A escondidas

1341 Words
Un par de meses pasaron, con un Axel que día a día se esforzaba por retomar su antigua vida. Ingrid lo visitaba a diario, y al menos ya lo hacía salir al jardín, a esa parte de la casa que sólo podía ver desde la ventana de su recámara. Jacob iba a tocar por las noches después del trabajo. Las visitas de Abril no cesaron, más que verlo como una cita meramente profesional, ella iba como una amiga. -Abril, quisiera pedirte un favor –Axel le reveló minutos antes de que ella diera por terminada la visita. -¡Claro! –Aceptó sin siquiera saber qué iba a requerir. -Quiero pedirle a Ingrid que se case conmigo –Axel rápidamente y sin preámbulos le informó. Un gritó largo y entonado se escuchó por toda la casa. -¡Abril! –Axel la reprendió, pero su madre ya estaba ahí. -¿Está todo bien? –Entró sin siquiera tocar la puerta, esperando ver un peor escenario del que encontró. -Sí mamá – le dijo Axel un poco avergonzado. -Lo siento señora, estamos intentando algo nuevo: cómo liberar la frustración –Abril, le dijo entre risas que no disimulaban su alegría ante la anterior noticia. La madre de Axel entrecerró los ojos, pero abandonó la habitación, dejándolos de nuevo solos. -¿Cuál es la idea? –Abril se sentía dispuesta a ayudarlo, porque consideraba a Ingrid como su hermana. -Aún no pienso bien cómo proponérselo –Axel se rascó la cabeza. –Lo único de lo que estoy seguro, es que quisiera que me acompañaras con un especialista para una valoración –Abril abrió los ojos, – antes de proponérselo, quiero saber si hay alguna esperanza para esto - apuntó hacia sus piernas. -No quiero que nadie se entere, ni mis padres. Quiero que digamos que es una salida terapéutica –Axel creyó que ella no aceptaría, pero Abril lo entendió a la perfección. -De acuerdo – ahora que sabía con exactitud lo que había que hacer, estaba más que lista para actuar. Abril, llamó al hospital para concretar una cita y sólo un par de días más, Axel y ella ya se encontraban de camino con el médico. Pasaron un par de horas en las que Axel realizó los exámenes físicos, así como respondió las preguntas de control; pero, tendrían que esperar más días para que los resultados estuvieran listos, y poder obtener una opinión médica sólida. Fueron días muy angustiantes y tensos para Abril. Saber que la posibilidad de que Axel pudiera recobrar del todo su vida, la hacía sobre pensar los futuros eventos y estar nerviosa todo el tiempo. Ambos estaban sentados frente al escritorio del médico, escuchando los resultados de los exámenes y la opción que les estaban presentando. Abril agarró la mano de Axel con fuerza. –A ver Doctor, quiero ver si estoy captando bien la idea entre todo lo que dijo – el médico le sonrió condescendientemente. –¿Está diciéndome que todo está bien en él, y qué es candidato para ponerle un implante en la médula espinal? – -¡Vaya! De haber sabido, se lo hubiera resumido de esa manera – el especialista dijo con gracia. -¿Eso me permitirá caminar? –Preguntó Axel con temor. -Existe un alto porcentaje de que pueda caminar de nuevo –Axel y Abril sonrieron sin contener la emoción. –Pero… -Abril lo interrumpió. -¡Lo sé! Existen riesgos, como en todos los tratamientos médicos nuevos y cirugías. Sólo déjenos disfrutar este momento – el médico suspiró, pero al final sonrió, ver a dos jóvenes sumamente entusiasmados le hizo contenerse un poco. -Supongo que no es necesario que les pregunté si lo harán – había cierto sarcasmo en su comentario. -¡Por supuesto que no! –Respondió Axel prontamente. –¿Cuándo puede hacerme la cirugía? – -Podemos hacerla en dos semanas, tendría que quedarse algunos días en el hospital, y hacer terapia física diaria – -¡Bien! Por favor, prepare todo y sólo háganos saber qué debemos hacer – él estaba tan seguro de hacerlo, que