Bella durmiente Cuando abro los ojos, mi cuerpo se siente extraño, quizás porque estoy en una cama que no es la mía o porque ayer tomé mucho vino. Me duele la cabeza, miro mi pijama y me pongo a reír al recordar las tonterías que hice antes de irme a la cama mientras Elio se ponía rojo de la risa. ¿Siempre hemos sido tan payasos? Supongo que sí. Anoche era como una pijama, una muy divertida. Elio tiene que estar despierto. Corro al baño, me lavo los dientes y la cara y salgo de la habitación. Frente a la mía está la suya, abierta, con la cama perfectamente arreglada y al parecer vacía. Salgo al salón y tampoco veo nada. ¿Dónde está? El ático es grande, no sé dónde pudo haberse metido. Busco por algunas habitaciones, entonces al fondo escucho una música de piano. Abro la puerta