Capítulo 75. Ella desapareció

1097 Words

A la mañana siguiente, la puerta de Adelaide se abre y una joven sirvienta, que nunca antes había visto, entra con una charola. ¿No había dicho su esposo que nadie podía entrar, excepto los guardias? —Traigo su comida indicada, señora —dice ella dejando en la mesa todo lo que trajo. Adelaide ni siquiera tiene ganas de contestar. Está sentada en un sillón con la vista hacia la ventana. —Debe alimentarse bien, recuerde que está embarazada. El señor Arrabal pidió que sea bien vigilada en cuanto a los alimentos que consume. Adelaide sigue sin decir nada. —Su esposo amaneció de mejor humor, señora. Parece que Petra logró contentarlo en la noche, porque amanecieron y hasta desayunaron juntos. Ambos se veían muy tranquilos y felices. Al menos ya no está tan enojado como ayer. Los ojos de la

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