CAPITULO 12
1575 Words
La última vez que se sintió tan de la mierda fue hace muchos años, el hormigueo en su cuerpo era insoportable teniendo en cuenta que no parecía saciarse con nada.
—¡Mi señor! —lo aborda el mayordomo —Traigan al doctor —pide el hombre asustado —¿Con quién se peleó está vez?
—No es nada grave —detiene al mayordomo para que lo deje en paz —Quiero estar solo.
Eh aquí de nuevo este sentimiento de soledad y derrota. De nuevo en estas paredes llenas de recuerdos amargos que ahora más que nunca se sienten frías y vacías.
Los documentos del divorcio estaban en la mesa de su escritorio. El abogado de Noa se encargó de traerlos hace unos días.
Aborrecía solo verlos, sabía que tenía que firmar, pero cada vez que estaba por hacerlo sus manos se negaban a firmarlos.
Era estúpido lo temeroso que un hombre como él, puede llegar a sentirse al ser abandonado. Los conflictos internos a veces pesan más que los externos.
Él quiso ser ese lugar seguro de Noa, pero… Todo fue de mal en peor.
Saca los documentos de la carpeta notando las palabras escritas.
No había cláusulas de divorcio, Noa no exigió dinero, ni propiedades, solo el certificado de divorcio.
Se escucha un bullicio afuera y antes de poder levantarse del escritorio las puertas se abren dejando entrar al hombre que pone a funcionar su corazón con su simple presencia.
El aroma endulzado es como estar sintiendo la brisa en primavera.
Noa lo observa algo escandalizado, su esposo estaba golpeado y ensangrentado.
No era de extrañar. Había tenido una discusión nada agradable con un ebrio, los ánimos de ambos explotaron y terminaron en golpes.
—No firmaré esto —advierte a Noa —Le pediré a mi abogado que los vuelva a redactar, mereces la mitad de los bienes.
—No quiero nada de eso.
—No es lo que quieras, es lo que te corresponde, no firmamos capitulaciones.
—En todo caso también te toca la mitad de mi herencia.
—Claro que.
—Yo creo que sí.
Logan se siente algo mareado, el ebrio le rompió una botella en la cabeza y había perdido bastante sangre.
Se ríe de las circunstancias —No podemos siguiera estar en la misma habitación sin discutir.
—No quiero discutir.
Logan se acomoda recostándose en el respaldo de la silla —Entonces, por qué estás aquí.
Noa intenta mantenerse firme, Pero su rostro se contrae con todo lo que lleva dentro.
—No puedo, Noa.
—Si puedes.
—No.
—Inténtalo.
—Ya lo hice.
—Esta vez conmigo, yo estaré contigo.
Logan niega con la cabeza, su pecho empiece a apretarse y un dolor de cabeza lo agobia.
—Te duele.
—Me duele por qué estás aquí.
—¿Qué significa eso? Debo tomarlo como una confección.
Logan se ríe viéndose expuesto —Aixhad te contó todo ¿No es así?
—¿Acaso eso importa?
Las manos de Logan se estrella contra el escritorio asustando a Noa —Claro que importan, es mi vida, no tenía derecho de…
—¡¿Qué?! No tenía derecho de contármelo ¡Soy tu esposo!
Logan se carcajea —Esto no dice lo mismo —Logan mueve los documentos del divorcio.
Noa camina hacia él, arrebata los documentos de su mano, se los lleva hasta la chimenea en la cual no duda en lanzarlos al fuego.
Noa se acerca a él haciéndolo temblar con su presencia, mueve la silla hasta estar de frente, su rostro queda frente al vientre de Noa, sus pupilas se dilatan con el aroma que lo vuelve loco.
Las manos acarician su cabello, sus feromonas relajan un poco a Logan y un sentimiento de tranquilidad lo invade.
—Estás herido, hay que llevarte al hospital.
—No.
—De acuerdo llamaremos a un médico.
Logan vuelve a negar.
Noa suspira profundamente, su estúpido y terco alfa como siempre causando problemas. Noa llama al mayordomo.
—Tráeme gasas y un botiquín.
El mayordomo se marcha y Noa se inclina ante Logan. Toma sus manos viéndolas mayugadas por los golpes, su labio inferior está roto y su camisa está sucia.
—¿El otro quedó peor?
Logan se ríe, reconoce que podría reírse mil veces con solo escuchar la voz de Noa.
Noa desabrocha los botones de su camisa una por una sin dejar de verlo a los ojos, el pecho de Logan sube y baja cuando Noa desliza la camisa por sus brazos.
—Tienes que bañarte —insinúa Noa.
