Elvis se despertó tarde el domingo para recibir un correo sobre su curso médico en Nueva York el lunes por la mañana; estaba tan emocionado sabiendo muy bien que ha sido su sueño convertirse en un médico. Se apresuró a entrar y se bañó en preparación para el viaje, informó a sus padres inmediatamente sobre su ausencia para la cena familiar que supuestamente se celebraría esa noche. Sus padres también estaban emocionados y le desearon éxito y un viaje seguro.
Rápidamente empacó su bolsa y otras cosas vitales que necesitará para el viaje.
Elvis Richardson es un alto, ojos verdes, de pelo rubio, norteamericano, entrena todo lo que puede para mantener su elegante figura, y se ve atlético en apariencia. Elvis es un hombre típico de las damas, ama a sus damas y al mismo tiempo tan ambicioso sobre su sueño de convertirse en médico. Siempre es encantador y sabe qué mezclar como atuendo para lograr ser atractivo para todos los que se encuentra. También es humorístico y siempre trabaja en su coeficiente intelectual en cada momento. Él es de un hogar rico, aunque no es un niño rico y malcriado, pero es el niño de una madre. Su hermana menor, Lisa es la típica niña rica bratty, le gusta salir con tipos ricos de un fondo rico y le encantan los coches del año a diferencia de Elvis que lleva una vida simple. Lisa también es bonita y atractiva como Elvis, aunque ninguna de sus relaciones dura porque le resulta difícil acertar con su Sr.
Thomas Richardson, un hombre rico que tuvo la suerte de heredar el negocio familiar de petróleo y gas de su difunto padre, es un epítome de la elegancia, sus hijos obtuvieron su guapura de él. Es un hombre muy posesivo y quiere que Elvis se haga cargo del negocio familiar, pero el hijo terco y ambicioso quiere algo diferente de sus sueños de hacerse cargo del negocio de la familia.
Érica Richardson, una mujer sencilla pero elegante con ojos verdes calmantes no quiere nada de conflicto y siempre hace todo lo posible por apoyar a su hijo en cualquier cosa que quiera hacer. Aunque ella trata de ser justa con sus hijos, pero todo el mundo sabe que Elvis era su favorito.
***
Al llegar al aeropuerto con su vuelo reservado para clase ejecutiva, Elvis estaba siendo admirado por las azafatas aéreas, lo que resultó en que una de ellas le deslizara su contacto personal. Había tratado de ser inconsciente, además, se ha acostumbrado bastante a cómo las damas reaccionan ante él.
Al llegar a Nueva York, eligió un taxi a un hotel donde se alojó y más tarde en la noche, le dio a la azafata aérea una llamada para tener una discusión durante una cena, necesitaba un guía turístico en Nueva York. Después de hablar con ella por teléfono, supo que su nombre es Catherina y acordaron reunirse en un restaurante cercano a su hotel.
Al llegar al restaurante, descubrió que estaba unos minutos antes y decidió esperar con una botella de champán. Pasaron los segundos, así como los minutos y pronto, Catherina se estaba retrasando y una cosa que Elvis odia es esperar. Tener a un hombre como Thomas como padre, el orgullo es algo para correr en la familia. Decidió hacer un pedido mientras aún la esperaba. Cuando finalmente miró hacia arriba y la vio acercarse, su sonrisa, su ira perdida en el fondo de su mente. -Finalmente, estás aquí- dijo cuando ella estaba cerca, de pie y sacando una silla para ella como un verdadero caballero.
-Lo siento mucho- dijo Catherina, destellando una coqueta sonrisa.
-Eso está bien, aunque me pregunté por qué deberías mantener a un hombre esperando en la primera cita-
Catherina sonrió: -Realmente no quise, había mucho tráfico y solo tengo que esperar a que pase. Sabes lo ocupada que puede estar la ciudad-
-Eso está bien- asintió Elvis -todavía necesito adaptarme a eso, ¿no crees?- se rió y ella le devolvió destellando una dulce sonrisa. El camarero se acercó a su mesa una vez más y ella hizo su pedido.
-Déjame que tome bacalao asado con paella y aceite de oliva azafrán- dijo Catherina en español.
