•Embarazosa venganza.

2091 Words
La clase de álgebra estuvo bastante interesante a mi parecer, participé un poco y es una de las pocas veces que no me quedé dormida. Mientras estaba completando las actividades que el profesor nos había dado, me puse a pensar un momento. Lamentablemente esto no es New York, aquí no están mis amigos, estoy sola por completo, si, tengo a mi hermana, pero según ella mientras menos nos relacionen mejor. Ni bien cruce esa maldita puerta para bajar a la cafetería seré una desconocida, quizá me miren raro, o con pena, quizá hasta con desprecio. Me encuentro muy mal al respecto, tengo miedo de no encajar, de no encontrar amigos y quedar al margen de todo el mundo, pero tampoco tengo planeado cambiar mi forma de ser para caerle bien a los demás. Soy una bola de problemas existenciales. Entro en la cafetería poblada de alumnos y alumnas que no paran de hacer barullo, se oyen carcajadas, algunas ruedas de skate en las mesas que están afuera, distintas canciones en distintos celulares, en algunas mesas ni siquiera se dirigen la palabra y en otras se escucha hablar mucho sobre el equipo de fútbol americano, si, el deporte que destaca en West High. ¿Por qué no me sorprende? —¿Que vas a comer, nena? —la cocinera me mira impaciente. —¿Tendrá algo que no sea perjudicial para mi salud? Sin quitarme la vista de encima, con su mano, toma una manzana y la deposita en mi bandeja. —Que escuela de mierda. —Lo mismo digo —me indica que me mueva y deje pasar al siguiente. Tomo la manzana con mi mano y dejo la bandeja sobre una mesa aleatoria, porque vamos ¿Para que la quiero? Cuando me dispongo a salir hacia el patio trasero para poder sentarme en las gradas, una voz me detiene. —¿Siempre dejas tu basura por cualquier parte? Me giro lentamente, es el idiota del centro comercial, el que me tiró al suelo y me dejó allí sin siquiera pedir una maldita disculpa. Estaba sentado en la mesa donde deposité la bandeja y no me quitaba sus ojos de encima. —Perdón, como estabas tú aquí sentado creí que era un cesto de basura —le doy una mordida a la manzana mirándolo y me largo. Confirmo mi teoría de que este chico es un imbécil la mayor parte del tiempo. De camino a las gradas logro visualizar a Britney, lleva puesto el uniforme de porrista. Me siento, por fin, en las gradas y me dedico a observarla con una sonrisa, su rostro está un poco sudado pero no tienen idea de cómo brillan sus ojos y de lo ancha y enorme que es su sonrisa, ella está deslumbrando con las acrobacias. —Hey, no creí cruzarte de nuevo —el chico de esta mañana, creo que se llamaba Peter, se sienta junto a mi—¿Desayuno nutritivo? —Yo diría desayuno para nada riesgoso. —Una manzana no te dará los nutrientes necesarios para iniciar el día, es riesgoso de todas maneras —ambos nos miramos y sonreímos—, para tu suerte, traje esto. De su mochila saca unas Oreos, me tiende el paquete, con mucho gusto se las acepto y cierro los ojos al dar el primer mordisco. Amo las Oreos, esto es el maldito paraíso. —¿Qué tal tu primera clase? —Oh, tuve clase de álgebra y soy buena en esa mierda. El profesor es buena onda y logré entender la actividad —tomo otra galleta y hablo con la boca llena—, me siento toda una cerebrito. —Sé que lo eres. Dejo salir una pequeña risa y lo empujó suavemente, si llego a aplicar fuerza sobre su brazo izquierdo estoy segura de que su cara se estamparia contra el suelo, y no es la idea. Es, por el momento, el único chico de West High que me cae bien, es amable y divertido, no sería un buen plan romper su cara accidentalmente. —¿Y tú tienes amigos o amigas? —tomo otra galleta. —Solo dos amigos, mejores amigos. Nos conocemos desde los siete años, son más mis hermanos que