Thorger la observaba con ojos hambrientos, deleitándose con cada centímetro de piel sedosa que quedaba expuesta. Con disimulo, se colocó las manos sobre su entrepierna, ocultando cómo su virilidad iba creciendo conforme más piel de Belle era revelada ante su mirada codiciosa. En el instante en que su compañera de vida quedó desnuda frente a él, Belle no pudo evitar utilizar un brazo para cubrir sus pechos y el otro para ocultar su zona íntima, en un gesto instintivo de pudor. Fue entonces cuando Thorger dejó de cubrir su masculinidad, y los ojos de Belle se abrieron de par en par, fijos en esa zona tan diferente a la de su difunto esposo. «¡Así no era el tamaño de mi ex!», el pensamiento cruzó por su mente como un relámpago, mientras Thorger se acercaba a ella con lentitud, como si temie