Percy Alexander Cucarachón —Tengo novia—fue lo primero que dije. Habíamos quedado en un restaurante del centro, no venía con el niño, teníamos muchas cosas de las que hablar y por nada del mundo dejaría que fuera en mi casa o en la suya, ya esto había dado pie a muchos malentendidos y mi credibilidad frente a Ara estaba siendo nula—. Su nombre es Arabella Winters. Pero eso ya lo sabes—le dije, mirándola a los ojos, ella ni se inmutó—, contestaste a mi teléfono la otra noche y no me dijiste nada, Eva. —Tampoco dije nada malo, Percy. —¿No? ¿Qué dijiste? —¿Qué dijo para que Ara se pusiera de esa manera o ahora creyera que Eva y yo nos estuvimos acostando desde su regreso? —Algo dijiste, Eva. —Contesté y me di cuenta de que era Arabella Winters, ¿cómo iba a saber que estabas saliendo c