CAPITULO 17

1498 Words
—¿Estás seguro de esto? —lo cuestiona Aixhad —El matrimonio no es parque de diversiones. Logan busca en los cajones de madera fina donde lo había guardado. El maldito anillo de su madre no estaba en su lugar. —Logan —Aixhad alarga las palabras con exasperación —No me estás escuchando. —¡Te escucho, joder! —se queja —¿Qué quieres que haga? Lo deshonré y debo hacerme responsable. —Me parece bien ¿Pero no estás tomando en cuenta a la otra persona afectada? Logan deja de buscar sentándose en el borde de la cama. Ni el mismo sabía qué estaba haciendo ¿Desde cuándo le importaba deshonrar a un Omega? Llevaba haciéndolo desde que tuvo edad para saber que era el sexo. Nunca obligó a ningún Omega a estar con él, no obstante, siempre fue el primero en sus vidas. Lo único que sabía es que esto no era igual. Que el Omega en cuestión no era como los demás y que le importaba más el honor perdido de Noa que el hecho de encadenarse en un matrimonio. —Escucha, solo digo que al menos consideres hablar con Noa Clerefth. Logan sé inca recostando sus brazos en sus rodillas; cubre su rostro con las palmas de las manos. Aixhad tenía razón. Estaba tomando una decisión sin siquiera considerar a Noa. Este comportamiento, no era tan suyo. La verdad últimamente se reconocía poco. Tomaba decisiones basadas en como se sentía y no podría creer lo mucho que puedo llegar a desear a Noa Clerefth como para considerar el matrimonio. —Estabas buscando un matrimonio por conveniencia y si todavía tienes ese pensamiento en mente, te aconsejo no desposar a Noa Clerefth. Aixhad lanza el anillo que Logan recibe; Lo había guardado después de ver lo desesperado que estaba Logan. —¿Por qué? Incluso tú consideraste que Noa sería un consorte perfecto. —Ese es el menor de tus problemas. Noa merece más que un “talvez” y por lo que he visto tú no puedes ocultar lo mucho que te perturba su presencia. Aixhad y sus palabras llenas de verdad. Era bueno dando consejos, el problema era cuando le tocaba a él aplicar sus propios consejos. —Pero si insistes, te acompañaré a la mansión Clerefth, hablaré con Rayan para explicar la situación; no estará nada contento. Llegan a la mansión y Noa aparece en su campo de visión. Los recuerdos los invaden a ambos, lo bien que se sintió tenerlo, su cuerpo encajaba a la perfección en sus brazos y… Joder está perdido por ese Omega de ojos celestes que lo observa con algo más perturbación. No había tantas palabras, solo una caja de terciopelo y las palabras que hacen que Noa salga al jardín con la inminente furia de un volcán. El aire del jardín estaba helada, el viento soplaba las ramas de los árboles y el sonido agudo al momento nada feliz de Noa. —Se puede saber ¿cuál es el problema? —se queja Logan. —No hice “Eso” para que me propusieras matrimonio. —termina por gritar Noa. —Lo sé, pero lo hicimos y no entiendo por qué te enojas. Cumplo con mi honor. ¿Honor? Ojalá ambos hubieran pensado en eso antes. Esas simples palabras eran como agujas en el pecho de Noa. —Ese es el problema, no quiero casarme por obligación, los matrimonios nunca funcionan cuando son sin consentimiento. —¿Crees que yo quiero casarme? —cuestiona Logan. Golpe al pecho y al estómago —De lo único de lo que estoy seguro es que no es correcto dejarte solo en esto, fue un error de los dos. ¿Un error de ambos? Miserable momento en el cual Noa se cuestiona a sí mismo; para él no fue un error. No se sentía como un error, más bien como un recuerdo que revolvía su estómago causando cosquillas. —No puedo prometerte nada —le aclara Logan —Pero puedo darte tu lugar, el que te mereces, aquel que te robe y sobre todo, puedo darte protección y confianza y eso no lo tendrás con ningún alfa, por qué yo fui y seré tu alfa. Ojalá fuera tan fácil como esas palabras, ser su Omega y fundirse en sus brazos y aun así había un toque de miserias entre ellos. —Ahora toma el maldito anillo y entremos a hablar con tu alfa familiar. No fue para