Aún seguían en el café, ya habían repetido pedido y Evan hizo que la castaña cambiará dos veces el suyo alegando que no era lo que había ordenado, no hace falta decir que Olivia no estaba muy feliz por ello. Cuando pidieron la cuenta notaron que la pelirroja había vuelto con el ticket.
- ¿Y la chica que nos atendía? - preguntó Carl
- Su turno terminó - aclaró ella -, pero yo les cobraré.
Se sintió la puerta abrirse y vieron a Olivia salir, cuando Adam miró hacia afuera vio a cierto chico de rizos que caminaba hacia el café.
- ¡Mierda! - dijo tratando de salir de su lugar, empujando a Evan que se movió repentinamente fuera del sillón doble donde estaban sentados hacia el pasillo, chocando justo con Lucy, una moza que pasaba por allí con una bandeja. Todas las bebidas, calientes y frías, que llevaba sobre ésta cayeron por la espalda del morocho.
- ¿¡Pero qué carajo!? - gritó mientras sentía el calor en su espalda y luego frío, mucho frío - ¿Qué mierda haces? - le gritó enfadado a la moza -. Arruinaste mi camisa y me quemaste la espalda. ¡¿Eres imbécil?!. Esta camisa vale lo que tú ganas en un mes. ¡Más vale me pagues por ella!
- Yo… lo siento - trataba de disculparse Lucy - es que…
- ¡Es que nada! Eres una inútil, no sé cómo puedes trabajar aquí - gritaba Evan mientras todos en el café miraban la escena. La chica, rubia y de hermosos ojos café trataba de hacer algo, pero no atinaba a moverse de su lugar.
- Disculpe caballero - El dueño del lugar se acercó -. Nosotros nos haremos cargo de la limpieza de su vestuario y, en caso de que no quede de su gusto, compraremos ropa nueva para usted - hablaba muy calmado.
- Lo que quiero es que esta persona salga de mi vista - señaló a Lucy con furia -, y no les alcanzaría un mes de ingreso para comprar mi ropa - Todo su ser de niño mimado florecía a su exterior.
- Lucy, puedes retirarte - le habló a la rubia a su lado -. Y señor, no puedo permitir que trate así a mis empleados, le pido disculpas por todo, le compensaremos de la forma que usted desee este inconveniente.
- Nada… Mejor me voy - Evan se giró para salir del lugar.
En el café el resto de sus amigos pidió disculpas por el comportamiento del morocho, abonaron la cuenta y dejaron una buena propina en compensación de la escena que había montado su amigo. Mientras tanto Evan manejaba lleno de odio hacia su casa. Al llegar subió rápido a la oficina de su padre e ingresó sin golpear.
- Hola hijo - dijo Charles con ironía -. Veo que decidiste mejorar tu vestuario.
- Dejate de idioteces papá - El enojo brotaba por cada poro -. ¿Le vas a pagar la Universidad a la imbécil de Olivia? - preguntó con la mandíbula apretada.
- ¿De dónde sacaste esa historia? - preguntó el hombre poniéndose de pie y caminando al lado de su hijo.
- Me dijo que va a la misma Universidad que yo, y ambos sabemos que su bolsillo no le dará para pagarla.
- Sí, es verdad que va a ir a tu Universidad, también es verdad que ella no la podría pagar, pero no, no la pagaría yo - El chico lo miró confundido.
- ¿De qué estás hablando?
- Hijo, la chica obtuvo una beca completa que cubre sus gastos universitarios si mantiene un buen rendimiento, no necesita que le pague nada, aunque debo admitir que se lo he ofrecido - El muchacho lo miraba procesando la información -. Creo - continuó su padre mientras lo tomaba por el hombro - que debes conocer mejor a Olivia, es una buena chica y su pasado… bueno, no ha sido el más sencillo. La has juzgado muy rápido.
- Qué rápido ni que mierda… Es una engreída - Sacó la mano de su padre con suavidad -. Perdón la interrupción - dijo suavemente antes de salir -. ¿Una beca? - murmuró al encontrarse dentro de su habitación.
Evan terminó de bañarse y bajó a comer algo en la cocina, sintió unos fuertes pasos aproximarse a él, al girar se encontró con los ojos marrones de Olivia clavados con furia sobre él.
- ¡¿Quién mierda te crees?! - Le gritó con fuerza la chica
- ¿Perdón? - respondió levantando una ceja.