•Besame.

1929 Words
Britney: Estoy en casa de Peter, no me esperes. 02:09 Bueno supongo que esta noche me quedaré con Parker hasta que se sienta mejor. Noah se fue hace unos minutos, nuestro trato fue simple, somos amigos y no tendremos intenciones de nada más. En realidad nunca hubieron otras intenciones, me reconoció que le parezco bonita e interesante y yo le reconocí lo mismo, pero los dos opinamos que siendo amigos funcionamos muy bien. Por otro lado tengo a Parker agonizando en mi habitación, su cara está hinchada y muy golpeada, ya es la tercera vez que debo curar las heridas en su cabeza. —Eso duele —se queja. —Deja de llorar ¿Quieres? Esto no te hubiera sucedido si no te hubieras ido solo cómo un idiota. Mi mejor amigo me da una mala mirada y no por el dolor que le causa el contacto del algodón contra sus heridas. —¿Y que querías que hiciera? —Por empezar, hablarme bien —presiono fuerte su herida apropósito—. Y segundo, solo relájate y disfruta conmigo de esto, Parker estamos en Los Ángeles, todo es nuevo aquí. Solo fluye conmigo. —No me molesta que todo sea nuevo, me molesta que tu ya no eres la misma. —Estoy aquí hace tres malditos meses. Lo único que cambió en mi fue que hice nuevos amigos —entorno mis ojos. —¿Y por qué necesitas nuevos amigos? Ya me tienes a mi. Al parecer tengo al mejor amigo más tóxico del sistema solar. —Parker, tu no puedes ser mi único amigo en el planeta tierra. Superalo. Termino de curar su rostro y me siento junto a él en la cama. Su torso está desnudo y un poco golpeado también. Quito mis zapatillas para poder recostarme a su lado, rápidamente su brazo me acorrala y deja que mi cabeza se apoye en su pecho. —¿No te duele? —Estaré bien —susurra—, contigo siempre estoy bien. Su mano acaricia mi cabello lentamente como a mi me gusta. Solo se oyen nuestras respiraciones, desde mi posición también oigo como su corazón late tranquilo, transmitiendo paz y ganas de quedarme a vivir aquí, en el abrazo de mi mejor amigo. —Rubia... —Dime. —¿Alguno de esos chicos te gusta? —su pregunta me pone incómoda. —¿Por qué? —Sólo responde. —No. Asiente no tan convencido del todo pero al fin y al cabo se queda callado. Tomo mi teléfono para poner algo de música, odio estar en silencio si estoy con alguien, es incómodo. Gorillaz suena y Leighi sonríe. —Amo esa canción. —con extremo cuidado logra sentarse en mi cama. —Lo sé, es la que escuchábamos cuando íbamos de viaje a... —La casa de mi tío Herl —me interrumpe con una carcajada—, los mejores veranos, sin dudas. Herl Leighi es un viejo gruñón y terco que vive en Tennessee, dueño de diez hectáreas de campo con lagos y bosques incluidos. Parker, solía pasar solo sus veranos allí, hasta que mi padre tuvo la genial idea de enviarnos a Britney y a mi para hacerle compañía. Una de sus peores decisiones, por cierto. Volvíamos loco al pobre Herl. Recuerdo que nos escabulliamos de nuestras habitaciones a media noche, saltabamos la tranquera y corríamos hasta el lago que estaba al menos medio kilómetro de su casa. A veces íbamos a caballo, en bicicleta o caminando, pero todas las noches nos sentábamos a la orilla del agua y contábamos historias de terror, mirábamos las estrellas o molestabamos a Britney. —¿Recuerdas la casa del árbol que teníamos? —otra carcajada sale de su boca. —¡Oh que asco! —niego al recordarla. Era la fachada de una casa del árbol. En realidad habíamos reutilizado un gallinero viejo y abandonado que el tío Herl tenía en el fondo de su casa. Allí apestaba a gallina, huevos podridos, sangre y posiblemente a cadáver. —Ahora dices eso, recuerdo que eras feliz dentro de ese gallinero de la muerte. —¿Y como no iba a serlo si era nuestra guarida? Que geniales tiempos. Ambos nos miramos nostálgicos, a veces quisiera volver a tener siete años y estar en la granja Leighi, tierra de panecillos con queso casero, animales endemoniados, espíritus reales y ronquidos del Herl. Ese viejo si que era otra onda. —¿Recuerdas cuando me asustabas? Idiota —le recuerdo a Paker y este ríe. —Si, iba a tu habitación solo para decirte que, al espíritu de la ex esposa de Herl, no le gustaba que uses sus sábanas —entorna sus ojos. —Recuerdo que te odiaba. —¿De veras? —pregunta asombrado—. Y yo que te asustaba porque me gustaba que me abraces. Bah, aún me gusta que me abraces. Un cosquilleo subió por todo mi cuerpo dándome pequeñas descargas eléctricas. No sabía que decirle, rara vez me quedo sin palabras con Parker. —¿A que te refieres? —Solo olvídalo, no tengo ganas de explicarte algo tan obvio. Frunzo mi ceño confundida, de repente esto se puso raro e intenso. Parker me observa como decepcionado por algo que no sé que carajos es, sólo está allí callado, viéndome y negando con su cabeza. —¡Dime! Sino no podré entenderte jamás. —¡Sólo olvídalo! ¿Quieres? —se pone de pie poco a poco con sumo cuidado, las costillas deben estar doliendole como el pedo. —¿A dónde crees que vas, Leighi? —Solo quiero vaciar el desagüe. Dicho eso camina como puede hasta el baño de mi habitación y segundos después se oye su orina contra el