otra cosa a decir verdad. Asiento en silencio y por un momento recordé a Parker, el también es para mí como un hermano, el hermano que nunca tuve por cierto. Es tan lindo el poder formar un lazo tan fuerte y sano con alguien a quien quieres mucho, con Parker he aprendido muchísimas cosas, buenas y malas. Con él aprendimos a mentir juntos, a decir la verdad juntos, a hacer travesuras, escaparnos, buscar otras salidas, analizar situaciones, etcétera. En fin, aprendimos a vivir juntos. —Te quedaste callada ¿En qué pensabas? —En nada, sólo...eso, pensaba. —Me huele a que estás recordando a alguien muy especial para ti —sus ojos cafés, curiosos y juguetones, se clavan directamente en los míos. —¿A caso eres medium? —río. —No, sólo muy observador. Me basta con mirar tus ojos, es ahí donde está toda la verdad. Debo admitir que me agrada éste chico, su personalidad es amable, bondadosa, me da gusto poder tener una conversación con él. El cielo está despejado de nubes y el sol está tan fuerte que si lanzo un huevo al suelo se cocina sólo, creo que me tomará trabajo adecuarme al calor asqueroso de California. —Qué perro calor asqueroso hace aquí —suspiro agobiada. —California es así, aquí el eterno verano es el paraíso de los turistas —ríe—¿En New York no hace calor? —Si, claro que si, pero no sudo estando sentada sin moverme —confieso dicertida—, aunque el verdadero espectáculo es el invierno. —¿Frío? No gracias. —Créeme, no sabes de lo que te pierdes. Nieve, abrigos de cuero, el café en el skatepark, la pista de patinaje en hielo. Es precioso. —Parece que extrañas tu ciudad. Asiento melancólica, entiendo que los cambios son buenos muchas veces, pero perder tu vida, tu ciudad, tu lugar en el mundo no siempre es una idea que emocione. También comprendo que no supe cuidar lo que tenía, si bien estamos en Los Ángeles por trabajo de mi padre, mi mal comportamiento y las pocas demostraciones de querer cambiar me arrastraron a estas circunstancias. —No veo la hora de volver. [***] Fue un día agotador, la escuela me dejó casi sin fuerzas, ser nueva y tener que ponerse al día con las materias y los exámenes es una mierda. Llegamos a casa hace unos diez minutos, Brit preparó unas tostadas con miel y semillas de no sé qué cosa y dos tazas de café. Estamos llenando nuestros hambrientos estómagos en la cocina, cada una con su celular. —¡No! —derepente grita ella—, no, no, no, no, no. El café sale volando de mi boca y comienzo a toser desesperadamente, la estúpida me asustó. —¿Qué te pasa? —intento hablar con el poco aire que me queda. —Lo siento —hace una mueca—, creo que...lo que sospechaba era cierto. —¿Podrías por favor ser un poco más específica? ¡Casi muero por tu grito desesperado! —¡Hablo de Sawyer, del estúpido de Sawyer! Oh, maldita sea. Sawyer Torner, el estúpido ex novio de mi hermana. Cuando vivíamos en NY ellos tenían un tipo de relación...¿Tóxica, podría decirse? Cuestión, hace meses que Britney venía paranoica pensando que el idiota la estaba engañando, es más, Parker y yo nos vimos obligados a seguir a Sawyer, básicamente ser su sombra. Jamás lo encontramos haciendo cosas indebidas pero mi hermana seguía insistiendo que si, que el le era infiel. —¿Cómo lo sabes? —Mira. Me pasa su teléfono, está en la cuenta de i********: de la madre de Sawyer, aparentemente posteó una foto de su parásito rubio con un bebé en brazos y Chelsea a su lado. Al pie de la foto escribió "La familia te recibe con amor, soy abuela por primera vez" Hijo de la gran puta. —Déjalo, es un idiota. —Es de Chelsea, eso es lo que más me duele —las lágrimas caen de sus ojos como si, en vez de pupilas, tuviera grifos abiertos—, es de mi mejor amiga. Intento acariciar su hombro para darle