-Jong… Jongdae… haaah… no tan duro.
-Lo siento mi vida pero no puedo contenerme.
Muerdo mis labios para no gritar al recibir las duras embestidas de Jongdae, se supone que estamos en una cita pero lo primero que hace al verme es arrastrarme a los baños para follarme, maldito.- Haahh… estás tan duro.- finjo disfrutar, únicamente gimo para darle motivación, follar con él me harta, no siento la pasión recorrer por mis venas como cuando follo con él, cada vez que follo con alguien la única imagen que aparece en mis pensamientos son las de él, aún no ha pasado ni un solo día desde que lo tuve en mi brazos pero lo extraño, ¡Carajo! falta una semana para volver a él.
Jongdae muerde un poco mi cuello mientras me levanta una pierna para entrar aún más profundo haciéndome gemir descontrolado.-Jongdae… haaahh… no…haah, me corro.
-Hazlo, córrete mucho para mí.- es un imbécil, si lo hago me mancharé, aishhh, ya no aguanto, comienza a masturbarme con fuerza y sin control, intento soportar pero termino liberándome entre su mano con la cual de inmediato me da una nalgada que me hace gritar.
-Ahhh… mi amor, se siente delicioso dentro de ti.
Me da duras estocadas hasta terminar en mi interior sin dejar de chocar sus caderas contra mí, siento como lentamente su e*****a escurre bajando por mis piernas, sale de mi interior y me despego aun disfrutando de mi orgasmo, nos empezamos a limpiar con rapidez ya que escuchamos como la gente empieza a golpear la puerta del baño para entrar.- Date prisa debemos volver.- termino de arreglarme y cuando estoy por abrir me toma fuertemente para besarme con pasión.
-Te amo.- sus palabras son sinceras pero no correspondidas, únicamente le sonrío para luego salir.
Caminamos tomados de la mano hacia nuestra mesa dónde ordenamos por nuestra comida, esperamos por ella mientras conversamos de cosas triviales.- Mi vida.- él toma mi mano acariciando el anillo de compromiso que tengo en el dedo.- ¿Cuándo fijaremos el día de nuestra boda? Ya ha pasado un año desde que nos comprometimos.- nuevamente saca ese tema, es aburrido, ya no sé ni qué inventarme para que me deje tranquilo.
-Somos jóvenes, tan solo tenemos veinte años Jongdae, tenemos toda una vida por delante para hacerlo.- le sonrío con hipocresía.- aún tenemos que cumplir con nuestras metas antes de entrelazar nuestras vidas y ya sabes… formar una familia.- veo como sonríe ampliamente, este insolente caballero sueña con ser padre así que siempre saco el temita para convencerlo y me deje en paz.
-¡Lo dijiste!, dijiste formar una familia, nuevamente lo dijiste, dime que no estoy soñando mi amor, ¡Me darás bebés!- cómo si fuera un hecho él viene y me abraza a su cuerpo.
-Si pero más adelante.- sí claro… sigue comiéndote esta mentira, ni muerto tendré hijos, ni contigo ni con nadie.
El mesero trae nuestra comida.- Sé que a tu madre no le quisiste contar pero ¿Adónde vas todos los sábados a esa hora?- sus palabras me dejan helado, ¿Cómo sabe él que salgo todos los fines de semana a la misma hora?
-No sé de qué me estás hablando.- hablo sin mirarlo, me hago el desentendido.
- Sabes, ayer durante la fiesta, estuve buscando a mi novio, lo busqué en todas partes y no lo encontré, quería que conversáramos con mis padres y viéramos los fuegos artificiales pero no estabas.- volteo a mirarlo y pude ver su sonrisa torcida, sabía que no era tonto y ahora lo confirmo.
-Está bien me atrapaste.- suspiro hondo dejando a un lado mis cubiertos, para darle una respuesta.- sabes que detesto cada una de las fiestitas que realiza mi madre.- él asiente, mis ojos se ponen cristalinos amenazando con llorar, puedo sentir que él apretado su agarre, ¡Lo tengo! Cómo dije es un ser manipulable.- Por eso, todos los fines de semana prefiero ir a casa de Kyungsoo para alejarme de su hipocresía, Jongdae, tú y yo nos conocemos desde hace un par de años y sabes lo mal que ella me trata.- las lágrimas caen haciendo su recorrido por mis mejillas y siento sus manos limpiarlas, río por dentro, lo convencí, jajaja, mi tierno Jongdae si no supiera de qué pie cojeas en verdad me hubiera enamorado de ti.
