El aire impregnado de aromas exóticos para Belle parecía acentuar la tensión entre ellos. Thorger masticaba la fruta con lentitud, sin apartar sus ojos de los grises de la chica, como si quisiera devorarla a ella en lugar de la jugosa pulpa. La joven apartó la mirada, incómoda ante la intensidad de su escrutinio, pero sin poder evitar una punzada de emoción en su vientre.
Pero luego, ella tragó saliva, reprendiéndose mentalmente por permitir que aquel hombre lobo ejerciera tal efecto sobre ella, el de sonrojarla y causarle “sensaciones extrañas”. Aun así, no pudo evitar devolverle la mirada, mordiendo la fruta que él le había preparado con tanto esmero. El dulce jugo inundó su boca, deleitando sus sentidos con su exquisito sabor. Por un instante fugaz, olvidó todas sus aprensiones, perdié