fuerzas pero quita mi mano, me arrebata el celular y rápidamente corre a las escaleras. Segundos después se oye cómo la puerta de su habitación es azotada seguido de un grito cargado de rabia. —Esto no va a quedar así —tomo mi teléfono rápidamente buscando el número del único que puede ayudarme. Parker. —¡Hasta que llamas! Estaba por sumirme en un pozo depresivo si no escuchaba tu voz, habla ¿Quieres? —Escucha, esto es muy importante ¿Sigues en la escuela? —Si, estoy en detención ¿Por qué? —¿Sawyer y Chelsea han ido hoy a la escuela? —pregunto impaciente. Tengo un plan y sé que con mi mejor amigo esto será un éxito total. Nadie lástima a mi hermana y sale ileso, nadie. —Chelsea no viene hace unos cuantos meses, dicen que está embarazada y Sawyer...déjame pensar —se toma unos minutos—. Si, lo ví esta mañana ¿Por qué? —Sujetate bien a tu asiento, querido amigo, porque te vas a caer de culo con esta noticia. Necesito tu ayuda ¿Cuento contigo? —Toda la vida, dime qué debo hacer. BRITNEY Estúpido, maldito, hijo de su puta madre, malparido, idiota, tramposo, basura, inútil, idiota, asqueroso Sawyer de mierda. Me siento una idiota moliendo a golpes una almohada pensando que es la cara de mi ex, de mi maldito y estúpido ex novio. Uish, lo que daría por tenerlo en frente y por deformar ese perfecto cutis, ese perfil enmarcado, esos labios y nariz perfecta, lo dejaría más que irreconocible ¡Maldito Torner hijo de una gran... Mi teléfono suena detrás de la cortina, si, lo lancé a la mierda de la ira que cargo. Me pongo de pie y cuando observo el nombre que aparece en pantalla mi sangre hierve muchísimo más, a este punto debe estar derritiendo mis órganos. Chels. —¡Brity! Siento no haber llamado antes es que ¡Acabo de dar a luz! Es precioso, su nombre es Hunter... Alejo el teléfono de mi y suelto una tanda de maldiciones. Yo sabía, obviamente sabía, que la perra de mi mejor amiga estaba embarazada pero lo que no sabía es que ese hijo es producto de sexo salvaje, fuerte y perverso con Sawyer. La sangre hierve en mis venas. —Felicitaciones —flaquea mi voz—, para ti y para Sawyer también, pedazo de basura. —¿Qu...qué dices? —¡Oh vamos! ¿Crees que soy estúpida? Chelsea, tu bebé es de Sawyer, mi ex novio ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! —mis gritos deben estar espantando a los vecinos y quizá a mi hermana—. ¡Me separé de él hace dos meses, maldita perra! Me estuvo viendo la cara de idiota todo este tiempo, recuerdo como ella lloraba porque decía que el padre del niño no quería hacerse cargo, que le había dado dinero para abortar pero que ella quería tener a ese bebé. Recuerdo las infinitas madrugadas donde yo la consolaba y le decía que íbamos a salir adelante juntas, que si era necesario ambas íbamos a criar a su hijo con amor, yo iba a ser su maldita madrina. Jamás me había revelado quien era el responsable de dejarla sola, embarazada y a la deriva, según ella fue un chico que conoció en una fiesta y que pudo encontrarlo por r************* . —Te estás equivocando...—lloriquea. —¡Vi la asquerosa foto de su madre en i********:, Chels! ¿Piensas seguir mintiendome? —Britney, yo lo siento mucho no supe decirte la verdad. No quiero perderte amiga, por favor. Perd... Corto la llamada y dejo, esta vez con calma, el teléfono en un pequeño sofá junto a la ventana. Limpio mis lágrimas con fuerza y camino a mi vestidor, en uno de los estantes más altos tengo un pequeño cofre de madera, lo tomo haciendo puntitas de pie y lo llevo conmigo hacia mi cama. Fotos, cartas, pulseras, anillos, cadenas, aros y todo tipo de pequeños regalos que me había hecho Sawyer, todo esto, junto con el, van a arder.
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