—Mmm, Arden —expresa muy feliz al despertarse—. Sabes que no me gusta que me beses sin que yo me cepille o viceversa. —Solo quiero darte suerte en tu día y que te vaya súper bien. Espera a que ella se siente y le coloca la bandeja en sus piernas. —No creo que besarme con mal aliento me de buena suerte —comenta por lo bajo y él ha escuchado. —Está bien, solo me importa que tú estés cómoda. —Besa su frente y luego se voltea para dirigirse al closet. —¿Ya comiste? Alza la voz mientras ve el delicioso platillo que le preparó, sin embargo, lo deja de lado porque primero se cepillaría antes de comer. —Si hermosa, quería comer contigo, pero estabas tan linda que dejé que descansarás un poco más, necesitarás energía para cuidar a esos pequeños —dice desde el closet. —Está bien, gra