- ¡Perdón un carajo! - gritó la castaña -. ¿Cómo mierda trataste así a Lucy? Casi la metes en un terrible problema por culpa de tu idiota ego - El morocho sabía que tenía razón y pensaba presentarse al otro día en el café para pedir las disculpas necesarias, pero no por eso dejaría que ella lo tratara así.
- A ver tontita - dijo acercándose a ella -, yo trato como se me cante el culo a la gente, claramente como tú lo haces - Se paró a pocos centímetros de ella -. Asique mejor no me critiques si haces lo mismo.
- En tu puta vida nosotros nos vamos a parecer. Lucy trabaja con mucho esfuerzo para llevar plata a casa ya que tiene un hermano pequeño que cuidar, pero a tí te importa un carajo el resto y solo te interesó tu camisa de mierda - El morocho tomó con fuerza la muñeca de la chica y levantó su mano sujetando la de la chica con furia, en señal de que detenga su discurso.
- Me importa una mierda la vida de la moza de un café de porquería - dijo él siendo más egocéntrico - y tú claramente deberías haber sido puesta en tu lugar de chica para entender cómo se debe tratar a las personas que están por encima tuyo - notó cómo los ojos de la castaña se oscurecían y a la vez brillaban más debido a las lágrimas que comenzaron a cubrirlos.
- Perfecto, señorito Evan - respondió marcando las últimas dos palabras -, tendré en cuenta cuál es mi lugar- finalizó soltando el agarre con furia. Se giró y comenzó a salir de la cocina cuando la voz del chico la detuvo.
- Espero no ver tu estúpida actitud cerca mío nunca más, sino yo mismo me voy a encargar de mostrarte cuál es tu lugar. Y créeme que no será agradable - La chica no respondió, solo continuó su camino.
Una vez solo en la cocina Evan se sentó en un taburete de la isla central, colocó sus manos en su cabeza y respiró profundo tratando de calmarse, esa chica se las ingeniaba para ponerlo de mal humor.
Más tarde ese día, Evan se encontraba sentado en la cocina terminando de beber un café cuando sintió a Olivia entrar. Se giró en su dirección para seguir con la mirada sus movimientos. La chica se acercó a la frutera que se encontraba sobre la isla, tomó una banana y se dispuso a salir.
- Realmente a los monos le gusta la banana - comentó él mirando al frente, pero no obtuvo respuesta.
Al día siguiente se dirigía al salón donde estaba la televisión y notó a Olivia sentada mirando algo en su computadora, ni bien lo notó en la misma habitación que ella se puso de pie y salió, sin decirle nada, sin mirarlo siquiera. Lo que colmó su paciencia fue esa misma tarde cuando Charles y Madison se disponían a salir en su viaje de negocio, los cuatro estaban en la sala de ingreso realizando los saludos necesarios y brindando buenos deseos. Ni bien los adultos salieron Evan se giró hacia Olivia quien ya estaba comenzando a caminar hacia las escaleras.
- Primero una reglas para… - Vio que la chica no se detenía -. ¿¡Puedes venir que estoy hablando contigo!?.
- Me importa un carajo tus reglas, si me necesitas estoy en mi cuarto.
- La odio profundamente - Apretó los puños y caminó a la cocina.
Era jueves y la fiesta se realizaría el sábado, por lo que los amigos de Evan decidieron hacer una visita para revisar que todo estuviese bien, no iban a dejar que una mala fiesta arruinara su reputación. Los cuatro estaban en la piscina del patio cuando Olivia se acercó sin notar que estaban allí, realmente venía muy concentrada en su libro y caminaba sin mirar al frente. Se dió cuenta de las visitas una vez que chocó con Carl.
- ¿Leyendo? - preguntó él sin saber muy bien qué decir.
- Uh… perdón, no sabía que estabas aquí - Se disculpó Olivia.
- Buena, ya lo sabes ahora vete - dijo Evan desde una reposera al costado de la piscina. Su actitud hizo que la chica decidiera quedarse allí.
- Que pena… Yo también voy a usar la piscina - dijo mirándolo -, después de todo también es mi casa según lo que dijo Charles - guiñó el ojo al morocho que estaba por explotar en furia.
Olivia dejó sus cosas en una reposera en la orilla contraria a la que se encontraban los chicos y comenzó a sacarse su vestido, dejando ver su bikini rojo y un cuerpo muy bien cuidado. Los cuatro, incluido el morocho, no dejaban de mirarla, hasta que Evan notó algo en el costado izquierdo del cuerpo de la castaña, justo debajo de las costillas una cicatriz bastante marcada se encontraba allí Al volverse hacia ellos también pudo notar ese tatuaje con el símbolo del ciclo de la vida en su cadera derecha, muy cerca de la línea del bikini, ella se detuvo un segundo para mirarlo con actitud desafiante y luego se arrojó al agua.
- La verdad que está bastante buena - susurró Carl al morocho quién le devolvió una mirada cargada de odio.
- Vamos adentro a organizar todo, ya se me quitaron las ganas de estar en el agua - gruñó el chico y todos ingresaron dejando a la castaña disfrutar de la soledad que estaba buscando.
- Ey, Olivia - escuchó que Carl le gritaba desde la puerta del patio mientras ella seguía recostada en la reposera -. Puedes venir a la fiesta también. Invita algunas amigas que estén buenas - Sonrió y salió de su vista.