Son más de cuatro horas las que Adelaide permanece en la celda de Benedict. Cada día se llevan mejor y a él le encantan las historias que ella le lee, aunque su compañía es lo que realmente le interesa. Luego de un rato, la joven finalmente sale y grande es el susto que se lleva cuando en la puerta dos guardias la toman del brazo y la llevan hasta el cuarto de su esposo. Ella les ruega que la suelten, pero ninguno de los dos le hace caso. Su corazón se acelera al máximo y llora sin remedio. Su esposo la descubrió, descubrió que fue a ver a Benedict a escondidas. Cuando abren la puerta, Egil se encuentra sentado en su silla, Irene y Mercedes están paradas en una esquina, custodiadas por dos guardias. Gage está a un costado de su jefe y del otro, Lilith. —Egil yo… —Adelaide se ahoga en s