Al día siguiente Londres Phillip Ser pragmático, objetivo, indolente, despiadado y cruel tiene su precio. Es un camino que te asegura enemigos, personas que te odian y te temen, que te culpan de sus miserias. Sabes que el poder y la posición que ocupas no se ganan sin crear resentimientos. Es un juego peligroso, y más cuando eres el artífice de las desgracias que otros te achacan. Nunca subestimes a los que has pisoteado, porque basta un solo paso en falso, un momento de debilidad, para que ese hilo frágil que sostienes se rompa y todo se derrumbe. Ellos, los que se sienten humillados, son peligrosos cuando están acorralados. Se convierten en una amenaza, una chispa que puede prender el fuego que consume todo lo que has construido. Por eso, no puedes permitirte dudar, no puedes mostrar