Capítulo 5

1782 Words
-Diría que estoy loca - le corta poniendo los ojos en blanco - que con un cuerpo bonito cualquier hombre se ofrecería a mantenerme, lo que no sabe es que yo no aspiro a eso... - suspira con cierta frustración - yo quiero que la gente que me conoce reconozca que soy una mujer valerosa por lo que hago y sé, que por mostrarme deliberadamente - se muestra segura de sí misma cosa que enorgullece al conde pues no se imagino ver tantos cambios en su hija.   -Eres una cajita de sorpresas Charlotte - se muestra cansada por el viaje - eres idéntica a tu madre tanto en tu forma de ser como de actuar - la joven no se esperaba tales palabras y eso la estremecen pues es la primera vez que habla con su padre sin pensar en la intervención de terceros y debe admitir que le gusta la cercanía que tienen en esos momentos, - no me extrañaría que terminarás teniendo un puesto importante o hasta siendo la futura reina - Charlotte hace una mueca pues la verdad es que el príncipe William le parece guapo pero no cree que sería ella en quien se fijaría para hacerla su princesa.   -Para ello tendría que ser como Olivia, y no gracias, no aspiro a seguir la suela de los zapatos de ningún hombre - sonríe sintiéndose orgullosa de su forma de pensar - papá yo aspiro al amor pero también a la lealtad y equidad, no quiero que ningún hombre me tome por ser quien va tras él y hace lo que quiere, esos tiempos ya pasaron - suspira sintiendo satisfacción al exteriorizar sus sentimientos - quiero a un hombre que me tome de la mano y juntos vayamos por nuestras metas acompañándonos y apoyándonos, no quiero que me vea como una incubadora o una mujer con quien puede hacer lo que quiera como por ejemplo trapear el piso conmigo solo porque su machismo se lo permite.    -Vaya palabras, una señorita no debería hablar así - se burla una tercera persona que no puede evitar de arriba a abajo a Charlotte y los cambios que ha tenido en los años que lleva fuera; Charlotte levanta la mirada frunciendo el ceño al ver a su hermana de brazos cruzados enarcando una ceja en claro gesto de ironía al menos para la joven.   -Olivia deja en paz a tu hermana - advierte el patriarca de los Sackville - no es momento para que se peleen como acostumbran - Charlotte suspira con pesadez, ya sabía que tanta maravilla no podía ser cierta.   -Me parece que te has vuelto muy susceptible - interviene Olivia - padre, sabes que lo que digo es cierto. Ningún caballero en sus cinco sentidos se casaría con su majestad Lady Charlotte - hace una reverencia en broma haciendo referencia al título obtenido por su hermana cuando ella no lo consiguió ni siquiera intentando usar el título nobiliario de su padre.    -Tienes razón, yo no quiero un caballero en mi vida en estos momentos - se levanta - padre iré a instalarme en mi habitación y bajaré en cuanto la cena esté lista - pasa por su lado y le da un beso en la mejilla - Olivia deberías de dejar de fijarte en mis cosas y fijarte más en tus asuntos como por ejemplo ese de la búsqueda de esposa de su majestad el príncipe William.   Olivia guarda silencio pues no se esperaba tal comentario y menos que lo hiciera en frente de su padre ya que él sigue creyendo que ella tiene alguna oportunidad con él príncipe William aunque es evidente que ello no sucederá y menos con Ana Rose rondando además de que todos saben que para lo único que él príncipe la quiere es para que le acompañe a algún que otro evento y luego a hacer lo obvio cuando Ana Rose lo rechaza pero eso nunca se lo dirá a nadie de su familia al menos abiertamente pues eso sería darle la razón a Charlotte.   Charlotte por su parte entra a su antigua habitación y se instala mientras sintoniza la radio local esperando escuchar algo que la ponga al día con los acontecimientos más importantes además de querer escuchar los cuchicheos sobre las posibles candidatas a ser la futura princesa de Mónaco, cierra los ojos mientras escucha The wonder of you de Elvis Presley y siente cada letra imaginando cómo sería ser ello de algún caballero de brillante armadura y sin poder evitarlo asocia a dicho caballero con él príncipe William.   “Y cuando sonríes, el mundo es más brillante, Tocas mi mano y soy el rey. Tu beso para mi vale una fortuna, Tu amor para mi es todo” - The wonder of you, Elvis Presley.   Palacio real de Mónaco.   