El mismo día Tessa Por más que intentemos mentirnos, diciéndonos que el pasado ya no duele, que lo hemos superado, él siempre encuentra la manera de regresar, como un eco insistente en nuestra mente. Puedes fingir que no está ahí, puedes tratar de enterrarlo bajo una montaña de distracciones, pero el pasado es terco, implacable. Cada vez que crees haberlo dejado atrás, surge de las sombras, abriéndose camino en tus pensamientos, en tus sueños, en cada rincón de tu existencia. Olvídate de la idea de que puedes encerrarlo tras una puerta y tirar la llave. No hay cerradura que lo mantenga a raya. El pasado no es un fantasma que se desvanece; es una sombra que se alarga con cada paso que das, una parte de ti que no puedes borrar. Y mientras existan heridas abiertas, mientras queden charlas