El hombre frente a mi tuerce los labios, tal vez molesto por la noticia, supongo que Ellie omitió avisarle que se iría del país.
De pronto suelta un suspiro sonoro, toma los cubiertos y enseguida comienza a degustar su desayuno, pero lo hace con cierto aire de molestia, quizás porque en ausencia de Ellie no le queda más remedio qué contratarme o al menos eso quiero pensar o también puede que esté molesto por haberla perdido porque parece que eran amantes.
—De acuerdo—dice con cierto aire de hartazgo—No tengo tiempo para conseguir a alguien más, así que te doy el trabajo si es que te comprometes con ello.
—¿Qué tengo que hacer?—digo entre desconcertada por haber conseguido el puesto y al mismo tiempo nerviosa porque en realidad no soy exactamente una actriz.
—Mi padre quiere verme comprometido con alguien y no solo eso, sino también casado, por lo tanto, te propongo esto—anuncia sin girar a verme, entretenido con el plato frente a él—nos casaremos...
—¿Qué?—suelto y de pronto olvido que estoy en un restaurante con más comensales y no solo eso, sino adineradas personas que podrían hacer qué me echaran de aquí si me doy a notar demasiado.
—Tranquila—dice mirando hacia las demás personas, tal vez temiendo qué alguien nos hubiera escuchado—no vamos a casarnos de verdad, la boda será falsa al igual que nuestra relación, pero lo importante aquí será tu actuación, si no es lo suficientemente convincente mi padre se dará cuenta y mi herencia pasará a manos de alguno de mis odiosos hermanos.
—Entiendo— logro decir, mientras inclino levemente la cabeza, mientras medito si es conveniente preguntar sobre mí honorarios—pero ¿Qué hay de mí? ¿Qué recibiré por esto?
Alza la ceja y sonríe, pero no de forma encantadora, sino más bien como un apostador o un estafador lo haría y no sé si confiar él o salir corriendo. Saca una pequeña libreta de notas de uno de sus bolsillos, así como un bolígrafo en donde escribe algo, lo arranca y lo dobla en dos para después extendérmelo.
—Espero que esta cantidad sea lo bastante elocuente para contar con tu trabajo—anuncia mientras yo abro la nota y veo una cantidad exorbitante que me conmocionan y al mismo tiempo me ponen nerviosa, ya que nunca antes he visto toda esa cantidad junta.
—La cantidad es buena— digo, pero la voz me falla y a mi parecer sí que suena nerviosa—pero, ya que no nos conocemos, la verdad es que me cuesta confiar en su palabra, señor Macleod, así que necesito más que una hoja de papel para aceptar.
Mi voz sonó casi como solía hacerlo Ellie, exigente y al mismo tiempo arrogante, por supuesto cuando levanto la mirada y lo veo, me parece que está a punto de declinar la oferta, puesto que suelta un suspiro sonoro y me dirige una mirada mordaz.
—Escriba en este papel su clave bancaria—exige de mala gana arrimándome la misma libreta de notas así como el bolígrafo, por supuesto dudo que vaya a hacer una transferencia en este momento, ya que no hay nadie que yo conozca que realmente guarde tal cantidad de dinero en su cuenta, aunque la verdad yo soy de un pueblo al sur de Edimburgo, por lo tanto, no conozco específicamente a alguien tan rico.
Escribo los números, los cuales me aprendí de memoria gracias a Douglas, él siempre estaba pendiente cada vez que Ellie me pagaba, por lo tanto, siempre estaba haciéndole transferencias.
Le regreso la libreta y el bolígrafo y luego de ver los números saca su teléfono móvil, lo veo realizar algunos movimientos hasta que en cierto momento escucho una notificación en mi móvil y al ver la pantalla, observo con asombro que cierta cantidad ha sido depositada en mi cuenta bancaria y solo con eso es más que suficiente para pagar todas mis deudas e incluso comprar algunos muebles, pero no más.
—Falta la mitad—me digno a replicar, pero él frunce el ceño.
—Como dijo antes, señorita Sinclair, no nos conocemos, así que no puedo confiar en su palabra, por lo que la otra mitad se la daré una vez que termine el trabajo y si su actuación es lo que promete, le daré algo más para que desaparezca de mi vida. ¿Eso le parece bien?
