Se levantó del suelo, tomó el picaporte, le dio vuelta con dificultad ya que, su mano temblaba de miedo, si estaba cerrada se iba a volver loca... la puerta se abrió. Asomo la cabeza, el pasillo estaba desierto, reinaba el silencio, metió la cabeza, volvió a cerrar la puerta. Busco el teléfono en su bolsa, marco un número y espero. Después de colgar, se metió a la ducha, al salir se vistió de prisa, metió su ropa y la de Javier en las maletas, recogió sus cosas personales, salió corriendo a la habitación del niño. Apartó las mantas, trato de despertarlo suavemente, cuando el niño abrió los ojos y la reconoció, lo sacó de la cama para sentarlo en una silla, se arrodilló