Flashback.
Mi madre dijo que me quedara en mi habitación hasta que la fiesta termine, sé que debo obedecerla pero tengo hambre, hoy apenas comí ya que todos estaban organizando la fiesta de mi mamá, mi papito no está, él se fue a un viaje de negocios.
¡Ay, mi pancita! está crujiendo, si me quedo aquí moriré de hambre, doy vueltas en mi habitación tratando de distraerme, pero el dolor de panza me mata, mi madre dice que ya estoy grande y que comprendo las cosas pero cómo puedo entender si necesito alimentarme, a pesar de que me dijeron que no salga, lo haré, además ¿Qué puede pasar? Pues nada, es mi casa y tan solo iré a la cocina por un poco de comida.
Lentamente abro la puerta de mi habitación y asomo mi cabeza para ver que no haya nadie, de puntitas camino en dirección hacia la cocina y bajo en completo silencio, la estruendosa música resuena pero no debo ser confiado, no entiendo a mi madre, cada vez que mi papá se va ella celebra, es rara, muy rara, sus amigos no me agradan, ellos siempre me observan fijamente (la piel se me pone chinita de pensarlo), en fin, llego a la cocina, saco lo necesario para hacerme una hamburguesa, me encantan estas comidas son tan deliciosas, mamá dice que estoy muy gordito, no la entiendo, yo me veo bien… está bien, está bien, pues si lo ponen así, digamos que estoy lleno de amor.
Estoy a punto de meterme la hamburguesa a mi boca cuando escucho la puerta de la cocina rechinar, ¡NO, ALGUIEN ESTÁ ENTRANDO! ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! Si es mi madre de seguro me vuelve a mandar a dormir con Tobby, corro por todos lados pero es muy tarde para esconderme, me han atrapado, soy un pez gordo muerto.
Me quedo quieto mirando al individuo que acaba de ingresar, ese hombre camina hacia mí, veo cómo se tambalea, ¡Está borracho! Creo que es mejor si me voy rápido de aquí.
Trato de quitarme de su camino pero me es imposible, ese señor sujeta rápidamente uno de mis brazos.
-P-por favor déjeme ir.- el terror invade mi cuerpo, ese hombre me mira raro, me asusta, estoy muy asustado.
-Eres hermoso, muchacho.- mi cuerpo tiembla.- Haneul ha sabido como criarte bien.- aquel hombre sonríe de forma maliciosa, esto no se ve bien.- me pregunto si tú también eres una perra como ella, aunque aún eres un niño, dime mocoso, ¿Te gustaría tener sexo conmigo?
-¡MI MADRE NO ES UNA PERRA!- sus palabras me llenan de furia, ¿Este viejo cómo se atreve?, pero de inmediato me quedo estático al analizar las últimas palabras de ese hombre, ¡Oh, no!, lo miro con mucho terror.
-Igual de insolente que tu “inmaculada” madrecita, si supieras lo bastarda que es.- risas, escucho muchas carcajadas provenientes de la boca de aquel viejo, trato de zafarme pero su agarre es demasiado fuerte, lo pateo, peleo contra él pero no me suelta, al contrario puedo ver su rostro de enojo.- ¡CÁLMATE IMBÉCIL! ¡¿ME ACABAS DE PATEAR?! ¡ME LAS PAGARÁS!
Me coge muy duro de los brazos y me arroja al suelo.- ¡AYUDA! ¡POR FAVOR AYÚDENME!
-¡NO GRITES BASTARDO!- él me tapa la boca y se posa sobre mí inmovilizándome por completo.
-¡MAMÁAAAA AYÚDAMEE! ¡AUXILIO! – grito tanto como puedo, aprovechando su descuido.
Siento como me baja el pantalón y mi corazón se detiene, él me va a violar, lloro, mis lágrimas no dejan de caer, no puede ser, le aruño la cara y muerdo su mano mientras no dejo de gritar.- ¡QUIÉN SEA AYÚDEME!- siento como si ya no me quedara voz para gritar.- ¡NO ME HAGA DAÑO! ¡NO, POR FAVOR! ¡NO! ¡SUÉLTEME! ¡NO ME LASTIME!-se lo pido pero él simplemente no me hace caso.
