Treinta minutos antes: En el lóbrego calabozo de era la habitación de Kieran Las antorchas con esa inusual luz azulada proyectaban sombras sobre las paredes de piedra marcadas de extrañas runas, mientras un aire gélido se arremolinaba en el interior de la celda que el niño Eternal llamó “su hogar”. Las gemelas Everhart, Belle y Serenity, continuaban encerradas, contemplando fijamente los barrotes luminosos que las mantenían cautivas. A pesar de haber intentado todo lo que conocían, nada parecía funcionar. Sin embargo, ellas no se rendían pues estaban decididas a escapar, costara lo que costara. Belle clavó su mirada en Serenity, quien se encontraba sentada en el suelo, en el centro de la celda, con su lindo rostro muy pensativo. —Belle —comenzó a decir Serenity en voz baja, como si temi