excusado. Enciendo uno de mis cigarros y cambio las canciones hasta que encuentro una que hace mucho no oía. Miss Nothing de The Pretty Reckless. Canto desafinadamente mientras el humo del tabaco escapa de mi boca, hago un pequeño baile sensual arrodillada en la cama al ritmo de tan perfecta y brillante canción. En eso escucho un grito en el baño que me hace saltar de la cama. Parker. Entro corriendo al baño y lo veo parado sobre el excusado mirando con terror hacia una esquina del techo. —¡Una araña, matala, acabala! —vuelve a gritar acelerado y señalando al insecto. —¿Para esto no te duele el cuerpo, verdad? A ver, pasame tu zapatilla. BRITNEY ¡Mierda! En este maldito libro solo hay textos escritos a mano de una mujer infeliz con su horrible esposo sumamente machista y psicópata. —¿Puedes creer esto? ¡Estoy frustra...—un ronquido junto a mi me interrumpe. Giro mi rostro molesta y veo como Peter se quedó dormido sobre su computadora. Suspiro aún más molesta, tomo unos libros que están junto a él en el escritorio y los dejo caer haciendo un estruendoso ruido junto a la oreja de Peter. —¡No, no, no, no! —grita exaltado. —¿Que te sucede? —llevo una de mis manos hasta mi pecho a causa del susto que me acabo de dar. —¡Britney, les estaba pateando el trasero a los de Frendfurg yo solo! ¿Por qué me despertaste, mujer? —grita aún más alterado. —¡Deberías estar investigando no durmiendo! Flojo bueno para nada. —Son las cuatro a.m, déjame dormir. Se pone de pie caminando unos centímetros hasta dejarse caer a peso muerto en su cama. Para su mala suerte rebota y cae de espaldas al suelo. —Demonios... —¿Te encuentras bien? —lo miro extrañada. —Si, no vayas a ayudarme. No, no, no, no insistas Britney, puedo levantarme solo. ¡Que no me toques dije que puedo solo! —Ni siquiera me he movido. —¿Que no reconoces el sarcasmo cuando lo oyes? Le lanzo un libro que golpea directo en su estómago. —¡Ponte a investigar! Tomo la laptop con enojo, llevo días intentando saber que demonios es esta porquería y solo consigo más preguntas que respuestas. Busco en internet nombres, apodos, apellidos, pero nada aparece por el momento. Esto es frustrante. —¿Y si colocas la dirección de tu casa? —Peter se sienta junto a mi. —Ya lo hice, no sale nada. —¿Y si solo lo olvidas y ya? —frega su ojo a la vez que bosteza, tiene cara de estar cansado y con pocas horas de sueño. —Vete a dormir, yo seguiré con esto. —Britney... —Peter, duerme si no vas a ayudarme. El suspira cansado y vuelve a ponerse de pie para acostarse en su cama a dormir. Minutos después de una intensa búsqueda encuentro algo bastante interesante. "Mujer víctima de encierro y maltrato logra escapar de la casa donde estaba apresada en el sótano junto con su hijo. Ambos fueron hallados la mañana del domingo vagando por las calurosas calles Californianas. Se ha pedido captura del secuestrador, que al enterarse de la fuga de su rehén, huyó de su casa. La mujer aún se niega a declarar y no quiere salir de su casa ubicada al sur de Santa Barbara." —Santa Barbara —susurro anotando en un papel. Creo que debería dormir un poco, mañana iré en busca de esa mujer y Peter vendrá conmigo. ALAI Bien, parker está más calmado ahora que maté a la araña del baño. —¿Quieres algo para beber? —pregunto. —Si, luego de gritar como niña y romper mis cuerdas vocales en más de una ocasión...creo que no me vendría nada mal un poco de agua. Para pasar el rato instalamos un juego en nuestros celulares, hicimos equipo y jugamos al menos unas cuatro partidas. En todas perdimos y Leighi fue humillado literalmente. Bajo a la cocina por un poco de agua, esta fresca y le hará bien el idiota de mi mejor amigo. Por lo que veo Mo llegó a casa, las luces del sótano/habitación están prendidas y la puerta abierta. Bajo con el vaso en manos para ver si ella está dormida pero me llevo una sorpresa al escucharla gemir y saltando sobre un chico castaño en el sofá cama. Subo de espaldas lentamente sin hacer ruido y deseando no haber bajado. —¿Todo en orden? —¡Demonios! Vas a matarme —tiré la mitad del agua al piso. —Lo siento —ríe —¿Esos son gemidos? —Vamos a mi habitación y démosle privacidad a Morrel. Lo abrazo por su cintura y el se abraza a mis hombros para caminar. De a poco subimos la escalera y una vez en mi habitación le doy su vaso de agua. —Gracias. —¿Por qué bajaste si no puedes caminar? —lo regaño. —Estoy mal pero no tan mal. —Explicate. —Dije que aún me gusta que me abraces. Lo observo confundida, Leighi suelta un suspiro agotado, deposita el vaso en mi mesita de noche y me sube a su cadera en un movimiento rápido. —¿Que caraj... —¡Cállate! Ya no quiero explicar más nada, ya no quiero fingir más, Alai —mi espalda choca contra la pared—. No puedo fingir más. Su frente se pega a la mía, con la mirada baja intenta calmar su respiración aún sosteniéndome entre la pared y su cuerpo. Me mira dudoso, ansioso, como si quisiera que le diga una palabra para que pueda proseguir con lo que tiene pensado hacer, así que lo hago. Se lo digo. —Bésame.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD