Para Adrien, que recién se daba cuenta que sería padre, escuchar que ella le pedía que renunciara a la paternidad de su hija, era un gran golpe. Ni siquiera tuvo mucho tiempo a sentir la felicidad de ese hecho, pues ella apagó todas las luces de inmediato al pedir semejante cosa. ¡Recién se enteraba que también era suya! ¡Que sería padre! Pero todo era un remolino en ese momento. ¡¿Cómo iba a aceptar renunciar?! ¡¿Cómo Valeria podía pedirle eso?! No solamente era un derecho de él, también de su hija, el tener un padre, independientemente de los errores de Adrien Mckenzie. La existencia de Mía cambiara cada cosa a gran escala. Hablar no le fue posible al darse cuenta el modo de venganza que Valeria quería utilizar contra él. No le parecía que ella estuviera pidiendo algo racionar, n