexo anal ―aseguró mi hermana―. Y fue lindo que mi mamá estuviera ahí, para darme consejos. Es muy tierno que hayas hecho lo mismo con Jessica. ―Sería una mala tía si no hago lo mismo con vos. Mientras te cuento lo que hicimos con Jessica, podríamos replicarlo con esta hermosa pija que tenemos acá. ―Me parece una excelente idea ―la sonrisa de Pao estaba cargada de pura lujuria. ―Muy bien, no creo que Mateo ponga alguna objeción. ―¿Acaso tengo cara de idiota? ―Sí, tenés mucha cara de idiota, hermanito. ―Y a veces sos un poquito idiota ―agregó mi tía. Las dos comenzaron a reírse a c