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961 Words
Noemí, casi no comió desde aquel incidente y se negaba a hablar. En más de una ocasión Richard fue a verla, pero ésta se negaba a recibirlo. Lord Derby y Cristian estaban agobiados por la situación, ambos coincidieron que esa mañana salió cómo si nada, siempre con la sonrisa franca que a todos brindaba, pero cuando volvió no había recuperado el conocimiento y empezó a arder en fiebre. Meldrum, estuvo con ella  hasta que llegó el médico. Inquirieron a Eidel quien sólo se limitó a contestar lo que sabía, por su parte Cristian tuvo que hablar con Lady Samantha acerca de lo acaecido, pero ésta al igual que la anterior, sólo relato lo que llegó a ver, una escena desgarradora donde unos ciegos pedían limosna y eran la burla de más de uno. Anthony, estaba que lo llevaba el diablo de un momento a otro, la joven de la cual estaba enamorado sufría de sobremanera, es cierto conversar con aquellos mendigos pudo causar cierta sensibilidad pero había algo más que debía averiguar a como de lugar. Una mañana, con el trino de las aves y una lamida de Sansón Noemí esbozó una sonrisa, tal vez era hora de bajar y pedir a su padre que la llevase a ese hospicio y conozca lo que pasaba con personas incompletas como ella «INCOMPLETA» le retumbaba aquella palabra. No quiso ver a Richard porque no sabia como encararlo se sentia tan defraudada. «¿Por dónde comenzar» se preguntó y rápidamente la sonrisa se transformó en llanto desmoronándose al pie de su cama, Sansón quiso ayudarla acercando su hocico pero al ver que no respondía, comenzó a ladrar, alertando a Eidel quien entró rápidamente a la habitación encontrando a su pupila derrotada en el piso. —Noe, vamos a la cama. La ojiazul asintió y se cubrió el rostro. Eidel recordó las palabras del médico— El problema no es físico— consideró que tal vez Lady Samantha tuviera más éxito. Eidel, solicito a Lord Blow que mandara una nota a Lady Samantha y así se hizo. Cuando llegó la dama, Cristian se alegró de verla, días después de aquel incidente, la peli castaña mostró que su preocupación por Noemí era sincera, ese gesto terminó por convencerlo de que ella era la mujer ideal para convertirse en su esposa, por lo que el cortejo se hizo formal, se contemplaron varios minutos pasado el saludo protocolar. Samantha subió a la recamara acompañada de una doncella, allí vió a Eidel quien frotaba la cabeza de Noemí. —¿Como está? Susurrando para no despertar a la ojiazul. —Sigue igual, no quiso recibir a Lord Lancaster que se fue cabizbaja en más de una ocasión— tomó aire— tal vez tenga más éxito que yo— retirándose de la recamara. Samantha vio como Eidel cruzaba el umbral de la puerta y la cerró detrás de ella. Se sentó a su lado y le habló. —Noemi ¿qué es lo que tienes?— con dulzura en sus labios. —Oh Samantha— sollozando — soy muy infeliz y una tonta —Noe, por favor habla y dime qué es lo que te tiene así, desde el parque no eres tú— con voz de preocupación. —Samantha, soy una mujer incompleta que ningún hombre tomará en serio. —Tiene que ver con Lord Lancaster, entonces— respiró— ahora mismo hablaré con Cristian y haré que ese mal nacido te responda —Oh no— tomó aire— yo asentí a sus besos, pero jamás se propasó conmigo, este no es eso — tartamudeando. —Necesito que hables conmigo por favor, cuéntame qué te ocurre. Entre mucho pensar, Noemi le contó a Samantha lo ocurrido con Lady Elliot y las palabras que le dijo. Samantha se mostró un poco incrédula, debido a que no vió un comportamiento extraño entre esos dos, al menos en las veladas que asistió parecía que se rehuían, tal vez solo eran mentiras para poner mal a su amiga y lo estaba logrando. —Debes hablar con Lancaster y decirle que pasa—respiro profundamente— puede ser un malentendido. Ahora, si tu deseo es ir al hospicio sé que tu padre lo permitirá. Noemí se abrazo de su amiga. --------------- —Por lo visto mi plan resultó— Sarah se miraba al espejo mientras pronunciaba esas palabras. —Mi Lady, no cree que se pasó un poco— dijo tímidamente su doncella. —¡Cállate! Es lo que se merece por estar detrás de mí Richard— mientras se mofaba de la situación. La doncella, fue testigo de todo lo ocurrido, sintió un poco de pena por Noemí sin embargo, ella no podía hacer nada su patrona hacía y deshacía a su antojo las cosas y lo que pasó en el parque sólo era una pequeña muestra de lo que era capaz de hacer. Richard por otra parte no comprendía el cambio repentino de actitud de Noemí, recordando que días atrás todo era fácil y divertido. Un escalofrío le recorrió el cuerpo —¿Podia ser Sarah, la causante de todo esto? ¿Pero cuando? Y ¿Donde?— se agarró la cabeza —¿y si fuera así, que le diría a Noemí? ¿Como afrontaría a Cristian y a Lord Derby?— eran demasiadas preguntas sin responder; Noemí sin duda era una mujer hermosa y le encantaba robarle esos besos tiernos que sólo ella podía darle —¿Pero casarme con ella?— no era algo que le hacía mucha gracia. Le disgustaba el hecho de que era ciega, pero porque tenía tantas dudas, y le enervaba el hecho de que Anthony este siempre presente. Lanzó el vaso que tenía entre los dedos. Necesitaba respuestas.
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