Serabelle, por su parte, detectó de inmediato la intensa mirada del lobo sobre ella. Un escalofrío de incomodidad le recorrió la espalda, erizando los vellos de su nuca. Desde su perspectiva, ese hombre parecía un mirón, un depredador acechando a su presa. Frunciendo levemente el ceño, desvió la vista con el cuerpo tenso y una desagradable sensación revolviéndole las entrañas. —¿Qué le pasa a ese lobo, Sery? —susurró a su hermana, incapaz de contener su malestar—. No deja de mirarme, ¿es un pervertido o algo? Qué horror, ¿Será que me quiere comer? —murmuró, lanzando miradas de reojo al guerrero, con una desconfianza arremolinándose en su pecho. Serenity observó la interacción entre Thorger y su hermana, percibiendo la incomodidad de Belle. Con una leve sonrisa comprensiva, le respondió e