poco, Rayan estaba peor que el mismo Noa. Solo fueron un par de semanas, solo un par de semanas de ausencia ¿Cómo paso esto? Noa no podía sentir algo más que vergüenza, fue criado como un noble, era un ejemplo para Juno y ahora estaba reducido a nada. Estaba deshonrado y enamorado de un alfa que solo se casaba con él por deber. —Eres su alfa y si te tengo que pedir perdón lo hago, más te pido que no intervengas, Noa es lo suficientemente grande para decidir. No lo era. Solo era un Omega que estaba por derrumbarse y realmente solo quería llorar y fundirse en los brazos de su hermano mayor. Lo considero por un momento, ¿Talvez Rayan tenía razón? Alejarse por un tiempo y regresar fingiendo que nada paso. El verdadero problema era que su cabeza no quería olvidar nada y eso lo llevo a tomar la mano que gentilmente Logan estiró para él. Su compromiso no fue criticado, más fue escandaloso. Logan era un duque y estaba ahora comprometido con el Omega más deseable. Había cosas buenas, ya no tenía que sonreír todo el tiempo, podía estar serio y nadie lo juzgaría. Las felicitaciones eran mordazas que solo alimentaban más su estado miserable. Estaba harto y en ocasiones solo dormía hasta la mañana siguiente. Su boda no fue la gran cosa, fue un simple y nada significativos votos que ambos se dijeron tras la fachada de amor. La noche de bodas fue todo menos agradable, Logan no durmió en la habitación y quién diría que desde ese día Noa aprendería a no esperar nada de su esposo. La pregunta era ¿Por qué Logan actuaba de esa manera? Era algo que Noa no entendía por más que lo pensara. Y cuando Aixhad le contó la historia de su familia, Noa lo entendió todo. Ya en el presente, Noa solo podía asombrarse de como sucedieron las cosas. —Me hiciste pasar malos momentos ¿Lo sabías? —Crees que la pasaste mal —juzga Logan —No dormía si no me aseguraba que estuvieras en la mansión, bebía para olvidar el hecho de que no podía tocarte y solo llegaba después de las doce para evitar oler tus feromonas y no perder el control. El pecho de Noa se estruja con la declaración. —Sabes lo jodidamente difícil que fue no tocarte —confiesa Logan acariciando los labios de Noa —Me quemaba por dentro y solo esperaba verte dormir por las noches. —Olías a feromonas ¿No me mientas? Logan sonríe, los hoyuelos se dibujan en sus mejillas y Noa acerca sus labios besando esa muestra de felicidad. —No estuve con nadie, ¡Lo juro! —Logan sujeta su mandíbula con fuerza mientras muerde la línea de sus labios —Te fui fiel más a ti de lo que me fui a mí mismo. —Pero… —Las feromonas eran de Rebeca —le aclara y Noa se siente como la mierda —¿Si sabes quién es verdad? Su prima. Noa afirma. —Pero no siempre eran las mismas. —Claro que no, los omegas nunca piden permiso cuando te impregnan en feromonas. —Ustedes tampoco lo hacen —se ofende Noa —Es más, ustedes nos reclaman como un trofeo. —Es diferente —se defiende Logan —Los alfas lo hacemos cuando explotamos por un Omega, somos territoriales con lo nuestro. —Nunca lo hiciste conmigo. —Porque lo odiabas. —No si eras tú. El aire se le escapa de los pulmones. Todavía le era difícil soportar el ardor que provocaba Noa en él. Aparta la mirada intentando evadir el tema, empezaba a sentirse incómodo. —No te atrevas —Noa lo obliga a mirarlo de nuevo —Mírame Logan, no me niegues, por qué no tienes idea lo terrible que es para un Omega sentirse negado por su alfa. Respiran el mismo aire y Noa desliza sus labios sobre los de Logan. Las manos del alfa se desliza por la mandíbula de Noa y en un forcejeo, Logan empuja a la Omega sobre la cama. —Jamás lo haría —le afirma —No te negaría aun si me estuviera quemando. Noa siente su cuerpo girar hasta hundir el rostro en las sábanas. Una corriente le recorre la columna cuando los dientes de Logan presionan su nuca. —Eres mío —habla en susurro ahogado —¿Lo entiendes? Noa afirma refregándose contra las sábanas. CONTINUARÁ…
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