El arreglo no me gusta del todo, pero al final asiento, porque ya tengo el dinero en mi cuenta y aunque eso me serviría para un tiempo, mi moral y también mi necesidad, me obligan a cumplir con el acuerdo, no podría irme tal y como lo hizo Ellie, además parece que las prestaciones son buenas.
—¿Y todo cuanto se supone que durara? ¿Qué días tendré que trabajar?—me digno a cuestionar para preparar un papel convincente, aunque la verdad no sé si alguien como yo, que nada sabe de actuación, podre fingir que estoy perdidamente enamorada del hombre frente a mí y aunque su apariencia atractiva me ayuda mucho, la verdad es que su actitud da mucho que desear.
—Quizás unos nueve meses—me advierte y entonces recuerdo mi embarazo, no puedo actuar por tanto tiempo sin que noten mi barriga abultada.
—¿Tanto tiempo?— digo un tanto angustiada, porque supongo que un embarazo es un asunto que no está planeado en su sarta de mentiras para engañar a su familia.
—¿Tienes algún problema con eso?—cuestiona alzando levemente la ceja y por supuesto, por un breve segundo me quedo en silencio mientras medito mi respuesta.
—Pienso que la cantidad que me está dando no es suficiente, técnicamente debo pausar mi carrera para hacer esto ¿O no?— protesto nerviosa y entonces medito la opción de devolverle el dinero y arreglarme como pueda después, quizás deba sincerarme con mi madre y decirle la verdad, que me engañaron y me utilizaron.
—Creo que tienes razón—dice de acuerdo conmigo, aunque la verdad yo solo lo dije creyendo que él mismo se opondría a darme más dinero— haremos un cambio a tus honorarios, siempre y cuando vengas a vivir un tiempo conmigo.
—¿Por qué?—insisto en saber por qué vivir juntos no es exactamente parte de mi plan, pero quizás del suyo sí.
—La residencia de mi familia se encuentra en las tierras altas de escocia, así que ir y venir a Edimburgo resultaría tedioso, además se supone que estamos comprometidos, así que deben verte conmigo— justifica y al parecer sus palabras tienen sentido por alguna extraña razón, así que deduzco que ha pensado en esto demasiado, tanto como para pensar en el más mínimo detalle, por lo tanto, debe preocuparle mucho que no lo descubran.
—¿Y si necesito volver a Edimburgo por un asunto personal?—sugiero para saber si hay una posibilidad de poder volver sin que su familia sospeche nada, ya que si estoy embarazada, se supone, debo llevar un control prenatal, aunque hasta este momento no sé qué debo hacer respecto al bebe.
—Te acompañaré si necesitas volver, pero ya que anunciaré nuestro compromiso no solo con mi familia, sino también con mis amigos, lo mejor es tratar de no hacer cosas personales solos o de lo contrario, si alguien nos ve, tendremos que dar muchas explicaciones.
Supongo que tengo que darle la razón en ese aspecto, si piensa pagarme tanto es porque en verdad está tan desesperado para eso, así que no puedo llevar mi control prenatal, al menos no sin que él se entere de ello, por lo que debo pensar en algo, aunque en este mismo momento no lo sé.
—¿Entonces cuento con usted para este trabajo?— dice mientras me extiende la mano y yo la miro por un segundo, entre arrepentida y también angustiada de que descubra mi mentira. ¿Qué hará si sabe que no soy una actriz?
—Por supuesto, señor Macleod—digo con una media sonrisa tomándole la mano.
—Dime Ewan, sería extraño que mi prometida me diga de esa forma—sugiere al momento de soltar mi mano, así que supongo que, ya que tendremos que tratarnos con familiaridad, yo también me animo a darle un poco de confianza.
—En ese caso, puedes decirme Isabel o Isa si se trata de algo más personal— propongo, ya que si vamos a tener que fingir ser una pareja enamorada, no me quedara más que tratar, que sea lo más verídico posible para que nadie nos descubra y por supuesto, que él no sepa que yo también lo engañe.