El hombre no podía hablar, así que Serenity lo soltó, y este cayó al suelo con un sonido sordo, seguido de un gemido de dolor por la abrupta caída. —Habla, si no quieres morir —amenazó en esta ocasión Belle, mientras el hombre lobo las miró con odio. —Ustedes son las brujas que trajo el rey Gideón. No les diré nada, voy a... —el hombre no terminó de hablar, porque esta vez fue Belle quien lo hizo estrellar contra la pared con un gesto de su mano. —¡Habla, o de lo contrario te sacaré las tripas y las ataré en tu cuello! —gritó Belle, y Serenity la miró asombrada por la violenta amenaza. Belle se encogió de hombros, explicando: —Así dijo Gideón... en una de las historias que contó anoche durante el Último Festín... —murmuró la chica, y Serenity asintió con comprensión. —Oh sí, fue terr