El mayordomo entra a la habitación dejando el botiquín y las gasas en la mesa. Logan se levanta de la silla caminando hasta el cuarto de baño.
—Puedo bañarme solo —Esboza una sonrisa —¿O quieres ayudarme? —Logan abre los brazos y Noa se niega a ir con él.
Minutos más tarde Logan está bañado y con un albornoz puesto.
—Muy bien —dice con voz firme —Estoy listo, mi doctor.
Noa lanza una palmada a su hombro —Tómatelo en serio —se enoja Noa —Esto no es un juego.
—Auch, ¿No deberías ser más gentil?
—Lo seré el día que te comportes —Noa toma las gasas mirando todas las heridas sin saber por dónde empezar —Estás hecho un desastre.
Es imposible no notar el matiz de preocupación que se pintan en los ojos azules que brillan con la poca luz de la habitación, hermosos ojos que alumbran sus noches.
—El responsable debería tomar la responsabilidad de curarme.
Noa se bufa —Si quieres puedo pedir que busquen al ebrio que te volvió un desastre.
—No fue el ebrio —discrepa.
—¿Pensé que dijiste que el ebrio te golpeó?
—Lo hizo, Pero fuiste tú quien me volvió un desastre.
La respiración de Noa se detiene.
—No puedes culparme de tus idioteces —asevera impactando la gasa es su herida.
Logan gime de dolor, más no se opone al maltrato.
El silencio lidera el momento. Noa cierra el botiquín guardando los implementos.
¿Qué estaba haciendo? Por qué las cosas nunca le salen como las planea ¿Y ahora qué?
Toda su convicción murió cuando entro a la habitación y lo vio golpeado. A la mierda solo dirá lo que ya había planeado.
Se gira con rapidez y el calor de unos brazos lo envuelve, el aroma es tan reconfortante que su mente pierde lucidez.
¿Cuánto podría alguien amar a otra persona? No lo sabía, pero amaba este imbécil alfa y no sabía desde cuándo empezó a sentirse de esta manera.
—No quiero que seamos un matrimonio falso —Noa le aclara —Quiero estar aquí y no sentir que estoy en la oscuridad de estas paredes.
Logan se aparta rápidamente. La idea le agradaba, Pero una parte se negaba a aceptarlo.
—No puedo.
—Si puedes.
Logan vuelve a negar y la paciencia de Noa se pierde. Estaba cansado de las mismas palabras, la misma plática y la misma respuesta.
Lo toma por el cuello del albornoz —Escúchame idiota —los ojos de Logan se abren con asombro —Te diré que va a pasar desde ahora.
Logan presta atención como un perro regañado.
—Iremos a terapia, tú y yo —confiesa Noa —Superaremos está etapa y tú superarás la muerte de tu madre.
Algo en el pecho de Logan arde. Si Noa hubiera Sido otra persona posiblemente ya lo hubiera golpeado por hablar tan ligeramente de eso.
—Mañana. No, está noche —se corrige a sí mismo —Me tomarás, dormiremos en esa cama y cogeremos hasta que me satisfagas como es debido —la entrepierna de Logan se levanta con la declaración nada sutil —Y antes de que amanezca, me anudarás.
Las mejillas de Noa arden de un color rosado intenso, tenía tanta vergüenza que quería salir corriendo, pero sabía que esta manera era la más certera.
—Te dejé un tiempo y mira como estás —vacila al decirlo —Demostraste que no puedes vivir sin mí… Y yo puedo, Pero no quiero vivir sin ti, Logan.
Las dudas se pierden.
Logan lo toma por la nuca llevándolo a sus labios. Eran de un dulce sabor, nunca antes había sentido un sabor tan exquisito como él los labios de Noa.
—¿Y qué más? —bromea.
—Viviremos felices —Noa toma la iniciativa del beso.
—¿Y? … ¿Cogeremos todos los días? —las cejas de Logan se alzan en cuestión.
—Sí —Noa muerde sus labios para callarlo —Y cuando estés listo… Nos uniremos.
Logan se aparta para mirarlo.
—Escuchaste toda la historia de mis padres y aun así quieres que te marque.
—No somos tus padres, yo soy Noa y tú eres Logan, los superaremos ¿Si es que quieres?
—Eres el oxígeno de mi vida ¿Cómo no voy a querer intentarlo? Pero si algo sale mal…
—No pasará, si caes prometo tomar tu mano.
—Espero y recuerdes esas palabras, por qué te haré la vida difícil.
—Creo que… lo superaré.
—Noto dudas en tus palabras —indaga Logan —No hay vuelta atrás, si no lo logras te encadenaré a mi lado ¿Lo entiendes?
—No si yo te encadenó antes.
CONTINUARÁ…
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