William después de hablar con sus padres en un tono que deja muy claro cuál es el lugar que ocupa en sus vidas, eso le hace sentir deprimido pues siente que aunque lo intenta  y se centra en hacer las cosas de la mejor forma nada les deja conformes y les agrada, sabe muy bien que su relación con Ana Rose no va a ningún lado pero no por ello deja de sentir que no es importante para sus progenitores pues dejar muy en claro que lo primordial es su vida pública y lo que demuestre para mantener su posición en la corona sin importar él como persona, se siente inutil pues aunque desde muy pequeño empezó a ser educado para ser el futuro rey pero siente que eso ya no es importante y que cada día es más lejano para conseguir su título como tal pues su madre solo le presiona cuando hay algo que necesita y no para dar luz verde a su nombramiento, lo único que le entusiasma en medio de todo es que aún tiene poder de decisión para elegir a quien desposará y hará su princesa, pero es un arma de doble filo pues siente que le han dado muy poco tiempo para encontrar a su futura princesa, sabe que a esas alturas de la vida es muy poco probable encontrar a una joven virgen que cumpla con los requisitos exigidos por la reina.   Se siente enojado pues guardaba la esperanza de que su madre aceptará a Ana Rose o en su defecto a Olivia Sackville que aunque no tiene título nobiliario al menos cuenta con sangre y descendencia noble con lo cual la hubiera hecho una candidata más elegible pero su reputación no le ayuda además de que para él es poco menos que una amiga pero es alguien a quien conoce y con quien no le hubiera molestado comprometerse, a quien engaña realmente Olivia Sackville nunca le ha interesado al menos no como Ana Rose.   Camina de un lado a otro por el apartamento que le fue designado dentro de las instalaciones del palacio pues su casa está a las afueras de la ciudad siendo ubicada en medio del campo en donde se siente realmente relajado al no tener que preocuparse en un 100% de su privacidad pues al ser ubicado en el campo tiene mayor control de su entorno para hacer las cosas como le placen y una de ellas es alejarse de vez en cuando del yugo de su madre, conoce a su madre y sabe que ese ultimátum que le dio es solo una cordialidad pues se podría decir que todo está listo para que dé el siguiente paso para dejar su soltería además de que se debe cumplir o de lo contrario lo terminara por casar con quien ella crea conveniente para hacerlo cumplir sus deberes como príncipe casado mostrando al pueblo mayor seriedad pues ha escuchado que su madre está harta de la vida de soltero que lleva y más cuando es seguida de cerca por los reporteros, a veces desearía no ser quien es y tener una vida donde pudiera elegir libremente lo que quiere hacer con su vida sin tener que pensar en que todo lo que hace trae una consecuencia para el pueblo y la imagen de la corona mayormente, no deja de pensar en lo que debe hacer y más en las palabras de su padre.   -Hola su majestad - habla en tono burlón haciéndole una reverencia sacando a William de su ensimismamiento al tiempo que frunce el ceño al ver la cara de acontecimiento de él - ¿por qué tan pensativo? - inquiere con gran curiosidad pues algo escuchó de la reunión entre él y sus padres los reyes.   -Ay Carlos - aclara su voz llevando su mano a la barbilla en gesto pensativo - sígueme y te cuento - caminan en completo silencio y tras unos minutos de hacerlo llegan a su apartamento del palacio y William le sirve un vaso con whisky al tiempo que toma del que ha preparada para si mismo - mi madre quiere que me case lo antes posible, - comienza su relato - le di el nombre de Ana Rose y evidentemente dijo que no, - hace una pausa negando con la cabeza y prosigue - le hable de Olivia como segunda opción - escucha la risa de su amigo. -Déjame adivinar, - le corta con buen humor viendo el ceño fruncido del príncipe - dijo que Olivia no es merecedora de su corona en un futuro por estar en entredicho su nombre aún cuando entre las dos que dijiste es la mejor opción al ser hija de uno de los pocos nobles con “sangre azul” - da un sorbo largo a su trago - eso ya lo sabíamos, tú madre nunca aceptaría que te cases con una mujer con quien ya te has acostado y menos cuando son mayores que tú un par de años o más - se encoge de hombros - hombre, William yo creo que debes aceptar de buena gana el mandato de tu madre… -Algo así - pone los ojos en blanco reprendiendo a sí mismo pues sí lo viera alguna de sus maestras le reprenderían pues no es un gesto de buena educación, especialmente para el heredero al trono - quiere que me case con una virgen… - acota de mal humor, lo de Olivia era algo que ya sabíamos pues no es como que sea muy discreta a la hora de manejar sus asuntos pero a lo que voy es que definitivamente tengo tiempo limitado para conseguir a una mujer virgen que además quiera casarse conmigo sin pretender que me comporte como evidentemente no soy. Nunca me he involucrado con una virgen y sinceramente la idea de hacerlo no me atrae para nada - puntualiza viendo un punto fijo.
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