Luna roja

Una confesión.

Narra Connor.

Estaba hecha un desastre y solo quería gritarle a la cara si se había vuelto loca, pero al verla en ese estado solo pude sentirme preoc upado y la cargue a la motocicleta, no fue tan difícil llevarla ella era mucho más pequeña que yo, la coloque en la parte de adelante y la sostuve en mis piernas mientras conducía, lo que no sabía era como entraría a la casa, si petter la veía en ese estado ella tendría problemas y yo también porque se supone que yo la iba a cuidar… Pero es que es una niña caprichosa que hace lo que le viene en gana, ya eso no es mi culpa.

Cuando llegué apagué la motocicleta y me estacioné los más lejos que pude la cargué de nuevo en mis brazos y comencé a caminar, de pronto se me ocurrió una idea, si entraba con ella por la ventana no se iban a enterar del pequeño percance de Luna.

Rodeé la casa hasta llegar a la ventana de la habitación de Luna, miré arriba y si había una buena distancia entre nosotros y la ventana, pero eso no me detuvo salté y en un segundo estaba en la habitación y luna en mis brazos… Todo lo haría rápido, porque si me veían aquí adentro seguro me echan de la manada pensando que yo profane a su hija.

La llevé a la cama y ella abrió sus ojos mostró una sonrisa, yo sabía que ella seguía muy ebria, pero lo que hizo me tomó por sorpresa.

—Sabes, eres muy buena persona… Quizás por eso me gustas tanto desde que era niña— yo abrí mis ojos de par en par, no podía creer lo que ella estaba diciendo, luna estaba confesando que yo le gustaba…

Yo ladeé mi cabeza, seguramente era por estar en ese estado que decía cosas sin sentido, pero luego recordé aquella vez cuando petter y yo estábamos en un bar y él se emborrachó tanto que dijo cosas de más, como que siempre estuvo celoso de mí y que también me admiraba, esas son cosas que solo un borracho puede decir, por eso sé que esto es una confesión. Me acerqué para arroparla y pensé ya estaba dormida, derrepente me tomó por el cuello y estúpidamente caí en la cama encima de ella, quedé atónito no sabía cómo reaccionar, ella intentaba besarme, pero yo puse mi mano en su frente para evitar que acercara sus labios a los míos.

Jamás pensé verme en una situación así con alguien y mucho menos con luna, pero tampoco me había dado cuenta lo hermosa que es, sus bellos ojos son tan perfectos que solo puedo perderme en su mirada y su olor es el más delicioso que haya conocido jamás, derrepente la idea de besarla no parecía descabellada, pero luego pensé bien las cosas, ella estaba ebria y las personas en ese estado hacen cosas sin pensarlo, yo me levanté rápido de la cama y la dejé ahí para que pudiera descansar y pasar su borrachera.

Salí de la habitación y la observé por última vez, ya se había quedado dormida y no pude evitar sonreír al mirarla entonces algo dentro de mí me hizo recordar ese momento cuando ella está un poco más pequeña…

Flashback.

Los días en la manada se habían puesto tensos la desesperación por buscar a Luca me hacían frustrar, no sé dónde más buscar a ese gusano, he recorrido todo esté pueblo incluso fui más allá y no logré un solo rastro de él.

Todos sabíamos que no logramos exterminar por completo a todas las Sanguijuelas, ellos eran como cucarachas, se escondían y luego salían. Luna en ese tiempo tendría 10 años de edad ella era una pequeña curiosa y siempre estaba detrás de mí, pero ese día yo no me di cuenta de que ella me estaba siguiendo, fue cuando encontré un grupo de sanguijuelas cerca y tomé mi forma de lobo para acabar con ellos… Luna salió y yo entré en pánico cuando uno de ellos la tomo por su pequeño brazo y no sé de dónde y como hice eso, pero un fuego salió dentro de mí yo me asusté, pensé que me estaba quemando, pero ese fuego era parte de mí… Eso fue lo que salvó la vida de luna quien se desmayó por la impresión… Los incineré a todos y luego recogí a luna para tomarla en mis brazos, su pequeño cuerpo era tan frágil que yo solo quería protegerla, desde ese día le exigí a mi Alpha poder enseñar a luna para que aprendiera a defenderse aunque yo estaría siempre para protegerla, yo quería que ella tuviera la capacidad de poder eliminar sanguijuelas.

Salí por el pasillo y pase exactamente por el frente de la habitación de petter y Collin, mi oído podía escuchar más cosas de las que yo quería, en algunas ocasiones no quería tener que ser mitad lobo, está es una de esas los gemidos de ambos eran bajos, pero audibles para el oído de un hombre lobo, yo solo seguí caminando un poco avergonzado de tener que escuchar eso, pero al fin y al cabo todos tenemos necesidades, bueno a excepción de mí que tengo unos dos años sin saber lo que es el olor de una mujer… Muchas veces envidio a mi hermano él tiene una vida estable y yo solo soy un solitario, quizás es por mi forma de ser que estoy solo y de ser por eso lo estaré toda eternidad.