Dorian Llevaba unos diez minutos tocando en la habitación de hotel de Bella. Sabía que nos habíamos dado media hora para cambiarnos y encontrarnos, pero la ansiedad me estaba ganando, además… luego de que ella entró de ese modo a mi habitación, me quedé más motivado. ¿Podía ser más dulce? Intentó no mirarme, pero vi sus ojos fijos en mí, aunque por pocos segundos. Al parecer todavía se estaba cambiando, porque nada que abría la puerta. Este viaje de trabajo era una oportunidad única para mí. Quería hacerle saber a Bella que estaba interesado en ella, pero también debía mantener el enfoque profesional, porque si por el momento se efectuaba un rechazo, no deseaba ni por un segundo que eso trascendiera a nuestra relación laboral. No presumía cuando decía que tenía que cuidar de mi bell