Ilusión

2161 Words
Era gracioso, muy gracioso a decir verdad, quién nos viera diría que somos el marco perfecto de una foto familiar perfecta con la familia perfecta, mi madre, mi padrastro, mi primo (corrección es solo un arrimado pariente de Luhan), mi novio y yo, cinco personas que son cercanas ante el ojo público pero tan lejanas como las orillas más distantes de la tierra. No diré el por qué, la verdad por sí sola saldrá a la luz, nadie que se encuentra en esta mesa me interesa, ninguno de estos infelices merece mi consideración, no soy un desalmado, solo soy realista, conozco cada una de sus debilidades, jajaja ¿Amor? Esa palabra es muy divertida, hace mucho se me fue arrebatado al único hombre que he amado, y ahora solo tengo un alma vacía con sed de venganza, puede sonar cruel pero el idiota de mi novio no merece mi piedad, por ser un verdadero vil manipulable. -Las sirvientas dijeron que te vieron salir ayer a media noche.- mi madre habla sin siquiera levantar la vista de su plato, su tono es tan altanero como siempre.- ¿Se podría saber a dónde fuiste? -¿Qué… te levantaste  con ganas de actuar como si fueras mi madre?- se lo replico con una sonrisa burlona en mi rostro, todos los que están en la mesa continúan comiendo, mi madre lo deja de hacer para enfrentarme. -Sabes que no, querido.- me sonríe.- pero sabes que hay muchos ojos sobre nosotros, así que por tu bien te recomiendo que te comportes. -Aaaaaaaa… entonces, ¿Debí haber actuado como si me importara tu estúpida fiestita de aniversario? “Madre”, si es así me lo hubieras dicho para actuar como tú.- me recliné en mi asiento.- ya sabes… como una zorra hipócrita y barata. -¡Minseok!- ella gritó, jajaja me divierte hacerla enojar, es algo común entre nosotros, ella empieza, yo la sigo, ella pierde y Tan tan… allí está, derramando sus lágrimas de cocodrilo cuando ve cómo un empleado entra haciéndose la víctima como siempre.- No entiendo por qué me odias tanto.- de sus ojos brotan lágrimas demasiada falsas.- ¡Eres mi hijo! -Minseok, discúlpate con tu madre.- otra vez… éste idiota, Luhan abraza a mi madre para “consolarla” -No tengo ganas de pelear contigo, Luhan.- lo miro desafiante mientras siento como toman mi mano, volteo hacia mi lado y me encuentro con los ojos de mi “prometido”… esta farsa se mantendrá hasta cuando me convenga así que por ahora dejaré que crean que me casaré con él. -Amor, los empleados nos están viendo, compórtate por favor, al menos demuestra que tienes educación.- Jongdae me susurra en el oído, él es otro ser que guarda aquellas asquerosas apariencias. Lo miro a los ojos con demasiada furia, ¿Quién se cree que es?, lo peor de todo es que tiene razón y lo odio.- está bien.- susurro, sintiendo de inmediato como me da un pequeño beso.- Madre… lo siento.- mis palabras son para nada sinceras. El desayuno transcurrió como si nada, mi madre hablando mal de todo el mundo, criticándolos como siempre, es una farsante ante ellos, pero cuando llegue el momento la destruiré, desde que mi padre murió no he hecho más que recolectar información y pruebas en su contra, solo necesito la cereza de mi pastel. De un pronto a otro siento como me sujetan de la cintura, me sorprendo al darme cuenta que frente a mi está la pared.- Vaya, vaya sea lo que sea en lo que el pequeño príncipe esté pensando no vale la pena como para arruinar esta hermosa carita. Sonrío de lado mientras me deshago de las manos de ese tipejo.- ¡Te advertí que no me tocarás!- le grito, dándole la espalda dirigiéndome a mi habitación, siento su presencia tras mío.- ¿Qué quieres?- lo encaro. -¿Qué pasó lindura? Hoy en la madrugada no estabas tan, como te digo, tan irritable, al contrario estabas dispuesto a todo.- ¡Maldita sea!  ¿Por qué de todas las personas tuvo que ser él? -Escúchame bien Sehun.- respiro hondo tratando de calmarme.- lo que pasó ya quedó en el pasado y mira que te lo he recompensado bien, ¡Ahora deja de joderme! -Amorcito.