—No, pero desearía. —Aprieta sus labios y luego se voltea para dirigirse a la sala. —Yo desearía tener un novia que me reciba como tú —la hace reír—, tienes la energía de una mascota cuando llega su dueño, sin ofender. —No me ofendo, de hecho, si suelo ser la mascota de mi novio, pero en la cama, si sabes a lo que me refiero. Le guiña el ojo y lo hace reír, Matthijs nota algo y se tapa los ojos. —¡Dios mío! —¿Qué sucede? —dice asustada. —Señorita, estás desnuda. Dione se mira y se avergüenza, corre a la habitación y busca un short de su novio, ella no pensaba que otra persona iba a entrar al apartamento de Arden, así que no era su culpa, más bien era la de Arden por darle la llave a alguien y no avisarle de que alguien más vivía con él. —Listo, de verdad lo siento. —Se sien