Todo está perdido.
Mi inocencia se irá.
¿Por qué a mí?
¿Mamá, dónde estás?
¿Por qué no vienes?
¡Te necesito!
Me pierdo en mis pensamientos, cuando de un pronto a otro, aquel asqueroso peso desaparece a mi cuerpo, me quedo allí acostado sobre el frío piso de la cocina, escucho muchos gritos a mi alrededor, pero no me importa nada, las cosas de la cocina suenan al caerse. Estoy en una especie de trance.
Tranquilidad.
Eso siento cuando volteo el rostro a mi costado y puedo observar el rostro de ese hombre lleno de sangre y heridas.
De inmediato me jalan y unos brazos me abrazan fuertemente, escucho los gritos y llanto desesperados de mi padre, él me aferra a su pecho y siento mis lágrimas deslizarse por mis mejillas en silencio.
-Mi pequeño, te prometo que todo estará bien.- mi padre dice entre sollozos.- cariño vas a estar bien, te lo juro mi vida.
Estoy temblando, mi cuerpo tiembla de miedo, tengo mucho miedo.
-Ese bastardo ya no volverá hacerte daño.- tengo ganas de abrazarlo pero mi cuerpo no me responde, no puedo moverme.
Mi padre me salvó, me salvó de ese hombre a quién mi madre llama “amigo”.
Fin flashback.
En la soledad de mi habitación recuerdo aquel terrible episodio de mi niñez, si no hubiera sido por mi padre, aquel bastardo me hubiera violado, cuando me sacaban vi a mi madre correr pero no en mi dirección sino hacia ese hombre, ahora me doy cuenta que poco o nada le importaba.
Tocan a mi puerta y con mucha pereza me levanto a abrir.
-¿Qué sucede?- le pregunto sin ganas.
-Quiero conversar contigo.- me dice desde el otro lado de la puerta.
-Entonces habla mientras tengo ganas de escucharte.- poso mi peso en el marco de la puerta de mi habitación.
-¿No me dejarás pasar?- lo miro con una sonrisa burlona en el rostro.
-Ningún hombre ingresa a mi cuarto a menos que quiera follarme.- me cruzo de brazos.- y sé que tú no quieres, así que habla de una vez Luhan.
Veo como suspira, no entiendo cómo es que aguanta vivir en esta casa conmigo dentro de ella.- Mi padre saldrá de prisión dentro de un mes.- me quedo frío, siento que mi corazón dejará de latir.
-N-no puede ser.- lo miro horrorizado.- ¡NO PUEDE SER, MADITA SEA! ¡NO! ¡NO! ¡ESTO ES UNA BROMA! ¡CÓMO PUEDEN SOLTAR A ESE BARTARDO!-una vez más mi cuerpo tiembla, mi cuerpo cae al suelo y me tapo los oído, no puede ser verdad, después de lo que me hizo, no lo pueden soltar ¡No pueden hacerlo!
-Minseokki, lo siento mucho, pero lo liberarán por buena conducta, no pude hacer nada.- veo cómo se me acerca para abrazarme.
-¡NO ME TOQUES! ¡ALÉJATE LUHAN! ¡TÚ Y TU PADRE ME DAN ASCO!- como sea me levanto y me meto de inmediato a mi habitación, pongo seguro y caigo sobre mi cama para sumergirme en mi miseria, ese maldito infeliz estará libre, no puede ser.
Escucho los gritos de Luhan del otro lado de mi puerta pidiéndome que le abra, lloro, lloro mucho, el dolor en mi corazón no me deja en paz, aquel episodio trágico de mi vida no tendrá justicia.
La justicia es un asco al liberar a ese bastardo.
-Perdóname Minseokkie, perdóname por ser su hijo, perdóname por qué no pude hacer nada para mantenerlo allí dentro, perdóname por meterme en tu vida, perdóname por ser nada más y nada menos… que tu padrastro.- escucho las palabras de Luhan hablarme desde el otro lado de la puerta.
Miro en dirección de ella con furia, mucha furia, porque el destino quiso que las cosas sean de esta manera.