—Tu eres el que quiere mudarse conmigo, renuncia a tu trabajo y ven a vivir conmigo —contesta algo alterada.
—¿O sea que tu no quieres vivir conmigo? —Arquea una ceja ofendido y ella se queda callada—. Por lo visto, este amor no es tan fuerte como para arriesgarnos a perder nuestra vida acostumbrada.
—No digas eso, claro que nos amamos y por supuesto que quiero vivir contigo, ¿pero por qué insistes tanto en que yo lo haga? ¿Acaso lo machista no te permite venir a vivir conmigo? —Ella se cruza de brazos.
—¿Machista? ¿Qué? No, ¿de que hablas? —La ve confundido.
—Claro, porque la mujer debe dejar todo por el hombre, pero él no puede dejar nada por la mujer porque siente que está perdiendo su hombría, ¿no? Dejar el trabajo o vivir en casa de ella… —Él la interrumpe.
—¿Entonces me echarías en cara de que vivo en tu casa? —Ella le iba a responder, pero él siguió hablando—. Pues estás errada, este apartamento quedaría cerrado y nos compraríamos algo juntos para que no sientas que no aporte nada o que pienses que me creo dueño de las cosas porque yo las compré.
—¡Pues bien! Compremos todo a mitad para no discutir de quiénes son. —Suelta sus brazos molesta.
—Creo que mejor me voy o esto terminará peor. —Arden se dirige al closet y recoge su maleta.
Comienza a empacar la poca ropa que había traído, sabía que no se iba a quedar mucho, pero le encantaba desempacar y tener la idea de que estaba viviendo con su novia y no tenía que mover ningún objeto.
Dione no habló más, estaba muy molesta y no era recomendable seguir hablando mientras estén molestos, o si no se iban a decir cosas totalmente terribles. Arden por otro lado también estaba molesto, pero los dos eran muy sabios y su amor iba más allá que una molestia.
—Dione… —menciona Arden cuando ha recogido todo, estaba un poco más calmado.
—¿Sí? —pregunta saliendo del baño.
—Ya me voy nena. —La espina aún estaba.
A ninguno les gustaba que el otro se fuera sin resolver un asunto, pero no podían hacerlo por el tiempo y porque ninguno estaría de acuerdo.
—Buen viaje —dice algo seca.
Él solo se voltea para irse, ella se arrepiente, así que corre y lo abraza por detrás.
—Es una pena que te tengas que ir amor.
—Sabes que puedes venir conmigo. —Aprieta la manilla con fuerza soportando sus ganas de llorar.
—Tengo mi vida aquí Jacob —responde en suspiro.
Ablanda su estado al llamarlo por su segundo nombre, le encantaba.
—¿Y yo no soy parte de tu vida? —dice con algo de dolor.
—¿Y yo soy parte de la tuya? —devuelve con el mismo tono y él se voltea para abrazarla con fuerza—. No es que no seas parte de mi vida Arden, si no que aquí tengo mi trabajo soñado y no quisiera arriesgarme a renunciar y vivir contigo, sabes que no quisiera depender de ti, yo quiero trabajar.
—De acuerdo, entonces mi plan será conseguirte trabajo —contesta positivo.
—¿Y si te vienes tú? —Lo ve insistiendo.
Sentía inseguridad de lograr el puesto que ya tiene en Dinamarca, mudarse sería iniciar de nuevo y para ella, eso no era una opción.
—¿Acaso tienes a alguien aquí que no quieras dejar ir? —pregunta divertido y la hace reír.
—Solo es el trabajo amor —responde con una risita.
—Exacto, porque hasta tu familia vive allá, en estados diferentes, pero en el mismo país, además, yo tampoco puedo hacerlo amor, yo también tengo mi trabajo fijo allá, no es que sea machista, solo que no sé… creo que tenemos el miedo de no encajar y tener la misma altura en la que estamos ahora en nuestro trabajo, empezar de cero a veces es costoso. —Besa su cabeza—. Mierda, no sé cómo llegamos a parar entonces con esta relación a distancia, conociendo la situación.
Realmente el problema no era vivir con el otro, pues es maravilloso, el problema era dejar el trabajo y cada uno tenía un rango superior, o también por no tener un trabajo seguro antes de renunciar, pues ninguno de los dos les gustaría estar desempleado sin apoyar al otro.
—Porque nos amamos y lo podemos todo. —Dione alza la mirada y le sonríe.
—Sí, ¿pero tres años?
Nuevamente queda sorprendido, muchas veces creyó que no iban a durar, la distancia es difícil.
—Tres años y aún no conozco a tus hermanos. —Saca Dione con una risa.
Una risa nerviosa porque sabía que ese tema no era de su agrado.
—Yo tampoco los veo mucho, mi padre tiene el don de hacer hijos, pero no de criarlos.
Se suelta de ella y salen de la habitación para ir a la salida del apartamento de Dione.
—Sabes que no hablo mucho con mi padre a menos que sea de trabajo, aún me resulta incómodo visitar a mis hermanos con quiénes no me crie y estar con la esposa de mi padre.
—Lo sé, y lo entiendo, son cinco, ¿no? —intenta recordar.
—Sí —responde y se quedan en la salida.
Dione ni conocía sus nombres, pues Arden ni los mencionaba, solo sabía que los tenía y ya. Los padres de Arden están separados, pero el señor tuvo cinco más con su nueva esposa, Dione solo conoció a la madre de Arden y a su padre, porque así lo quiso Arden cuando tuvieron una cena para presentarse.
—Porque sean hijos de otra mujer no significa que no les tomes importancia, siguen siendo tus hermanos por tu papá. —Ella trataba de que su novio fuese más unido a la familia de su padre.
—Pronto te los presentaré nena, es que su madre siempre se los lleva con su familia a pasar vacaciones.
Se excusa, pero realmente era porque no se sentía incómodo, de igual también había razón, sus hermanos pasaban vacaciones con la familia de su mamá.
—Está bien, ¿me avisas cuando llegues? —Lo besa y él asiente.
—Por supuesto. —Su beso se intensifica y no quiere soltarla.
—Si no me sueltas ahora, los dos sabemos que volveremos a la cama —dice divertida sabiendo que hablaba de sexo.
—Perdón. —Se ríe mientras la suelta—. Es que muero por tener una larga vida contigo así.
—Amor, se te va a ir el vuelo. —No quería ser aguafiestas, pero era lo correcto.
—Te amo. —Besa por última vez antes de irse del apartamento de su novia.
Una vez más dejando a Dione entristecida por su separación. No le quedó más de otra que seguir trabajando para no extrañarlo tanto. Cierra la puerta de su apartamento y se dedica a limpiar para olvidar ese pequeño dolor que entra en su corazón cuando su novio debe irse.
Comenzaría limpiando su habitación, era domingo por la tarde, así que no tenía más nada que hacer. Su celular suena y lo busca para recibir el mensaje, ella conocía todos sus tonos.
[17:14] Arden: Este año nos propondremos a vivir juntos, cómo lo único que nos preocupa es el trabajo, entonces consigamos trabajo para el otro y el que primero lo haga, el otro debe renunciar para mudarse.