•San Valentin de cumpleaños.

1297 Words
Parker me sostiene con fuerza y duda unos segundos antes de hacer cualquier movimiento, no sé porqué le dije que me bese, no estoy segura de querer eso. En cuanto el intenta acercarse alguien golpea la puerta de mi habitación evitando, de alguna manera milagrosa, que algo ocurra entre nosotros. —¿Estas ahí? Abreme. Es mi padre. Empujo a Leghi directo a la cama, su cuerpo cae con pesadez y rebota varias veces sobre el colchón, su cara se transformó en una expresión infinita de dolor y sufriendo. —Ay, no actúes ¿Quieres? Recién parecía no dolerte nada —susurro y le lanzo su remera para que a mi padre no le de un infarto. —¡Alai! —grita impaciente. —Ya voy, ya voy. Abro la puerta de mi habitación con calma. Papá tiene su corbata desatada, su saco desabotonado y su cinturón también desabrochado. —¿Dónde está Susan? ¿Dónde está Britney? ¿Dónde está Morrel? —suspira pesadamente. Son casi las seis de la mañana, grandes ojeras adornan su rostro, el cabello de papá parece haber sufrido un terremoto. —Uhm, no sabría que contestar —muerdo mi uña nerviosa. —Bien, camina a mi oficina. —Papá, Parker está aquí. Sólo cierro mis ojos esperando un grito de su parte, seguramente cuando lo vea todo golpeado y lastimado me castigará, me matará o posiblemente me haga desaparecer de la faz de la tierra. Fue un gusto haber vivido diecisiete años de mi vida, bueno en realidad no, que asco. —Parker, tu también, a mi oficina. Su voz sale raramente serena, solo nos dedica una última mirada antes de girarse y caminar hasta las escaleras. —¿Tu padre está bien? —No lo sé, descubramos que sucede —entro a mi habitación en busca de mi teléfono para enviarle un mensaje a Britney. Parker se asoma por la puerta, me chista captando mi atención y con una pequeña sonrisa me habla. —Por cierto, feliz legalidad. Si, hoy es mi cumpleaños. BRITNEY Alai: Tienes que venir a casa, papá está buscándote. 06:56 La vibración de mi teléfono sobre mi cabeza me hace abrir los ojos, la habitación está casi en penumbras y no se oyen ruidos a parte de los ronquidos de Peter. Me quedé dormida sobre el escritorio. Leo el mensaje de mi hermana diciendo que papá ya está en casa. Tendré que posponer mi viaje por mi bien sino quiero terminar castigada hasta el año 2038. Peter duerme con la boca abierta y su trasero apuntando hacia arriba, baba cae sobre su almohada mojando casi toda su mejilla. Que asco. Estiro un poco mi cuerpo ya que está adolorido y salgo de la habitación con mis cosas, tendré que pedir un Uber ya que el Jeep está en casa. Son las siete de la mañana en Los Ángeles y ni bien pongo un pie en la calle, la ola de calor azota sobre mi haciéndome sudar como chimpancé en celo. Necesitaré un baño urgente. El auto llega luego de esperar casi diez minutos, me resulta raro que mi padre aún no me haya llamado preguntando dónde estoy. Subo al vehículo y en quince minutos ya estoy en casa. —¿Familia? —cierro la puerta detrás de mi al entrar. Mi padre sale de su oficina desarreglado, lo cual también es extraño en una persona tan pulcra y coqueta como lo es él. —Hola cariño —deposita un beso en mi frente—, esperame en la oficina voy por café. —¿Me traes una taza? Muero de sueño. —Claro y por favor, deja tu teléfono lejos de la reunión que tendremos. Obedezco dejando todo en los sofás de la sala, me encamino a la oficina de él donde al abrir la puerta me encuentro con Alai y Parker. —Pero ¿Que diablos te pasó a ti? —pregunto al ver la cara de Leighi. —Se metió en una pelea y paró todos los puños con su rostro —explica mi hermana. —Cielos —muerdo mi labio. —Estoy bien, en unos días ya no quedará ninguna marca —Parker encoje sus hombros. Tenemos a el hijo de los Leighi en casa completamente golpeado y mi padre solo busca café. Aquí hay Dalleris encerrado. —Oye ¿Papá te ha dicho algo? —pregunta Alai curiosa. —No, algo raro le sucede a ese hombre. La puerta se abre una vez más y papá entra con cuatro tazas de café. Nos da una a cada uno y comienza a hablar. —Bien, ya estoy aquí. Lo primero que diré es que estoy decepcionado de ambas —nos mira severamente—, pero no voy a gritar porque ya estoy harto de estar corriendo detrás de ustedes dos. Mi hermana baja su taza con la mirada en el suelo. —Segundo, van a despedirse de Morrel y Susan, ellas se volverán a New York hoy por la noche. Dejé a su tía a cargo de ustedes y miren el resultado que obtuve. Papá acaricia su nuca algo cansado, parece que no duerme bien hace días. —Y por último, niñas, tengo una noticia quedarles pero esto no lo sabrán hasta por lo menos hoy en la tarde. Quiero que duerman un poco y por última vez, dejen de complicarme la vida, ya no son bebés. El ambiente es demasiado pesado, puedo ver a kilómetros que mi padre no está bien, ni física ni emocionalmente. Esta devastado, derrumbado, destruido. —Ahora, llevaré a Parker y ustedes dos subirán a su habitación a dormir. ¿Está claro? —ambas asentimos. —Lo siento —susurra Alai. —Está bien, cariño. Sabíamos que esto sería difícil, lo estas haciendo bien. Mi hermana se pone de pie, saluda a Parker y se marcha de la oficina. —¿Que le sucede? —pregunto. —No lo sé —responde papá—, está rara esta mañana. Leighi nos mira a ambos con asombro como si estuviese decepcionado y enojado al mismo tiempo. —Quizá lo que le sucede es que hoy es su cumpleaños y ninguno de ustedes la ha saludado. ¡Paren el mundo! No puede ser. —¿Hoy es 14 de febrero? —pregunto nerviosa. —Si, hoy es San Valentín y el cumpleaños de Alai. ALAI Necesito dormir un año entero, por favor. Siento que se me cierran los ojos solos y mi cuerpo está el doble de pesado. Voy a la cocina por un vaso de agua fría, es increíble el calor que hace en esta perra ciudad. Tendré que darme una ducha helada y ponerme demasiado desodorante si no quiero sudar y oler a perro callejero. Peter: Hey, Tyson. Iremos a casa de Fred para almorzar ¿Vienes? Trae a tu hermana y al raro de tu amigo si quieres. 08:48 Alai: Son las ocho de la mañana, Peter. 08:49 Peter: Perfecto te espero, guapa. 08:51 Subo a mi habitación, de veras que necesito un baño y una siesta. Hoy estoy cumpliendo dieciocho años. Si, es demasiado raro haber nacido justo el día de San Valentin, es odioso en realidad. Pero bueno, gracias a mis padres y su acto irresponsable de no usar condón debo pasar esta tortura cada año. El único que lo recordó fue Parker. —Iré a casa y más tarde pasaré por ti ¿Oiste? Hablando del rey de Roma. —Golpea antes de entrar, Leighi —entorno mis ojos. —Como sea, te enviaré un Whats antes de salir. ¡Ya eres legal! Cierro la puerta en su cara y me voy directo a morir en la ducha de agua fría. Odio el calor, odio California y odio mi cumpleaños.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD