Capítulo 4

1777 Words
-No, no hay nadie... - responde con un poco de malestar, siempre ha sido un tanto tímido y más cuando se trata de su madre pues contrario a lo que todos creen al ser la reina dirigente de su nación no tiene tiempo para cosas triviales como lo son la cercanía a sus hijos y aunque Rod y su hermana Daniela crecieron con mayores libertades que las de él son más cercanos a su madre que él mismo - madre a estas alturas es muy difícil encontrar una muchacha pura que quiera casarse con alguien como yo que tiene fama de casanova - intenta salirse por la tangente pues no le gusta para nada tener que dar ciertas explicaciones sobre lo que se supone se espera de él pero entiende que al ser el príncipe heredero debe soportar ciertas cosas que nadie más.   -Eres el futuro rey, hay muchas jóvenes que moririan por estar a tu lado de eso estoy segura, mira sé que no he sido la mejor de las madres y los dos lo sabemos pero es importante que entiendas que quiero lo mejor para ti y eso es darte la opción de que encuentres a una muchacha pura como le llamas a quien le gustes y te guste aparte de tener la educación que se requiere para ser la princesa además de compartir el ducado que estoy por entregarte en tus cumpleaños - William niega con la cabeza visiblemente sorprendido pues no se esperaba tales noticias - te doy un plazo de dos semanas para que me des el nombre de alguna candidata a quien elijas, tómalo con calma sabiendo que no solo será tu princesa sino también la mujer con quien compartirás las cargas que te vienen, piensa con la cabeza fría para elegir a la madre de tus hijos pues una vez casados no habrá marcha atrás - declara exasperada viendo las señas de su secretario pues su tiempo se agota y tiene compromisos que cumplir - y recuerda debe ser una joven pura... - se levanta haciendo énfasis en lo último pues es un requisito indispensable - o yo misma te encontrare a una esposa, tú eliges William.   -Hijo - interviene el duque viendo a su esposa salir con el secretario detrás de ella - sé perfectamente lo que piensas de mi y lo que te dije con respecto a Ana Rose - se aclara la garganta - sé que te dije que debías salir con ella ocultandola pero todos siempre hemos sabido de su existencia, es una suerte que no la hayas embarazado - William lo mira con desdén - ya la disfrutaste por más de tres años, creo que es hora de que la sueltes pues no está en juego solo tu estatus como príncipe heredero sino también el ducado que tu madre quiere darte, la popularidad de la corona se va yendo a pique poco a poco - suspira sirviendo un par de tragos para ellos - ya sabes sobre los rumores que hay sobre - hace una mueca.   -Y por lo visto son verdad - aclara recibiendo el trago que le ofrece su padre - por lo visto tu tampoco embarazaste a tu amante - da un trago a su trago viendo a su padre palidecer - sí fuiste capaz de darme tus “consejos” para estar con Ana Rose es más que obvio que ya los pusiste en práctica ¿o me equivoco? - el duque guarda silencio - en estos tiempos es casi imposible encontrar a una mujer virgen que además tenga abolengo y educación para ser mi princesa como lo dice mi madre - él duque hace otra mueca que a William le disgusta - no se donde encontrarla.   -Haz lo que creas conveniente pero no olvides que al final del día esa mujer que elijas será con quien lo compartas todo y no me refiero solo a la corona y el ducado que de por sí ya tienen una carga - él asiente - solo piensa en lo que sea más conveniente.   -Lo que es conveniente para mi puede que no lo sea para la corona y el ducado como lo dices - suspira levantándose y dejando su vaso sobre la mesa - no puedo elegir a una esposa adecuada para mi en dos semanas, tal vez la adecuada para la corona no sea Ana Rose pero al menos conoce mis necesidades y no se ilusiona… - guarda el silencio sin poder completar lo que estaba por decir.   Londres...   Charlotte se encuentra dando un paseo y al parar frente a algún escaparate se detiene a ver sus contenidos yendo a la sección de entretenimiento, se detiene y juguetea con las revistas encontrando aburrido los cotilleos sobre la corona y algún que otro chismorreo sobre la llegada de Margaret Thatcher al poder cuando ve una foto del príncipe William acompañado de algunos jóvenes de la localidad disfrutando de una tarde de jugar polo sonríe pensando en lo guapo que es, se empieza a rumorear acerca de la búsqueda de la futura reina y sin poder evitarlo sonríe recordando que hace unos años le dijo a Olivia que ella no sería una esposa adecuada para el príncipe pero de inmediato se pone nostálgica pues de cierta forma extraña sus peleas con ella pues era su forma de sentirse cercanas aunque en realidad no lo eran pues son muy distintas. Tras comprar la revista en el escaparate se va caminando hacia su casa, bueno el piso que comparte con algunas de sus amigas quienes tomaron también la decisión de independizarse cosa que a ella le ayuda pues le aliviana la carga económica.    