quería apresurar todo. Ambos salieron del hospital con esperanza. No hablaron en todo el camino, simplemente se daban sonrisas de alegría, como si todo ya estuviera resuelto. El médico, sin perder tiempo le envió toda la información a Abril. Axel tendría que pasar dos semanas en el hospital, por la cirugía y la recuperación, por lo que tuvieron una pequeña charla acerca de los pasos a seguir. Axel quería seguir ocultando todo; pero Abril no estaba dispuesta a pasar la cirugía sola, con la tensión de que algo pudiera ocurrir, además del tiempo de hospitalización. Entonces prepararon la fiesta para el compromiso. Sus padres se emocionaron cuando les dio la noticia; además de Abril, lo acompañaron para comprar el anillo. Con la excusa de una fiesta sorpresa por el cumpleaños de Ingrid, organizaron todo el evento. Los invitados eran principalmente familiares y amigos cercanos. El salón que rentó Abril era pequeño, lo suficiente para albergar a todas las personas. La decoración fue sencilla pero elegante; sin embargo, la verdadera magia se llevaría a cabo en la casa de Axel. Ingrid llegó a la hora acordada con Axel. Decidió usar un vestido simple pero coqueto, se arregló lo suficiente para llevar a cabo sus propios planes perversos; sin saber que su novio había preparado algo totalmente diferente. Tocó la puerta, pero nadie la abrió, lo que le pareció sumamente extraño. Comenzó a rodear la casa, hacía el jardín frente a la habitación de Axel, pensaba lanzarle piedras como ocasionalmente hacía algunos años atrás. Un camino de luces apareció frente a sus ojos, guiándola hacia la parte trasera de la casa, donde Axel esperaba por ella, sentado detrás de una mesa con rosas y velas, con la tenue música clásica reproduciéndose. Ingrid sonrió. –¡Qué romántico! –Dijo con coquetería. -Disculpa que no me ponga de pie –Axel estaba nervioso, permitiendo a su pesimismo decir aquello. Ingrid decidió tomarlo como una broma, aunque muy dentro de ella intuía los sentimientos de Axel. -Es mejor así, estás a mi merced – se inclinó para besarle los labios. Se sentó frente a él, para que la cena se llevara a cabo. Un mesero que había contratado, se encargó de servir la cena y el vino. Conversaron del pasado, cierta nostalgia los invadió; pero Ingrid, se apresuró a sacarlos de ahí hablando del presente; titubeó un poco cuando insinuó el futuro, pero Axel se plantó con fuerza, era el momento. Abril llegó corriendo a la ventana de la cocina, donde los padres de Axel e Ingrid veían todo a escondidas. -¡Ya se lo propuso! –Preguntó con ansias. -Aún no – habló bajo el padre de Ingrid. En ese momento, Axel extendió una mano sobre la mesa, que Ingrid tomó con rapidez. -Siempre he sabido lo que siento por ti. El haberte alejado… yo… espero comprendas por qué lo hice. Ahora pienso que fue una estupidez, que no volveré a cometer –Axel puso sobre la mesa la cajita que contenía el anillo; que Ingrid no pasó por alto, abrió los ojos fijando la mirada sobre Axel –Ingrid, yo… - -¡Sí! –Ni siquiera lo dejó continuar. Axel se rio ante la pronta reacción. -Déjame terminar el discurso - pero ella ya estaba dejándose llevar por todos sus sentimientos. -¡Sí quiero! ¡Sí quiero casarme contigo! –Ingrid tiró todo, lanzándose sobre Axel, besándolo por todo el rostro. Entonces los padres de ambos, junto a Abril, salieron de la casa, emocionados y felicitando a los novios. -Ahora que están aquí casi todas las personas más importantes para mí –Abril sonrió, la hizo sentir privilegiada, – ya no puedo esperarme más para dar esta noticia, en una semana me someteré a una cirugía –Axel les dio la sorpresa a todos, con una mezcla de sensaciones; pero Abril se sentía optimista y ahora podía compartir con ellos todas sus emociones.
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