- el muy asno acaricia mi mejilla y estúpidamente me estremezco ante su tacto.- no es suficiente, necesito más.- siento cómo con fuerza me empuja hacia mi habitación y le pone seguro a la puerta, trato de pelear contra él, pero es más fuerte así que me rindo, al fin y al cabo él hace lo que se le plazca. -Me das asco.- lo miro directamente a los ojos, viendo que le afecta en lo más mínimo. -Eres un pequeño insolente, ahora ven que te voy a dar tu merecido.- me muevo ni un solo centímetro.- si no lo haces le contaré a tu mamita las cochinadas que haces cuando sales de casa.- ¡Carajo, maldito! -¿Crees que me puedes amenazar?- trato de verme como si no me afectara. -No, pero sé que no te conviene que ella se entere.- me sonríe macabramente.- y tampoco con quién lo haces. -Si ella se entera, tú también saldrás perjudicado, “primito”.- sonrío dirigiéndome hacia él, pues si quiere jugar, entonces jugaré con él.  Me jala y me sienta en sus piernas.- Sehun… ahhh.- sus manos tocan mis piernas mientras besa mi cuello, su lengua recorre mi piel mientras me baja los pantalones y toca mi entrepierna.- Ahhh…- muerde mi lóbulo y acaricia mi cabello. -Eres un pervertido, quién diría que hace unos minutos eras todo un soberbio, esto te gusta ¿No es así?- desgraciado, tiene razón, me encanta que me toquen, soy un maldito pero qué puedo hacer, de tal palo tal astilla, él mete su mano en mi ropa interior y empieza a masturbarme, me abrazo a su cuello y lo beso introduciendo mi lengua en su boca, abro su camisa y me da una fuerte nalgada, tenemos que ser rápidos ya que mi tonto novio está con mi madre.- Vamos, chúpame, hazlo bien y no abriré la boca en un par de días.- por eso lo odio pero me encanta hacerlo con él, es un imbécil, cuando tenga la oportunidad se la cortaré, sin embargo, hoy disfrutaré. Me baja de su regazo y saca la erección de su pantalón, me arrodillo frente a él mientras acaricia mi cabello, realmente lo deseo, estoy tan excitado. Tomo su erección en mis manos, la rozo por mis labios, saco mi lengua y lamo la punta la cual ya tiene mucho líquido saliendo de ella, lo succiono un poco y la meto en mi boca, su aroma y textura me vuelven loco, mete sus manos entre mi cabello y empieza a moverme para hacer más profunda la penetración, fluidos chorrean por la comisura de mis labios mientras lo miro a los ojos, esos ojos fieros y enfermos llenos de pasión. Su semen por los vaivenes invade mi boca y trago lo más que puedo, me jala de nuevo subiéndome a sus piernas, mete sus dedos a mi boca, los lamo mientras me abre la camisa con su otra mano, bajo mi ropa interior hasta las rodillas junto a mi pantalón que ya lo estaba. -Dime que quieres y te lo daré.- sin pensarlo dos veces lo beso en los labios, es un beso feroz y apasionado. -Quiero que me folles duro ahora mismo.- muerde mi cuello mientras mete dos dedos en mi interior, jadeo sin control.- Minnie quiere la enorme, grande y gruesa v***a de Hunnie en su interior.- sé que él disfruta cada una de las sucias palabras que le digo, lo sé porque aprieta mi trasero rozando su erección contra mi entrada mientras me masturbo sin control. -Me conoces bien amorcito, terminemos rápido con esto que no me gusta cuando nos interrumpen.- mete su dura erección de golpe, me corro al instante en su abdomen, subo y bajo impaciente, sé de lo que habla, Luhan nos ha encontrado algunas veces en el acto así que mejor darnos prisa,  subo y bajo varias veces se siente tan delicioso, recibo placer de su enorme m*****o en mi interior, roza con mi punto mágico y siento que me tiemblan las piernas, nos besamos con pasión, parecemos animales en celo, gimo tratando de no hacerlo tan alto, me entierra los dedos mientras sigue apretando mi trasero, pierdo el sentido y beso su cuello. -Estás tan caliente y estrecho, pareces una virgencita, eso me encanta mi pequeña ramera.