Al llegar recibe una llamada de su familia, cosa que se le hace extraña ya que casi nunca la llaman pero parece que debe volver lo antes posible pues algo está sucediendo con el estado de salud de su padre y debe ir lo antes posible al menos es lo que dice su hermana Lili, resignada organiza sus cosas y toma el primer avión con destino a Mónaco haciendo una nota mental de buscarse un trabajo pues además de gustarle ser independiente económicamente hablando gastó sus ahorros al comprar el tiquete de avión, lo cual quiere decir que en una buena temporada no podrá volver a londres como tanto desea.   Horas después Charlotte llega a su casa con un mal sabor de boca ya que no deja de preguntarse ¿sí no ha sido un error volver y dejar su vida atrás?, sin lugar a dudas esa casa no le trae muy buenos recuerdos, paga el taxi y entra sintiendo un escalofrío al ver el estado en el que está pues es un tanto abandonada, se nota que su hermana nunca se ha interesado por mantener la casa como solía hacerlo su difunta madre, se asombra al encontrar a su padre un poco enfermo sentado usando algún aparato que le da oxígeno y se encuentra acompañado con una enfermera.   -Buenas tardes - dice entrando a la sala capturando la atención de su padre, él hombre hace un intento por levantarse y Charlotte le mira sintiendo su corazón dolido al ver así a su progenitor - no es necesario que lo hagas - ella se acerca y toma su mano - ¿Cómo estás? - inquiere sintiendo que de cierta forma esa pregunta es un tanto inutil.   -No muy bien - suspira antes de seguir hablando - supongo que tu madre y tú tenían razón - ella le mira sin entender - debía cuidar más mi salud y no ocuparme solo de darle todo a tu hermana, eso y las fiestas han ido acabando conmigo - afirma mientras la joven entrecierra los ojos con cierta incredulidad pues nunca imaginó que su padre le dijera una cosa así.   -Oh por Dios, la cosa debe ser grave - intenta bromear y su padre la mira sorprendido - qué tú me des la razón es... vaya una gran sorpresa - se sonríen rompiendo un poco la tensión que hay en el ambiente - supongo que no hay dinero ya y por eso pediste que volviera - es más una afirmación que pregunta y su padre guarda silencio pues la verdad es que a pesar de ser un conde hay cosas que ahora le pasan factura a su salud - intentaré buscar un trabajo para poder ayudar, puedo ser profesora supongo que esa entrada de dinero no vendría mal - la joven siente que después de todo tenía razón y sí deberá abandonar su vida de Londres par hacerse a una carga aún más pesada de la que le gustaría tener.   -Siento mucho hacer esto Charlotte, - hace una pausa mientras la enfermera les mira con cierta curiosidad que disimula - sé que no he sido el mejor padre de todos y eso me duele por que a fin de cuentas eres la única que está aquí a pesar de todo - Charlotte hace una mueca pues nunca antes su padre le había hablado de esa forma - ¿Qué le pasó a tus dientes? - sonríe viendo que ya no tiene frenillos y al mismo tiempo aprovechando para cambiar el tema pues hay cosas que no le gusta admitir por su orgullo y una de ellas es aceptar la ayuda de la hija a quien menos ha prestado atención.   -Los estudiantes del colegio de Londres se ofrecieron a quitármelos y diseñarme esta bonita sonrisa - se sienta mostrando sus buenos modales además de su bonita sonrisa pues siempre tuvo frenillos y de cierta forma eso le hacía daño al ver que sus hermanas nunca los necesitaron y siempre lucieron perfectas a pesar de las continúas bromas de Olivia al empeñarse en llamarla la “duquesa”.   -Algunas cosas no cambian - Charlotte mira sin entender a su padre y él sonríe viendo sus manos - sigues andando siempre con un libro en mano… - señala con la mirada una portada de libro que tiene en mano. -El conocimiento es poder - anota al tiempo que se encoge de hombros - es mucho más saludable que andar mostrando un cuerpo que fácilmente se acaba, pero lo que tengo en mi cabeza perdurará hasta el día de mi muerte - se muestra orgullosa ya que a pesar de haber experimentado ciertos cambios en su adolescencia y etapa de adulta joven sigue manteniendo sus ideales con respecto a la belleza física y mental.   -Si Olivia te escuchará… - empieza a decir dándose cuenta una vez más de lo diferentes que son sus hijas, aunque Olivia ha demostrado ciertos cambios sigue siendo diferente a Charlotte cosa que las hace únicas.
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