-Oh, ¿hablas español, España?- Elvis preguntó, su curiosidad visiblemente vista en su rostro.
Para impresionarlo más, Catherina metió su cabello rubio detrás de la oreja y dijo en español: -sí-
-Está bien- se rió Elvis -¿te importa pedir tu orden en un idioma que pueda entender?- la deslumbró con su sonrisa de dientes blancos nacarados.
-Bacalao asado con paella y aceite de oliva de azafrán- respondió.
-Bueno, otra pregunta, ¿por qué incluso ordenaste en español?-
-Porque sabía que el camarero podía entender- se encogió de hombros, bebiendo su bebida que él le sirvió.
-Veo- respondió cogiendo su propio vaso y bebiendo de él.
-¿Y qué te trae a Nueva York?- preguntó con una sonrisa.
-Vine aquí por un propósito personal- respondió, a veces simplemente le gusta mantener todos sus asuntos privados personales, especialmente cuando todavía está en una zona de amigos.
-Supongo que a ustedes, chicos ricos, ¿no les gusta estar abiertos?- preguntó.
Elvis se rió -¿y cómo puedes decir que soy rico?- levantó una ceja, sus ojos verdes se peleaban suavemente con interés.
-No importa lo mucho que lo intentes, no puedes ocultarlo, se puede oler desde cien metros- respondió de hecho.
Riendo, Elvis la señaló con su dedo índice-parece que has conocido a muchos chicos ricos si clasificas así- . Catherina se encogió de hombros y no respondió. Calmándose de sus risas, suspiró -bueno, no, en realidad no, me gusta mantener bien las cosas personales... personal-. Ella asintió sin decir una palabra y él se rió. Pasaron unos minutos y él preguntó: -¿Cómo aprendiste a hablar inglés?-
Catherina sabía que se había desviado del tema y no quería estresarlo más, simplemente se fue con el flujo. -Estudié aquí-. Ella no quería entrar en detalles porque esa pregunta en realidad le recordaba a su difunta madre, quien hizo todo lo que pudo para asegurarse de que entrara en los Estados Unidos y tuviera sus estudios. Al llegar a Estados Unidos, después de su graduación, consiguió su primer trabajo como azafata. Siempre la vuelve loca cada vez que recordaba que su difunta mamá no podía disfrutar de su trabajo antes de morir.
Al notar su cambio de humor después de hacerle la pregunta, Elvis sabía que le trajo recuerdos, y uno triste en realidad. -Lo siento si mi pregunta te molestó-
Catherina forzó una sonrisa -está bien-
Elvis asintió con la cabeza, miró alrededor del restaurante y luego, de vuelta a su mesa, recogió la botella de champán vacía -¿más champán?- preguntó con una sonrisa.
-Muy bien-
Durante la segunda botella de champán, se divirtieron mucho discutiendo e incluso hablaron de cómo ella logró meter su contacto en su bolsillo sin que nadie se diera cuenta. Al final, ambos terminaron desconsogados y tuvieron que regresar a la habitación de Elvis para pasar la noche.
Al día siguiente, tuvieron que prepararse a toda prisa porque ambos estaban atrasados en sus actividades. Catherina tuvo que apresurarse a trabajar para ponerse al día porque viajaría de regreso a Chicago, mientras que Elvis se apresuró a salir al hospital St. Agustin Specialist para su primer día en su curso. Al llegar a la Escuela, se precipitó al registrador y se inscribió con el requisito necesario para el curso, luego lo llevaron a la sala de conferencias, desafortunadamente, no le quedaba un asiento vacío.
Mientras miraba a su alrededor, con la esperanza de encontrar un espacio vacío, notó que una morena le saludaba, se acercó a ella y ella se ofreció a compartir su escritorio con él. Quedó impresionado y perdido en sus ojos marrones miel que lo cautivaron y la dulce sonrisa en esos labios rosados en forma de corazón.
Justo cuando pensó que no podía estar más asombrado por ella, terminó recibiendo otro shock por su inteligencia cuando comenzó la conferencia. Antes del final de la clase, sabía que le gustaría saber más de ella.