- nuestros jadeos y gemidos invaden la habitación, con suerte espero que no se escuche afuera. -¿Mi vida estás allí?- sigo entregándome al placer una y otra vez cuando escucho una tenue voz fuera de mi cuarto.- ¿Mi amor, estás durmiendo, estás allí, estás bien?- ¡Mierda! Es Jongdae, intento contestar pero el pendejo de Sehun me sigue penetrando duro, trato de hacer que pare hasta que lo logro. -Jongdae, S-si estoy bien, emmm solo estoy cansado.- escucho cómo suspira al otro lado. -Solo quería despedirme, iré a una exposición de artes, ya sabes de la que te hablé con mis padres.- ¡Maldito Sehun! Me da una dura estocada haciéndome soltar un pequeño gemido. -Está bien, emmm ¡Suerte, supongo!, nos vemos por la tarde.- le grito esperando a que se vaya. -Hasta la tarde entonces, asegúrate de no faltar a la cita que tenemos, te amo, nos vemos baby.- emito un sonido de aprobación, escuchando el sonido de las suelas de sus zapatos alejarse. -Siempre nos tienen que interrumpir, pero no me interesa continuemos mira que aún la tengo dura.- es un sin vergüenza, me voltea dándole la espalda y me abre las piernas lo más que puede, me penetra nuevamente con su dura erección, jadeo de placer. -Ahh, más, así…- me masturbo mientras besa mis hombros y me quita la camisa.- Sehun más  duro…- pellizca mis tetillas, subo y bajo sin parar, recargo mi espalda en su pecho y giro un poco la cabeza para que nos besemos, su lengua me enloquece, me corro en mi abdomen y él en mi interior, suerte que tomo pastillas anticonceptivas porque o sino ya estaría embarazado. -Me encanta, tienes un redondo y gordo culito, “mi vida”, jajaja no sé por qué sigues con ese bastardo de Jongdae, si sabes que puedes tenerme comiendo de tu mano, en fin, al menos tú gimes menos que tu madre.- me bajo de su encima, empezando a limpiarme y ponerme mi ropa. -¿También te gustan los fósiles?- su declaración no me sorprende. -Digamos que estaba con unas cuántas copas de más.- nos sonreímos hipócritamente. -Espero que con esto, mantengas tu boca en paz.- se lo advierto, al menos quiero que esto se mantenga en secreto por unos meses o semanas más. - Me dejaste satisfecho así que descuida.- dejo que bese mis labios antes de marcharse. Luego de unos minutos camino y me miro en el espejo, sonrío amargamente al ver al ser en el que me he convertido. Además, sin duda en el reflejo de aquel espejo puedo ver aquellas escenas que desgarraron mi niñez que cada segundo están dando vueltas en mi cabeza, las cristalinas lágrimas del dolor bajan por mis ojos, caigo al suelo y solo pienso en que todo hubiera sido mejor si me hubiera muerto junto a mi padre.  ¿Por qué un ser tan inocente y bueno cómo él tuvo que irse? ¿Por qué no fue mi madre quién murió? ¿Será que son pruebas de la vida? Lloro sin contemplación en la soledad de mi habitación, abrazo mis piernas como cuando era un niño, como cuando contaba las horas para verlo entrar a través de la puerta, aquellos días eran los más felices de mi vida. Las lágrimas mojan mis mejillas, dije que no lloraría pero no puedo evitarlo, no puedo hacerlo, quiero mostrarme duro ante el mundo y lo hago pero cuando estoy solo, lo único que quiero es desahogarme, deseando en lo más profundo de mi alma que mi padre venga y me acurruqué en sus brazos, haciéndome sentir aunque sea por una última vez que estoy a salvo del mundo. Sé que es inútil ya que él nunca volverá, lloro por lo miserable que soy, cierro los ojos como último recurso esperando que él venga y me consuele, pero nada… Los minutos pasan mientras yo me sumerjo en mi dolor, lloro desconsolable hasta que siento unos brazos rodear mi pequeño cuerpo, siento unos fuertes brazos abrazarme… ¿Padre eres tú? ¿Vienes por mí? Me acurruco en su pecho para sentir su calor.- Todo estará bien, Minseokkie.- a pesar de saber a quién pertenece esa voz, no me despego y finjo que es mi padre quien me consuela, aunque solo sea una ilusión.            
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